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— Las posiciones están bien, cada uno está en una línea de acuerdo a su especialidad a la hora de atacar o proteger. 

— Bien, ¿eso seria todo? 

— Uhm. . . Las armas ya listas, las camionetas, los puestos. . . Realmente no queda nada por agregar, asi que, sí, eso seria todo.— seriedad, planos en aquella mesa cuadrada, personas llamadas para el siguiente acto estando atentas a toda palabra que salía de su boca con profesionalidad, como si aquello lo hubiera hecho toda su vida, aunque, no estaba tan lejos de la realidad. 

— Perfecto. Estén pendiente a su alrededor, las sedes han sido destruidas, son cinco aquí en Corea, sin embargo, eso nos da señal a que lo seguirán haciendo hasta no dejar una en pie. Será mejor que tengan los ojos bien abiertos y, en caso de peligro, busquen ayuda, no quiero a los nuestros peleando solos. ¡Estamos juntos en esto!¡¿Entendieron?!— movieron sus cabezas de arriba hacía abajo, asintiendo efusivamente acorde a la pregunta gritada.— Pueden retirarse.— sin más palabrerío, cada uno tomo su camino con pistolas en mano, ajenos a una mirada preocupada y seria.

— Te ves tan sexy serio.— miró a su lado derecho, la presencia de Jimin siendo una clave para que sonriera divertido y a la vez con cierto cariño. 

Luego de volver a Corea, por órdenes de Jungkook, quedó a cargo de la protección y guías, al ser mano derecha de la mano derecha del Jefe, en este caso, Jeon, prácticamente quedaba con cierto poder en aquellos hombres que seguían ciegamente a su Señor Jeon, algunos jóvenes y recién reclutados estando en centro de prácticas lejos de la ciudad para, aunque sea, protegerlos del mundo al que aún no estaban del todo preparados. Tienen la regla de pasar por entrenamientos estrictos, si no los pasabas, directamente recibían un disparo a la cabeza por no servir, y para que nada saliera a la luz, los mataban a sangre fría.

Sehun estaba tan acostumbrado a ese tipo de vida que su corazón, ciertamente, se había endurecido y llegaba a ser neutro en todo tipo de situaciones de constante seriedad o peligrosas, pero cuando miraba directamente aquellos ojitos marrones con cierto brillo en ellos, tan hipnotizantes, atrapantes y demostrativos, coquetos, le hacía perder la cabeza y automáticamente su mirada se ablandaba y sonreía con entusiasmo, enamorado. 

Los primeros días que empezó a experimentar aquella sensación de alivio, calidez y cariño, lo negaba, no le gustaba, creía que sería una completa distracción y problema en el futuro, sin embargo, pareciera que el mundo estaba en su contra, ya que, Yoongi, lo había mandado a Francia para negocios y robos junto con el más bajito, castaño, en ese entonces, y cuerpo de muerte. Con el paso del tiempo ambos congeniaron tan bien que al fin de cuentas, aceptó sus sentimientos. Fue una batalla contra sigo mismo, pero, al igual que Jimin, terminaron aceptando aquello que sus corazones sentían cada vez estaban cerca uno del otro. Realmente no había apuro, no eran novios, por alguna manera querían asegurarse que esa extrañas sensaciones eran simple ilusiones y algo pasajero. 

Ojalá hubiera sido así. 

Pero, ahí seguían, presentes en todo momento, en cada lugar, y en cada rincón de su mente y corazón. Era algo inevitable, según él, no caer por Park; aquel rayito de Sol, pedazo de su felicidad, y futura pareja. Ajá, estaba decidido. 

Era ahora o nunca. Quien sabe. 

— ¿Sí?— el contrario asintió mientras se acercaba a su cuerpo con pasos coquetos, seguros y cortos.— Tú eres hermoso.— y afirmó sus manos alrededor de aquella definida cintura, encajando tan perfecto entre ellas que hasta daba ternura y ganas de apachurrarlo.

— ¿Lo soy?

Sonrió.— Lo eres.— sin esperar un segundo más, unieron sus labios en un beso armonioso, tranquilo y lleno de dulzura, sin apuros, disfrutando del otro. Luego de que sus pulmones exigieran oxígeno, se separaron, juntando sus frentes mientras miraban cada detalle del rostro contrario, tomándose su tiempo para admirar aquellas imperfecciones que amaban del otro.— Minnie. . .— susurró, tomando entre sus largos dedos los cachetes rojitos del menor.

Hυη∂єя Ƙιℓℓєя//Ƙσσктαє//Where stories live. Discover now