3a Parte

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Ante la negativa de Embre, de llamar a su madre, Aylim, lo hace a espaldas de él, diciéndole que los hermanos estában peleados, por causa de Sanem, llamándola malcriada y lianta. Por otro lado, Sanem regresa a la agencia, ante la sorpresa de todos. Allí,después en la sala de reuniones, están esperando a la empresa de material deportivo, a qué le enseñen su eslogan, pero mira por donde, una es una vieja amiga de él. A ella, se la comen los celos, mientras que a Aderen, Gollit, y Geygey, intentan saber que fueron en el pasado. Ahora, él y su vieja amiga, están hablando en su oficina.

-- Cuéntame. Dónde has estado tú, éstos años? -- preguntó él.
-- Mejor, cuéntame tú a mí, donde has estado? Desapateciste y ya no supe nada más de ti-- dijo Yacen.
-- Oh. Ya nos traen, los tes. Adelante, Sanem. No seas, tímida. -- dijo él, mientras que ella lo miraba, de mala manera.
-- Qué color, más bonito tiene! -- dijo Yacen.
-- Sí, es verdad.
-- Sabes que por tú culpa, me acostumbré a tomar té?
-- Sí?
-- Mm.
-- No me han dado, ni las gracias-- se dijo ella, con enfado.
-- Me acostumbré, cuando íbamos de acampada-- dijo Yacen.
-- Es verdad. Bebiamos te, y anís.
-- Mm.
-- Sí...ya me acuerdo.
-- Veo, que has cambiado mucho. Aunque ahora trabajas, en una oficina.
-- Aahh...mira quién fue a hablar? Con sus tacones, y ropa de diseño.
-- Bueno...y donde está, el Can Divit qué conocí? El hombre del espíritu libre?-- preguntó Yacen, mientras ella la miraba celosa.
-- Y dónde está la Yancem, que conocía? La chica con espíritu amazona?
-- Jaja.
-- Dime Bambi. Aún tienes, ésa vieja caravana?
-- No me llames, Bambi. Los días de reconocer los montes, como un ciervo, quedaron atrás. Ya no voy, de acampada.
-- Mm?
-- De echo, he vendido la caravana,  hace tiempo. La verdad...es que lo pasamos muy bien. A qué, sí? No he tenido nunca, unas vacaciones como aquellas--y volvieron, los celos.-- pero sí...te apetece repetir, no tienes más que decírmelo.  Sólo tengo que hacer, unas llamadas.
-- Atchusss-- hizo ella, para cortar la conversación.
-- Salud, Sanem, salud-- dijo él-- por cierto. Qué haces, todavía aquí? -- preguntó. -- puedes irte. No hace falta, que quites el polvo, precisamente ahora.
-- Es qué...está todo muy sucio-- dijo ella.
-- Venga Sanem. Eres alérgica al polvo, y vas ha estornudar, 1000 veces más. Por favor, déjalo ya. Vuelve con el equipo, y haz lo mejor que sabes hacer. Qué es, ayudarnos a mejorar las campañas.
-- Me conoce, muy bien-- dijo ella.
-- Jaja.
-- Te vas a hacer, daño en la espalda. Sal de ahí, por favor-- dijo él.
-- De acuerdo.
-- Estaré, por aquí.
-- Vale.
-- Vale.
-- Ya te avisaré, si queremos más te-- dijo él.
-- Más te? Pero es que...tomar mucho te, no es bueno para la salud. Si lo preferís, os traeré, otra cosa. Qué os, apetece?
-- Pués ahora mismo, no sé. Pero sí queremos algo, te llamaremos. No te preocupes-- dijo él, con indiferencia.
-- De acuerdo. Ya...os dejo. Bueno, me voy-- dijo ella. Eemm, si me necesitáis, estaré por aquí.
-- Ya lo sé, Sanem. No tengo, la menor duda-- dijo él.
-- Estaré, muy cerca, ja-- le dijo ella, a Yamcen al oído.
-- Esta chica, es un poco rara, no?-- preguntó, la muchacha.
-- Mucho, mucho. No lo sabes, tú bien.
-- Jaja.
-- No te preocupes. Ahora mismo, voy-- se dijo ella, mientras llevaba la bandeja con los tes.
"Sanem. No hagas el ridículo-- le dijo, la voz.
-- Sólo me faltabas, tú. Déjame, en paz. -- le dijo.
"Soy la voz, de tú conciencia. Tengo que ir, contigo.
-- Pués, que coincidencia más oportuna. Apareces cuando llega la chica esta.
"Es guapa, por cierto. Es alta, delgada, y tiene un buen trabajo. Y unas piernas, casi tan largas, cómo tú.
-- Quieres callarte, den una vez? -- le gritó, mientras que Geygey, la observaba.
-- Sanem-- dijo Geygey.
-- Dichosa máquina. Porqué, no funciona? A ver, si la tiramos ya--gritó ella, fingiendo.
-- Vamos a ver. Con quién, hablando? Estás celosa? Pero qué, has hecho antes? 
-- Celosa, yo? Pero qué, dices eso, hombre?
-- Esa chica, la nueva Polet, es altísima. Es jugadora, de voley. Menudas piernas, tiene. Qué crees que es, modelo?
-- No Geygey. No es modelo. Es campista, y es, Bambi.
-- Cómo que es Bambi? Sanem, de que estás hablando? No....
-- Ojalá, lo supiera. Esto es, de locos.
-- Bueno...es que tú...-- Aahh...es Ayham, me está, llamado. -- Me está llamando, Ayham.
-- Pués, cogelo.
-- Es qué ahora, no puedo. Después de abrir la caja, se que es mí destino, y por eso, no puedo cogerlo.
-- Deja de decir tonterías, y contesta.
-- No puedo. Si contesta, se quedará, y seremos novios y si nos casamos, tendremos hijos. Esa será, nuestra familia, y luego vendrán, niños, venga niños, venga niños. Y con el tiempo, seré abuelo. Así que, no puedo contestar a su llamada. Porque si contesto, quiere decir que lo acepto todo. Así que no contesto, y se acabó. Mira, aprieto mí dedito, y se acabó mí destino.
-- Damelo, damelo--decía ella, mientras corría detrás de Geygey.
-- No puedo, no puedo-- decía Geygey, corriendo.
-- Dame, el teléfono.
-- Qué no, quiero.
-- Damelo, damelo.
-- No. Qué no quiero.
-- Dame, el teléfono.

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