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Dos semanas antes.

¿Eso es todo?— el hombre frente a él asintió con el rostro lleno de seriedad, el cigarrillo entre sus dedos, calando el humo por su boca para luego expulsarlo por su nariz, pacientemente esperando que todos se fueran de su despacho con el dinero. 

— Sí, lo es. ¿Cuándo me traerás lo que te pedí?— el tono grave opaco el silencio entre todos. 

— Estará listo en dos días, Señor Choi.  

— No quiero ningún error en esto, J. DongHyuk falló una vez, no quiero que tú lo hagas, eres mi mejor hombre, no me falles o juro que no vivirás para contarlo. ¿Entendido?— rápidamente se paró de su asiento de cuero, mostrándose imponente ante los presentes, la tensión subiendo en cuestión de segundos.

— Bien.— se levantó de la silla con la misma velocidad que el contrario, estirando su brazo para estrechar su mano con el mayor, este sin más, aceptando la mano. Siendo así que se cerró un trato entre dos hombres.— Un placer hacer tratos con usted, Señor.— dio media vuelta, caminando con pasos tranquilos hacia la inmensa puerta blanca. 

— Protege a tu familia, Lee. 

Y eso fue lo único que escuchó al salir del despacho. 



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Actualidad.

— Jefe.— sin excepción, todos dieron una reverencia al pelinegro que recién llegaba a la pista donde los esperaban, su mano posada en la cintura de un pelirrubio mientras pasaba entre sus hombres trabajando. El avión frente a ellos listo y preparado para partir hacia Corea del Sur. 

Jeon camino con pasos firmes y decidido hasta las escaleras del Jet privado en color blanco y algún que otro detalle dorado, el mantenimiento de este siendo tan precioso y brillante que dejo embobado a Taehyung. 

— Entra.— centró su atención al pelinegro quien lo miraba seriamente, aunque en verdad miraba hacia atrás donde unos guardias miraban la retaguardia de Su chico. Min hizo caso y entró con apuro, teniendo cierto nervios al pisar el interior del lujoso Jet; tan ordenado, limpio y decorado que le hacía sentir fuera de lugar, sumando el hecho que había dos hombres vestidos de negro y pistolas en mano en caso de emergencia. Hicieron señas para que les siguiera e hizo lo pedido. Se tomó el tiempo de mirar a su alrededor con determinación, sin perderse algún detalle. 

Sintió como alguien estaba detrás suyo, y siquiera antes de mirar, una mano tomó la suya girandolo con delicadeza, sonriendo abiertamente al ver que solo era Jungkook. 

— ¿Te asuste?— asintió.— Lo siento.— simplemente negó con la cabeza con una mini sonrisa en sus labios, acariciando la mejilla del pelinegro con sus manos suaves, viendo como este cerraba los ojos por inercia al sentir las caricias.

— Jefe, perdón por interrumpir, pero, por favor, tomen asiento. El Jet pronto despegará.— una azafata llegó hasta ellos, su voz manteniéndose suave al hablar. 

— Gracias, Yves. Puedes retirarte.— una vez dado el permiso, dio una reverencia a la, lo que supuso, pareja, desapareciendo detrás de unas cortinas gruesas color vino.— Ven.— Jeon tiró de la mano de Taehyung hasta sentarlo en un sillón individual color beige, luego, él sentándose frente al menor. La comodidad que estaba sintiendo Min era inigualable, parecía un niño con un nuevo juguete.— ¿Estás cómodo?¿Quieres algo para beber?¿Algo para comer?¿Te sientes bien? Puedo traer algo por si te sient. . .

Hυη∂єя Ƙιℓℓєя//Ƙσσктαє//Where stories live. Discover now