18

8.5K 437 15
                                    

 —¿Entonces vas a salir en televisión
nacional?

 —Eso creo —dije arrastrando un poco las
palabras.

 —Lamento mucho tu situación — me dijo el barman tomando mis manos.

 —Yo lamento haber aceptado ese
contrato  —mencioné dejándome caer
bruscamente en la barra  —Otro trago—
pedí.

 —Ya es suficiente hermosa —aconsejó
el barman, que por cierto se llamaba
Rubén.

 —Nunca es suficiente —dije sintiendo
como mis ojos comenzaban a picar.
No solo lloraba por Jaden, sino por
todo: por el abandono de mi familia,
por mis malas acciones, por mi pasado
y por mi soledad.

 —Recuérdame donde está tu amiga — dijo
Rubén dándome mi trago..

 —Bailando con un tal Luke— respondí
tomándome el contenido del caballito.

— No eres muy resistente al alcohol
¿verdad?

 —No— dije entre risas.
Mañana amanecería mal, muy mal.

 —Será mejor que vaya por tu amiga,
antes de que te pongas peor — mencionó
él.

 —Será mejor que vaya al baño antes de
que me orine encima — dije intentando
ponerme de pie. Todo daba vueltas y el piso no que quedaba quieto.

Ayudaba el hecho de que no había
muchas personas y de que el espacio no
era muy grande.

Después de hacer mis necesidades, salí
del baño, pero no quería regresar a
sentarme, así que decidí salir de aquel
bar.

 —Ya es hora de irnos Elena — apareció mi
amiga.

 —Está bien  —dije con la voz distorsionada.

Nos fuimos con el chico que Claudia
había conocido. Él nos llevó en su
atractivo carro, pero yo no estaba
concentrada en eso, sino es otra cosa o
persona: Jaden Hossler.

 —Mañana despertaras muy mal —dijo
Luke mirándome por el retrovisor.

 —No me importa —dije quedándome
dormida.


Llegamos a mi apartamento y tenia
tanto sueño y alcohol en mi cuerpo que no podía salir del carro.

 —Vamos Elena— dijo mi amiga jalándome.

 —No —dije arrastrando la O.

 —Vamos va a hacer esto rápido—
mencionó Luke y segundos después me
encontraba en su hombro como un saco
de papas.

Risas descontroladas salieron de mí,
¿Por qué? No lo sé.

 —Listo  —dijo él bajándome en la puerta
de mi pequeña morada.

— ¿Segura que puedes estar tu sola?—
me preguntó Claudia preocupada. Era
obvio que ella estaba más sobria que
yo.

— Sí, tú solo diviértete —respondí
guiñándole el ojo.

Ella y su hombre se fueron dejándome
sola en la puerta de mi apartamento.

Decidí entrar y querer caminar, caí al suelo. Un
fuerte golpe en mi mejilla hizo que esta
empezara a arder. El dolor era mucho,
al igual que mi sueño, así que decidí no levantarme.

Con un ardor horrible en mi mejilla, me quedé dormida en el suelo...




***

𝗾𝘂𝗲́𝗱𝗮𝘁𝗲,  𝗁𝗈𝗌𝗌𝗅𝖾𝗋Where stories live. Discover now