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(Antes del ataque)


Eran las tres de la tarde, el día estaba perfecto para salir y andar fuera sin necesidad de sufrir el calor o el frío, la leve ventisca era algo que ayudaba perfectamente al cuerpo a mantener una temperatura estable como para aguantar los rayos de sol, solo un saco y sencillamente estaba bien y lindo. 

 Un pelirrubio brillante, lindo, daba algunas vueltas por toda la propiedad bajo el apellido Jeon, junto a un pelimenta, su hermano, quien acababa de teñirse. 

Se ponían al día con simples cosas, hablando de cosas triviales y sin importancia, sus cosas del pasado quedando en eso, el pasado. Algo sepultado que no saldría a relucir a menos que sea demasiado necesario. Sus conciencias ya estaban lo suficientemente podridas como para agregar más sal a la herida de ambos, aumentar aquel daño psicológico que sufrieron a temprana edad por sus mismos padres era muy innecesario, por no decir estúpido de recordar. 

El cielo sin nubes, totalmente descubierto y dejando a la vista de cualquiera su hermoso color celeste, junto a sus rayos amarillentos a los ojos humanos. Otoño se veía cada vez más cerca de empezar, las hojas estaban levemente secas en sus puntas, otras caían, y otras mantenían su color y pigmentos en su máximo esplendor, dejando demasiados paisajes hermosos como para admirar por minutos, quizás horas. 

Ambos seguían sus pasos, sin ser conscientes que coordinaron sus pies, moviéndolos al compás.

— Hyung— el nombrado hizo un sonido con su garganta, dando a entender que lo escuchaba y tenía su atención. Dudo un poco, pero terminó por hablar.—, ¿sabes dónde se encuentra Jinhwan? Hace un tiempo no lo he visto por aquí. 

Y era verdad, luego de todos regresar a Corea, junto al anterior nombrado, se instalaron en la mansión de Jungkook, esté dando alojo a su novio y amigo de adolescencia hasta que puedan volver a rehacer sus vidas, o continuar dentro de cosas turbias. Algo así como una segunda oportunidad de regresar a lo que eras antes, pero mil veces mejor. 

— Uhm. . .— se mantuvo pensando un rato, intentando divagar entre su mente al rostro delicado del pelirrosa.—, creo que lo he visto en el Ala Norte, no lo recuerdo del todo.—  dijo con vacilación, tratando de reafirmar lo dicho.

— Gracias. Luego iré a verlo, quiero hablar con él.— una sonrisa hermosa se instaló en su rostro, iluminando más el jardín bien cuidado de la mansión. Yoongi lo miro con cariño, acariciando sus suaves pelos rubios, a pesar de ser el más bajo entre los dos eso no quitaba su oportunidad de dar algunos cariños en el cuero cabelludo de su hermanito, sabiendo que esto lo relajaba de sobremanera cuando algo lo atormentaba o cuando sentía algo de ansiedad. 

— ¿Por qué no vas ahora?— Taehyung fijo su vista en los ojos oscuros de su hermano mayor, con una pequeña esperanza de ir a ver y hablar con el pelirrosa, aunque su cuerpo divagaba entre hacerlo o no.— Ve, hablaremos después. Tenemos todo el tiempo del mundo. 

Ignorando aquel apretón en su pecho ante lo último dicho, rió un poco y dando un par de palmaditas en la cabeza del mayor, escuchando el gruñido que dejo salir de su boca, salió corriendo como un niño acercándose a una piñata llena de dulces y minis juguetitos. 

Entrando por el enorme corredizo de vidrio, siguió corriendo por el largo pasillo que lo llevaba a su siguiente destino, y a pesar de la mansión ser demasiado grande, sabía guiarse gracias a Jungkook, quien le había explicado cada rincón de la casa; pasillos más cortos, más largos, las alas que contenía la propiedad junto a sus distintas jerarquías, pasadizos secretos que solo el escuadrón Élite y el Jefe tenían el honor de saberlo, sumando a unos cuantos más que el abuelo de Jeon había mandado a construir para ser solo conocimiento de los herederos y familia Jeon, entre otras cosas. 

Unos minutos más tarde se encontraba en el Ala Norte buscando al pelirrosa. Ignoraba a las mucamas encargadas de mantener limpio la mansión, siendo que estas estaban entrenadas para cualquier emergencia y, a veces, formaban parte de las misiones hechas por los de arriba. Recorrió sala de estar, cocina, comedor y algunas habitaciones, pero no lo encontraba por ningún lado, por lo que no le quedó de otra que preguntar a la gente de ahí. 

— Disculpe.— una chica bonita, de pelo negro liso, dio vuelta y miro sorprendida al alto, sonrojándose un poco al reconocer la belleza natural del rubio.

— ¿E-en q-qué puedo ayu-ayudarlo?— tartamudeo un poco, pero luego negó con su cabeza al caer en cuenta que tenía al mismísimo novio de su Jefe frente a ella.

Hace un poco más de una semana, Jeon líder había llegado con la gran noticia que ya había conseguido pareja, y con palabras claves, que claramente los amenazaba con descuartizar a cualquiera que haga daño a su bebé, los presento a todos. Un escalofrío le recorrió todo su cuerpo. 

Mierda que se ganó la loteria.

— ¿Ha visto a un chico más bajito que yo, como un metro setenta o sesenta y siete, con pelo rosa y carita de ángel?— riendo un poco con lo último, asintió.

— Creo que lo he visto ir al Ala Este, iba con una toalla pequeña y una botella, supongo que a de estar en el gimnasio.

— Gracias, gracias.— dijo feliz, dando una leve reverencia con su cabeza, girando su cuerpo y emprendiendo su caminata al lugar dicho por la hermosa chica, está sorprendiéndose un poco y sintiendo su mejillas calientes por la anterior acción.

Afirmaba sus pensamientos. Era, en pocas palabras, un chico maravilloso. Se le notaba en su aura de fuerza y destreza, en su calidez y respeto a la hora de hablar. Suspiro. 

Ahora quería un novio. 

Por otro lado, Tae, quien tarareaba una canción de Måneskin, teniendo en cuenta que no se sabía las letras e inventaba su propio ritmo que solamente él entendía, estaba llegando a su destino, ahora encontrándose con más personas caminando o trabajando en su respectivo lugar asignado, chicas girando sus cabezas para verlo y sorprenderse al verlo por esos lados, y solo. Los chicos simplemente seguían con lo suyo, bebiendo o hablando con sus compañeras de trabajo, tranquilos en su día libre, la mitad de los hombres y/o mujeres estando en diferentes localizaciones de Corea, esparcidos para proteger a sus hermanos de pacto. 

Cuando por fin llegó al lugar que quería, abrió la puerta con una radiante sonrisa, está, con una rapidez increíble, desapareciendo al ver algo que no le gustó para nada. 







>><<






Último cap del día, perdón:(
Iba a subir otro pero no me da la mente para terminarlo, por lo que lo deje a medias y para subirlo en otro momento.

Espero les guste y tengan una linda semana♡

Fin de la tercera parte.

Hυη∂єя Ƙιℓℓєя//Ƙσσктαє//Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