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Maraton 5/5 (🥀)






— Martha le enseñará sus habitaciones— dijo Jaden, a lo cual todos
asintieron -Creo que ya es tarde y
mañana tenemos que trabajar, Elena y yo nos retiramos, buenas noches y con permiso—

Se puso de pie tomando mi mano para
indicarme que repitiera su acción.
Todos nos levantamos de la mesa y
antes de poder despedirme Jaden
comenzó a jalarme hacia la sala.
Subimos aquellas increíbles escaleras,
hasta que alguien rompió el silencio.

 —¿Lista para esta noche?— preguntó
Jaden.

— Probablemente— respondi tímida.

-Tranquila, no pasará nada, a menos
de que tú lo quieras- mencionó con una
sonrisa pícara.

Mis mejillas se tiñeron de un color
rojizo.

— Gracias por tranquilizarme— dije con un evidente sarcasmo.

—Cuando quieras —  me giñó el
ojo.

No podía estar más avergonzada de
lo que estaba en este momento. Era
extraño todo esto, ya que era mi jefe y
apenas nos conocíamos hace un par de
días, pero sentía que lo conocía de más
atrás.

No respondí nada para evitar más
vergüenzas. Llegamos justo a una
puerta de madera demasiado hermosa
y esta fue abierta por Jaden,
dejándome pasar primero, como todo
un caballero.

— Por el altisimo — dije asombrada
mirando todo. Era muy grande para
una sola persona, probablemente era
más grande que mi apartamento.

-Cierra la boca que se te meten las
moscas- dije el cerrándome la boca, que
sin darme cuenta había abierto.

 —Esto es hermoso Jaden, ¿Aquí
duermes? —hablé por fin.

 —Así es.

 —¿Solito?

— Asi es.

— ¿Todos lo días?

—Así es.

Era mucho espacio para un hombre,
mucha soledad. Era triste, pero el eligió
una vida así, es guapo, inteligente,
exitoso y está bueno, podría tener una
pareja, pero no lo hace ¿Por qué?

 —¿Qué pasa preciosa? tu expresión
cambio radicalmente —me dijo
Jaden sacándome de mis pensamientos.

— Solo pensaba, ¿Cómo vamos a dormir?— cambié de tema para evitar más preguntas.

Él pensó un momento.

-No voy a dormir en el sofá o en el piso-
respondió.

 —Pero yo soy la invitada —ataqué.

 —Pero es mi casa.

Diablos.

 —A menos de que quieras compartir
cama — mencionó.

 —¿Hay una mejor opción?— pregunté.

 —No, es eso o el piso. Decide —
No tenía otra opción. Por primera vez
en años volvería a estar junto a un
hombre.

 —Esta bien, tú ganas — dije rendida.

 —Siempre gano preciosa — y sin decir otra palabra se metió al baño.

Dejándome en un silencio decidí buscar
algo para cambiarme este vestido.
Encontré una puerta la cual llevaba
hacia el armario de este joven. ¡Tenía
más ropa que yo! Sacos, camisas,
playeras, jeans, pantalones, suéteres,
zapatos, etc.

Una camisa negra era mi mejor elección la cual me llegaba debajo de los muslos.
Me tapaba algo y era preferente que
no traer nada puesto, y menos con
ese hombre que podía mojar media
cuadra.

Por curiosidad seguí viendo el armario
de mi jefe. Jaden tenía buen gusto
en ropa ya que esta se miraba elegante
y hermosa. Notaba colores opacos: gris,
negro, blanco y azul obscuro; le faltaba vida a este guardarropa.

 —¿Elena? —preguntaron en la habitación, por la voz varonil supe que era
Jaden.

-Aquí estoy-respondí saliendo del
armario mirando a mi jefe, y como
si estuviéramos sincronizados nos
miramos todo, menos los ojos. Mientras
el me observaba yo admiraba esos
abdominales al descubierto, ese
pantalón ajustado que dejaba varias
cosas a la imaginación. Un cabello
sedoso y tan perfecto.

 —¿Esa es mi camisa?— preguntó
Jaden en un susurró.

 —Si —respondí también en un susurro.

— Joder  —dijo él susurrando.

El hecho de que replicará mi expresión
me causo risa, la cual rompió un
ambiente que no estaba siendo seguro
para mí.

 —Tu armario es increíble, pero le falta color.

 —¿Triste? Es jodidamente
perfecto— respondió él subiendo una
ceja.

 —Algún día te regalare una camisa rosa y notarás lo que es perfección— dije con una sonrisa en la cara.

 —Jamás me la pondré —hizo una mueca de asco graciosa.

 —No pierdo nada intentándolo—
mencioné alegre.

Una sonora carcajada salió de su
garganta, la cual fue melodía para mis
oídos. Verlo tan relajado y feliz me
causaba algo que no lograba descifrar.

— Vamos a dormir, mañana tenemos
que trabajar — dijo Jaden mientras
se acercaba a mí, tomando mi mano y
guiándome a la gran cama, donde la
acomodó para mí.
Entré en ella y el imitó mi acción, pero
de su lado.

Ya los dos en la cama, fueron apagadas
las luces, dejando solo la luz de la luna
que se filtraba por las finas cortinas
de la habitación. Giré a mi izquierda,
dándole la espalda a Jaden .

 —Buenas noches jefe— dije cayendo en un sueño.

-Buenas noches preciosa- respondió el, y después de eso caí en los brazos de Morfeo...


«Final del capítulo»

𝗾𝘂𝗲́𝗱𝗮𝘁𝗲,  𝗁𝗈𝗌𝗌𝗅𝖾𝗋Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon