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- Debemos irnos de aquí, ¡Ya!

Rápidamente el mini escuadrón enviado de Corea, específicamente miembros de la Mafia J-lion, se fueron del lugar al oír las sirenas de la policía, justamente estuvieron tras de ellos para atacarlos y sacarles información de la ubicación de lo demás para poder encerrarlos de por vida aun sin la justificación o pruebas de dicho caso, solo por pertenecer a la Mafia directamente iban al juez y le daban sentencia perpetua.

- ¡Ravn!¡Enciende el auto ahora!

El nombrado hizo lo pedido a la velocidad de la luz, esperando impacientemente a los demás que venían corriendo con todas sus fuerzas. Todos tenían sus caras tapadas para que ninguna cámara los registre en la capital de Francia, París. Su respirar dificultandose un poco con los cubrebocas negros, pero gracias a su gran condición física lo podían aguantar sin lugar a dudas.

Una vez llegaron al auto, subieron y automáticamente Ravn aceleró a toda velocidad, el movimientos brusco haciendo que sus cuerpos inconscientemente se agarraran de algo para estabilizarse y no golpearse.

- ¡Cuidado!- gritó el chico sentado a su lado, teniendo que esquivar a la patrulla que se había puesto bruscamente en su camino, el auto desastibilizandose por un momento del camino, está siendo puesto en la autopista por un rápido Ravn quien tenía los pelos de punta al ver pasar su vida por sus ojos. Tomó el camino que los sacaba de la autopista llena de autos en aquella estrellada noche.

Su robo siendo perfectamente llevado a cabo sin dificultad alguna, pero su acción dificultandose cuando la policía los había estado rodeando, intentando dejarlos sin escapatoria. Llegando a ser más inteligentes tuvieron otro plan de escapatoria, las cloacas, algo asqueroso por un momento pero la adrenalina despejando todo tipo de pensamiento más que correr y salvar su pellejo.

- Jimin, ¿Estas en tu puesto?- hablo el líder del pequeño escuadrón, Sehun.

- Si, está todo listo, faltan ustedes. Y apresurense que cuatro patrullas y un helicóptero los está buscando y si los encuentran lo tendrán que perder y será una perdida para nosotros.- hablo por el auricular que cada uno tenía en su oído izquierdo, medio en donde se podían comunicar y escuchar sin rastreo.

- Entendido.- apago el auricular, volteando a ver al conductor.- Sabes que hacer, Ravn.- este asintió y giró el volante brutalmente hacia la derecha, yendo por un camino solitario al estar alejándose cada vez del centro de la capital.- Prepárense, estamos por llegar.- todos en el auto empezaron a transportar el dinero robado a otros bolsos negros, con desespero y cuidado lograron poner todo el dinero en su lugar sin excepción. En unos 15 minutos llegaron a su destino, bajando a gran velocidad del auto, acercándose corriendo a Jimin con otros 5 chicos más, estos estirando sus brazos para agarrar los bolsos con el dinero y llevarlos al avión que estaba parado en una pista en pleno abandono.

- Suban al avión, ¡Ahora!- grito Jimin con fuerza. Sehun antes de hacer caso lanzo las llaves a un chico quien las recibió y fue corriendo al auto para seguido desaparecer de sus vistas con velocidad, dejaría el auto en un lugar abandonado y lo haría pedazos para que no tomaran pruebas en contra de ellos. Una vez listo subio al avion con prisa, siendo esperado por un desesperado y angustiado Jimin.- ¡Vámonos!

Las puertas del avión se cerraron y seguido de ello se puso en movimiento. Esta vez despegando con normalidad y sin complicaciones de por medio. Una vez fuera de peligro pudieron respirar aliviados.

