06

1.4K 132 9
                                    



Música al tope, personas bailando, tomando y drogándose era lo que se veía y escuchaba en aquel salón que estaba ubicado en el motel, podría parecer un edificio normal pero de normal no tenía nada. Aquel edificio en Corea es secretamente creado para que los mafiosos puedan esconderse sin que las autoridades los encuentren con tan solo decir una clave, clave solo conocida entre ellos. 

La únicas reglas era no herir al dueño del edificio y no entrar con armas en aquel salón. Simple y sencillo. 

Los miembros de la Mafia J-Lion ya estaban ubicados, la mitad puestos en las terrazas de los edificios alrededor, para vigilar las calles en lo más alto y tranquilos, todos con francotiradores y binoculares. La otra mitad entraría luego de su Jefe que en este momento lo estaba haciendo. 

Los miembros de la Mafia contraria no le prestaron atención alguna ya que tenían todo tipo de atención en las stripers que bailaban en los tubos, tirando dinero a ellas. 

Fue hacia una mesa que estaba en primer piso, teniendo a la vista a todos. Sonrió para sus adentros, sintiendo la adrenalina subiendo cada vez más. Espero unos minutos en donde solo tomaba de su vaso con licor para luego dar la orden. 

- Pueden entrar.- hablo por el auricular que se ubicaba en su oreja izquierda, siendo escuchado por todos gracias a los que controlaban las señales desde la mansión. 

 Todos empezaron a entrar juntos, llamando la atención, ahora sí, de los miembros del bando enemigo. Estos empezaron a ponerse nerviosos cuando vieron las armas que cargaban todos en sus manos, empezando a rodearlos, dejándolos sin escapatoria. Empezaron a maldecir al no tener armas a su alcance, miraron a sus costados, buscando una salida. Estuvieron así por segundos hasta que alguien se atrevió a hablar. 

- ¡¿No se supone que aquí no se permiten las armas?!

- Al fin alguien se da cuenta, Dios.- habló Jungkook desde la oscuridad, trayendo la atención de todos a él.- Holi.- dijo con burla cuando todos los pares de ojos estaban sobre el. 

- ¿Quien eres?- hablo el mismo chico que antes.

- Oh, supongo que eres el líder del grupo, o solo eres el único con los huevos bien puestos  para hablar. Míralos.- apuntó a los contrarios, su mano siendo vista por todos.- Parece que se van a mear encima.

- Te he hecho una pregunta.- el fastidio en su voz fue como música para los oídos del pelinegro. 

- Bueno, bueno, perdón. Ya nadie se quiere divertir antes de morir o ¿Que?- dijo mas para si mismo que para los presentes, asustandolos a todos, Jungkook sintió una vista siendo puesta en el tan fijamente que lo estaba poniendo los pelos de punta, buscó con su vista aquellos ojos pero no vio a nadie. No le tomo importancia y siguió.- Bien, me presento soy... 

- Trataran de matarme, no les importa las reglas, siempre habrá más de uno con una pistola escondida. Es por eso que quiero que trates de protegerme. 

- No lo tenias que decir. 

Antes que siguiera hablando un grito alertó a los presentes, incluyendo a Jungkook. Mando a dos de sus hombres a que vayan a investigar y luego de unos minutos llegaron sosteniendo a una chica con una herida de bala en su hombro, sangre y más sangre saliendo de la herida. Se acercó a ella, poniéndose de rodillas con el rostro serio, dejando a la vista su cara ante pocas personas que sintieron un escalofrío por su cuerpo al darse cuenta de quién era. 

- ¿Cómo te llamas?

- U-umji.- hablo con dificultad, el dolor en su hombro se intensifica al paso del tiempo. 

- Bien, Umji. Fue un gusto en conocerte.- vio el rostro de la chica tonarse el miedo puro antes de tirar el gatillo de su pistola, dejando que el disparo se escuche por todo el salon. 

- Si ves a alguien con herida en el hombro es porque trato de matarte

- Bien, ¿en donde estábamos?- se levantó de su lugar, dejando el cuerpo inerte de la chica en el suelo, importandole muy poco el charco de sangre a su alrededor.- ¡Ha! Ya se... me presento soy Jeon Jungkook.- los presentes quedaron petrificados en sus lugares, incluido el líder que tenía preparada su arma en la mano al ver como mataba a su novia en su cara. Jungkook camino a su dirección, quedando frente a frente.- ¿Me reconoces, Kim Dong-hyuk?

