3a parte

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Después de que ella hablase a solas con él, esta se siente presionada y decide irse a su casa ante la mirada desconcertada de todos se marcha dejándolo todo lo que él decide dar por terminada la reunión.
-- Chicos, ya está bien por hoy. Estemos cansados. Quedaremos, otro día.

En Ankara, a Leyla y a Embre, se les están bien las finanzas del seminario y la sensación de que están unidos y conjenian los dos se siente que acaba invitandola después a cenar.
Mientras tanto, Aylim no para de pensar en embre que ve que ya no puede recuperarlo y solo le queda mirar las fotos en el ordenador.

Sanem, llega a su casa y coge una cajita y coge el mismo libro que estaba leyendo él.
"Tengo la impresión de que tenemos una habitación con las puertas enfrentadas. Y cada uno empuña el picaporte de una de ellas. Basta el pestañeo de uno, para que el otro, desaparezca y el primero casi alcanza, ha pronunciar la primera palabra, cuando el segundo ha ehado el cerrjo y se perderán de vista...
"Anoche, la vi en mis sueños. Me sentí, tan infeliz. No me tape los oídos, cuando usted habló, pero tampoco, contesté. Es difícil, decir la verdad. Usted, es como yo. Puede que sea...mas que yo. Usted existe, como yo, existo.

--Ah, papá. Muy buenos días.
--Buenos días, cariño. Has dormido bien, esta noche?
--Aahh, estoy muy cansada y hoy me quedaré en casa.
--Ah, que bien. Así puedes descansar, verdad? Trabajas muchísimo, últimamente.
--Papá, que es eso? Pero, que vas ha desayunar?
--Es, ja. Un invento de tu madre. Intenta matarme de hambre, para darme una lección. Pero no sé porqué, me da miedo preguntárselo. Hoy cocinare yo, sino, nos moriremos de hambre.
--Voy a abrir la tienda, y me quedaré allí a leer.
--Muy bien, y...que quieres, para comer?
--Yo no lo quiero decir, pero ya no aguanto.. Cocinas, peor que yo. Cómo lo vas a hacer?
--Pues voy a leer las recetas, y las seguiré, al pie de la letra. Mi preciosa niña, que voy a hacer para que vuelvas a sonreír. Estas muy triste, estos días.
--Con un abrazo, bastará.
--Oohh, mi niña bonita. Anímate, animate.
--Que aproveche.
--Gracias.
--Y...come despacio, para que te cunda.
--Tienes razón. Vamos a ver, por donde empiezo...por la aceituna.

--Señor Embre, espero que tenga un buen viaje.
--No hace falta que me acompañes. Vuelve, no quiero que te pierdas el seminario.
--No es ninguna molestia, además quiero darle las gracias por la cena. Si quiere cualquier cosa, llámeme por favor.
--Muy bien. Aún te quedan unos días. Disfruta.
--Gracias.
--Hum, ya esta aquí, mi coche. Adiós.
--Hasta luego--dijo Leyla, dándole un beso en la mejilla. Esta era el segundo paso para su unión.
--Hasta luego.

--Que pase, un buen día.
--Sanem!! Qué es lo que ven mis ojos? No me lo puedo creer.--dijo Musafer--has vuelto al barrio, Sanem? Has vuelto, a la tienda de Leyla?
--Sí...he vuelto, Misifuz. A ver, que necesitas?
--Aahh, nooo. No quiero nada. Oye, sabes que ahora tengo, mi propia tienda? Se puede decir, que ya somos vecinos. He abierto una tienda de lencería femenina y tengo ropa de todas los colores y medidas. He venido, para decirtelo.
--Aahh, es el teléfono--dijo, al oir que sonaba. No hay que dejar la tienda sola. Es una máxima de los dueños de tiendas. Venga, ve a cuidar tu tienda.
--Me voy, no hace falta que me eches
--Adiós.

--No contesta.
--A ver yo.
--Hola, Geygey.
--Dónde estás Sanem, deberías estar aquí a las 10 y 20 y llegas 1 y 20 minutos tarde. La señorita Aderen, y el señor Can, ya están trabajando.
--He dejado...el trabajo.
--Que quieres decir...por...cuando lo has dejado? Quien lo a aprobado?
--Yo misma.
--Ha dejado el trabajo? Porqué?--dijo Gollit.
--No puedes dejar el trabajo, así, como así. Tienes que venir, presetar una carta formal y la señorita Aderen te despedirá por llegar tarde.
--Es que no, pienso ir.
--Pero que dices., Sanem? Wue le voy ha decir al señor Can, cuando me pregunté por ti?
--Geygey, el señor Can.
--Dónde está Sanem?
--No le des, el teléfono.
--Está en casa. De acuerdo. Dice que ha dejado el trabajo.
--Hola Sanem--dijo tras pasarle el teléfono.
--A ver, Geygey-- dijo, creyendo que era el.
--Sanem, no me cuelgues. No me cuelgues. Que haces? Eenm...no voy a ir...a trabajar.
-- Lo dejas? Pero, porqué?
--Eemm, me aburro y estoy harta y además, mi prometido no quiere que trabaje más. No quiere que me canse y así pasa mas tiempo conmigo, así que por eso...lo dejo.
--Tú, prometido? Sanem, por última vez, vas a venir?
--No...no voy a ir mas. Por cierto...gracias por todo lo que me has enseñado...todo este tiempo. Te lo agradezco. Además, creo que...--y no la dejó, terminar.--hola? Me ha colgado.

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