- Abre los bolsos.- dio la orden Sehun a otro chico castaño quien hizo caso a lo ordenado. Al abrirlo podían apreciar millones de dólares y euros dentro, sumando también otro bolso más chico que el resto con algunas joyas de valor que estaban bajo llave en el banco que robaron. Si, un banco. Este perteneciente a uno de los tantos que lo traicionaron al formar parte de su compañía, compañía que era puesta para disimular un poco lo que hay detrás de todo aquello, pero claro, sin mostrar sus rostros o su verdadero trabajo. Siendo custodiados por Jungkook para que no se cometa ningún error en el proceso del trabajo. Ellos se encargaban de hacer negocios con otras empresas para firmar acuerdos que los beneficiaría a todos, pero había algún que otra empresa que se pasaba de listo y lo traicionaba, llevándose toda la plata, fondos, crédito, para luego empezar a trabajar como si nada, dejándolos sin dinero a ellos. Pero claro que no todo se quedo ahí, si no que habían hackers trabajadores de las demás empresas que llegaron a tirar todo su sistema para robarles dinero ganado directamente de su empresa.

Jungkook no soporto tantas pérdidas de dinero y mandó dos escuadrones a robar distintos bancos, donde se ubicaban las empresas contrarias y estafadoras para robarles todo el dinero de sus bancos. Llegando así su posición de estar con más de 7 bolsos lleno de dinero.

- ¡Buen trabajo, chicos!- animo Jimin con su encantadora eyes smile, cautivando a todos. Sehun sonrió sin poder evitarlo y se acercó por detrás del peli rosado, chocando su pecho con la espalda del más bajo.- ¿Qué haces?

- Nada, ¿Por qué?- dijo escondiendo su cara entre el cuello y hombro de Jimin, dejando un par de besos en la piel expuesta, causando escalofríos en el contrario.- Ven.- lo agarro de la cintura con confianza, dándole la vuelta quedando frente a frente, viendo la sonrisa coqueta del peli rosa. Juntos se fueron a un lugar alejado del resto, detrás de unas cajas de metal, el más alto estampando la espalda del menor contra una de ellas, empezando a besarlo con ferocidad y lujuria, siendo correspondido al instante.

Sus manos en la parte trasera del peli rosa, apretujando en el lugar sacando jadeos del menor, esté con sus brazos alrededor de su cuello, acariciando su cabello y soltando jadeos de satisfacción cada vez que sentía apretones en su trasero.

A falta del aire en sus pulmones tuvieron que separarse, juntando sus frentes mientras jadeaban y respiraban entrecortadamente.

- ¿Deberíamos hacerlo aquí?

- Ni lo sueñes.- Jimin le pegó a un divertido Sehun al ver la cara de su amigo volverse roja de la vergüenza repentina al decir aquello.

- Estaba bromeando, bebé.

- Bebé mis bolas, idiota.- escucho la risa del pelinegro y rodó los ojos, dibujando una mini sonrisa en sus labios, atreviéndose a callar la risa de un beso, tomando por sorpresa al mayor quien con gusto acepto. Sus labios sincronizados, lenguas formando una danza y suspiros de satisfacción era lo que se podía apreciar en ese lugar.

- ¡Sehun!- se separaron al escuchar el grito de uno de sus compañeros.- ¡Sehun!¡El jefe te llama!- rapidamente salieron de su escondite, no sin antes arreglarse un poco, yendo con su grupo, agarrando el teléfono en caso de comunicación inmediata.

- ¿Qué pasó, JK?

- ¿Están todos bien?¿Lograron su trabajo? Bueno eso no lo tengo que preguntar, son los mejores de nuestra mafia.- rio un poco.

- Si, estamos todos bien no te preocupes. Y respecto al trabajo, lo logramos con éxito.- dijo con orgullo.

- Me alivia escuchar eso, Sehun. ¿Cuánto les tomará llegar a Corea?

- Unas catorce horas, o menos, no lo sé con exactitud.

- Está bien, espero su regreso. Tendrán a dos camionetas listas en la pista esperándolos, solo eso. Nos vemos mañana.

- Hasta luego, Hyung.

Una vez escuchó el sonido de corte le entregó el teléfono a su compañero, para luego acercarse a Jimin quien estaba con la mirada en la ventana viendo y apreciando el paisaje de aquella noche. La luna iluminando las nubes, dándole un aspecto demasiado hermoso ante los ojos de cualquiera.

- ¿En qué piensas?- con sus brazos envolvió la cintura del menor, apoyando su mentón en el hombro.

- En que eres un idiota.- dijo con burla en su voz.

- Auch.

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Hυη∂єя Ƙιℓℓєя//Ƙσσктαє//Where stories live. Discover now