54

7.3K 400 203
                                    


-No quiero que te sientas presionada
o que te estoy obligando. Cualquier
decisión que tomes, yo la voy a respetar
y voy a ser feliz por ti- dijo Jaden
mientras veíamos el paisaje del lugar.

-No quiero hacerte daño- mencioné sin mirarlo.

-Y no lo vas a hacer-aclaró sonriendo.

En silencio miramos ese paisaje que
el mirador ofrecía. Cerré los ojos y
escuché el poco sonido de autos, pero a lo lejos se oían animales: grillos, búhos.
Pero no era el único sonido que estaba presente, sino también, los latidos de Jaden junto con los míos. Ambos tocaban una sinfonía tan hermosa y tan tranquila. Sin pausa, pero sin prisa. Sonaban tan alto que no sabia si era mi imaginación o él también los escuchaba.

Así estuvimos unos minutos. Sin hablar o reír, y no era nada incómodo. Ya nada era incomodo en él.

-Es hora de ir a casa. Tienes que
descansar-dijo. Los dos rompimos esa
paz y caminamos de regreso al carro.



***



Nos encontrábamos afuera de mi casa.
Las luces estaban apagadas, pues ya
pasaba de media noche.

-Feliz cumpleaños- comentó Jaden.
Me abrazó.

Al sentir sus brazos, mis ojos se llenaron
de lagrimas y me sentí tan llena de
vida.

Había esperado ese abrazo por tanto
tiempo. Su olor me reconfortaba y
su calor me daba paz. Sonreí aun en
sus brazos, le devolví el abrazo y nos
quedamos así unos segundos más.

De verdad me iba a doler dejarlo ir.

-Gracias- dije separándome de él.
Nos soltamos, pero nuestros cuerpos
seguían cerca, y pasó lo inevitable.

Tomó mi rostro y me besó. Me beso
como la primera vez, como si hubieran
pasado 100 años, como si fuera el
ultimo. Le seguí el beso, porque yo
también lo extrañaba.

-Lo siento mucho- dijo al soltarme -No
quiero confundirte o que pienses que
intento hacerte sentir mal-

-Yo sé que no es así- respondí

-Ve a descansar. Mañana será un largo
día- mencionó.

-Adiós Jaden-me despedí. Besé su
mejilla de manera lenta y amorosa.

-Adiós Elena- dijo él.

Lo vi subirse a su auto e irse. Me metí a mi casa de me dejé caer al piso.

***

No había dormido en toda la noche,
porque si lo hacía, sentía que no me
decidiría. Me sentía cansada, pero
satisfecha. O eso quería creer.

Eran las 7 de la mañana, y había
tomado una decisión: Me iba a quedar
aquí con mi familia y empezaría de
cero. Tenía que dejar ir a Jaden y
comenzar un nuevo capítulo.

Sabía que él me entendería y que
él también empezaría una nueva
etapa. Y aunque me dolía dejarlo, no
podía dejar a mi familia cuando ya la
había recuperado. Ellos eran lo más
importante para mi ahora, y tenía que
enfocarme en ellos.

-¿Vas a acompañarme?-preguntó mi
madre entrando a mi habitación.

-Si- respondí. Ella salió y me dejo sola.

Mi madre iba cada semana al
supermercado, pero tenía la manía
de hacerlo super temprano, porque
decía que no había gente y que era más
productivo el día. Yo había querido
acompañarla, porque compraría
algunas cosas para la reunión de
mi cumpleaños. Aunque no me
entusiasmaba mucho, pero ellos así lo
querían.

No le había dicho nada a mi familia
sobre Jaden , y era lo mejor,
primero lo tenía que aceptar yo.

Siento que ya lo extraño..

Cuando estuve lista, bajé. Ella y mi
padre me esperaba en la sala con una
bolsa.

-Vámonos- dije.

-¡Feliz cumpleaños!- dijeron los dos y
me abrazaron.

Tal vez esta había sido la decisión
correcta. Tal vez valía la pena dejarlo
ir.

-Gracias- dije -Los amo mucho-

Nos subimos a su camioneta y se
dirigieron al supermercado. El lugar
se encontraba algo lejos de casa, pues
mis padres habían decido vivir en las
afueras del pequeño pueblo.

Miré por la ventana y el cielo se
veía gris. A pesar de que acababa de
amanecer, se veía triste el día. Parecía
que llovería pronto.

-¿Deseas bajarte?- preguntó mi padre
cuando llegamos.

-Si, necesito despejarme- respondí.

Entramos los tres juntos.

De verdad que no había gente. A lo
mucho, éramos 8 personas dentro, sin
contar al personal.

Mis padres comenzaron a caminar y
a echar cosas a su carrito de compras,
mientras yo caminaba detrás de ellos
como un robot. Mi cuerpo estaba ahí,
pero mi mente no.

Extrañaría esos ojos tan hermosos como las estrellas, ese carácter de demonio, ese cuerpo de Dios griego, pero, sobre todo, esa manera de mirarme y hacerme sentir especial.

-¿Estas bien?- preguntó papá cuando
estuvimos solos. Lo miré y sonreí.

Me alejé de ellos y busqué el pasillo
adecuado. Me di cuenta que de verdad
no había gente, solo unas pocas
personas.

Finalmente encontré el pasillo. Estaba
vacío, como la mayoría.

Intenté ubicar la marca de pan que
compraba mi madre. Después de unos
segundos, lo hice. Eran las bolsas
que estaban en la parte de arriba.
Busqué con la mirada a alguien que
me ayudara, pero no había ni un alma.
Intenté bajarlo yo, pero me era algo
imposible, porque no era tan alta.

Después de mucho esfuerzo, lo logré.
Pero al girar para irme, choqué con
alguien.

-Lo siento-me disculpé mirando a
aquella mujer.

-No es nada-dijo ella sonriendo. Su
sonrisa transmitía confianza y me hacia sentir segura .


«Final del capítulo».


Diganme que piensan de
Elena.



𝗾𝘂𝗲́𝗱𝗮𝘁𝗲,  𝗁𝗈𝗌𝗌𝗅𝖾𝗋Where stories live. Discover now