48

7.7K 419 39
                                    


Maraton (1/5👾)


-No seas tonto- expresó enojada -No
sabes las ganas intensas que tengo de
golpearte-

La separé de mi cuerpo y la obligué a
sentarse, antes de que me hiciera daño.
Aunque a veces yo también tenia ganas de golpearme.

-¿Y qué hago para recuperarla?-

-Búscala y muéstrale interés, no puedes vivir toda tu vida siendo un cobarde y escondiéndote de lo que te aterra.
Tienes que aprender a superar y seguir. Aprender a ponerle el pecho a las balas, pero tiene que ser algo que tu quieras.
¿Qué quieres para tu vida?-preguntó
ella.

¿Qué quería para mi vida?

Ella tenia razón, cualquier cosa que
escogiera haría que me quedará sin
empresa. Pero no me quería quedar
solo, yo anhelaba sentirme amado. A
que me daba miedo el amar
a alguien, tenia que superarlo, pues
me negaba a ser un mujeriego para
siempre, eso no era vida.
pesar de que
en los últimos días me había sentido
tan solo y mi vida se estaba hiendo en
picada. Elena me había dolido más que
Alexa, y tal vez eso era una señal.
Elena no se podía ir de mi vida.

-¿Ya sabes que vas a hacer?- cuestionó.

-Si- dije decidido -Voy a perder el
miedo y voy a dejar mi orgullo de lado-
Me puse de pie y la miré. Ella seguía
sentada tranquilamente.

-Me alegro que hayas tomado la
decisión correcta- comentó la mujer.

-Muchísimas gracias por ayudarme-
agradecí y sin esperar, di media vuelta
y antes de caminar a mi carro, su voz
me detuvo.

-Fue un placer, Jaden-
Yo nunca le dije mi nombre, y ella
nunca me dijo su nombre.

Di otra vez media vuelta para
preguntarle como sabia mi nombre,
pero al hacerlo, ella ya no estaba.
¿A dónde se había ido?

Intenté buscarla con la mirada, pero
no había rastro de ella. Era como si se
hubiera esfumado con aquel viento frío que había empezado a correr

Sonreí.

Tal vez ella era el milagro que
necesitaba.

Me alejé rápidamente y me subí al
coche.

No importaría cuanto me costara,
encontraría a Elena y la recuperaría.
Costara lo que costara.

***


El sol comenzaba a asomarse por las
ventanas de mi casa. No había dormido
en toda la noche, pues me había puesto
un objetivo: encontrar a Elena.

Toda la madrugada me había dedicado
a realizar llamadas, enviar mensajes,
revisar algunas cámaras, boletos de
autobuses e incluso de aviones. Si
la tenía que buscar al otro lado del
mundo, lo haría.

Aunque pareciera fácil, era más
complicado, pues no todas las empresas
o lugares nos daban acceso a sus
cámaras o informes.

No me sentía cansado, solo sentía
como las ansias me comían vivo. No
podía permitir que pasara otro día
sin que Elena supiera que la amaba
perdidamente y que estaba dispuesto a luchar por ella y por su sincero amor.

Narra Elena 

Era un nuevo día, y no se sentía
como los demás. Al parecer mi mente
estaba pasando por un momento de
melancolía, porque no quería pararme
o hacer algo, solo quería quedarme aquí
y envolverme en mis cobijas.

Y aunque me levantara, no saldría de
mi casa, pues no me había atrevido a
hacerlo, porque mi familia me había
aceptado, pero la gente de afuera,
no. Seguían señalándome de la
misma manera que lo hacían antes, y
aunque no me importaba, era un poco
incomodo al salir. Por ende, había
optado por quedarme aquí.

Me quedé quieta y cerré los ojos.

Sonreí al recordarlo.

Por supuesto que volvería a pasar
todo este dolor, con tal de poder verlo
sonreír otra vez.

***

Me desperté por el sonido de la puerta
abriéndose.

-¿Estas bien?- preguntó mi padre
entrando a la habitación.

-Si, solo tengo más sueño de lo normal-
respondí sin darle importancia.

-Ya puedes bajar a almorzar-comentó
con una sonrisa -Aunque ya un poco
tarde para eso-

Me senté rápidamente.

-¿Qué hora es?-

-Casi las dos de la tarde-

Carajo.

-Gracias papi, ya voy- dije
levantándome a darle un beso en su
mejilla.

Yo tenía una entrevista de trabajo en 1
hora.

Por fin había encontrado un pequeño
negocio que no conocía mi pasado.
Entonces le había mandado solicitud
para trabajar con ellos y habían
aceptado darme una entrevista.

¿Cómo la había podido olvidar?

Rápidamente me cambié lo más formal
que pude, y bajé a comer algo.

-Hasta que bajas- dijo mi madre cuando
me vio entrar a la cocina.

Mi madre se notaba mucho mejor
que cuando me fui, ella decía que
los medicamentos que controlaban
su enfermedad la ayudaban mucho.
Ya habían pasado la eta difícil de su
enfermedad, y me alegraba bastante.

-Olvidé mi entrevista de trabajo-

-¿Es hoy?- preguntó.

-Si- respondí - En 35 minutos-

Comí un plato de fruta que estaba en la
mesa junto con un vaso de jugo.

-¿Tú padre te llevará?-

-Si-respondí. Intenté comerme todo lo
que estaba ahí, pero se me dificulto un
poco.

Salí lo más rápido posible de la cocina,
no sin antes darle un beso en la mejilla a mi madre. Busqué por toda la casa a mi padre, hasta que lo encontré.

-¿Lista para irnos?-preguntó desde su
camioneta.

No respondí, solo me subí en ella.






«Final del capítulo»

𝗾𝘂𝗲́𝗱𝗮𝘁𝗲,  𝗁𝗈𝗌𝗌𝗅𝖾𝗋Where stories live. Discover now