- Como no voy a reconocer al que acaba de matar a mi novia frente a mis narices. 

- ¿He?¿Era tu novia?

- Si.

- Uh, lo siento.- dijo con ironía, echándose a reír segundos después. DK quería pegarle en ese momento y lo hizo, le pegó un puñetazo en la mejilla derecha, dejando sorprendidos a todos, ahora siendo apuntado por los miembros de J-Lion. Jungkook agarró su barbilla, acariciando esta con tranquilidad fingida. 

- Pegas como niña.- luego de decir eso le pego en la cara el doble de fuerte que el contrario, este tambaleándose y desplomándose en el suelo totalmente inconsciente.- Llevenselo.- dicho esto vio como se llevaban el cuerpo inconsciente del chico, desapareciendo segundos después de su campo de vista.- Bien. Quiero decir...- paro de hablar cuando sintió algo frío colarse en su sien, siendo esta una pistola, confirmándolo cuando todos apuntaron detrás de el.- ¿Por que mierda nunca me dejan terminar mis frases? 

- ¡Atrás, o lo mato!- se quiso tapar el oído cuando el chico grito cerca de su oreja. Todos hicieron caso ante lo pedido, deteniéndose a una distancia prudente pero sin dejar de apuntar con sus armas al raptor de su Jefe.- Tú vienes conmigo.- susurro en su oreja, asqueandolo un momento, pero al querer seguir caminando en reversa sintió como chocaban con algo, siendo soltado segundos después.

- De aquí no te vas, hijo de puta.- susurró igualmente Tae al chico que temblaba de miedo al sentir la katana incrustar su piel del cuello.- ¡Por favor, dejen de jugar a los superhéroes!¡háganos el trabajo más fácil y quédense en donde están, mierdas!- al terminar de hablar paso con fuerza su katana por todo el cuello del chico, cortando su garganta y de esta saliendo demasiada sangre, matando al segundo a este. Bajo la katana en modo de que apenas tocara el piso, está siendo manchada por hilos de sangre. 

Todo se quedó en silencio en donde Jungkook pensaba que hacer con los contrarios y cuando supo que hacer, hablo:

- Matenlos.- dijo con total tranquilidad, segundos después escuchando una horda de disparos en todo en salon, cuerpos cayendo al piso totalmente muertos, el charco de sangre que se formó ahí, los gritos de dolor era algo escalofriante por ver. Una vez vio como todos bajaron sus armas en señal de terminar su trabajo hizo que haga un ademán para irse de aquel lugar, no obstante, el aviso de alerta sonó por todos los comunicadores de los miembros. 

- Jefe, vienen tres camionetas desde el noreste.

- Entendido.- dio la vuelta, encarando a todos.- ¡Ya escucharon, a las camionetas!¡Ahora!- asintieron y empezaron a correr fuera del edificio, subiendo cada uno a las camionetas, incluidos los francotiradores. Una vez todos dentro de las camionetas a la velocidad de la luz, se fueron de ahí en dirección a sus escondites. 

Podrían rastrearlos por las cámaras y seguirle el rastro, el escondite era mil veces mejor para ellos. 

- Kook, nos tenemos que ir.- dijo Taehyung que se había quedado a la espera del pelinegro, aprovechando el momento para limpiar su katana en la ropa de uno de los cuerpos muertos en el piso. Jungkook no hizo caso y siguió escribiendo algo en una hoja, quedando listo luego de un rato, poniendo aquella hoja en la entrada a la vista de todos. El rubio al leer lo escrito en ella se rio. 

Disculpen el desastre de aquí, pero disfruten de su estadía

- Estas loco. 

- Loco estoy por ti.

- Dios, vamonos de aqui ahora.- tiro de la muñeca del azabache, sintiendo como al instante una mano se posaba en su cintura, comenzando a caminar juntos en total tranquilidad. Una vez subieron al auto se fueron del lugar, Tae viendo por el retrovisor como la camionetas se estacionaron fuera del edificio y de esta salia un monton de hombres y mujeres, entrando precisamente al edificio. Soltó una risa por lo bajo y acarició la mano que se posaba en su muslo izquierdo. 

- Ahora me debes una cita. 


Hυη∂єя Ƙιℓℓєя//Ƙσσктαє//Where stories live. Discover now