Cap 18

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Eran las 3 de la mañana, y Sanem, no había regresado a casa todavía. Preocupados, Nihad y Mezquive, junto con Ayham, Osman,, Musafer y salen ha buscarla. Por otro lado, ella está en la agencia escribiendole una carta, y la deja en su oficina, pero al salir, lo encuentra sentado en las escaleras que bajan a la sala de reuniones. Allí habla con él, y después él se va, dejándola sola. Y ahora, Mezquive, y Nihad, se dirigían a la comisaría para preguntar y ella aparece, sin saber que la están buscando.
-- Ah, Sanem, siempre se mete en líos. Siempre me mete en problemas-- dijo Leyla.

-- Ya os lo había dicho yo, que estaría en casa. Hemos estado toda la noche en la comisaría, para nada-- dijo Ayham, al verla acostada durmiendo.
-- Yo ha esta niña, la mato. Te voy ha matar, me oyes?-- dijo Mezquive, agarrandola.
-- Qué pasa? -- preguntó ella, como si no hubiera con ella.
-- Qué, qué pasa? Te voy ha decir yo, que pasa -- dijo Mezquive.
-- Mamaaaa, mamaaaaa-- gritaba corriendo.
-- Te vas ha enterar, de lo que vale un peine-- decía Mezquive, corriendo tras ella.
-- Tranquilizate, mujer. No es, para tanto. Tranquila.-- dijo Nihad, sujetandola.
-- Dejadme, dejadme. Qué yo, la mato -- decía Mezquive, intentando soltarse.
-- Ya vale.

-- Jo, tía. Lo tuyo, es muy fuerte. No hay día, en que no la líes-- dijo Ayham.
-- La que tengo ya en mí vida. Esto no es nada-- dijo ella.
-- A mí, lo que me flipa, es la habilidad que tienes, para esquivar a tú madre-- dijo Osman.
-- He dicho, que iba al trabajo. Pero Leyla, no me lo ha puesto nada fácil.
-- Tú madre, estaba muy preocupada, por ti. En fin, ha sido una aventura. No voy ha abrir, la carnicería. No he podido, dormir--dijo Osman.
-- Siento mucho, que no hayas podido dormir, por mí culpa. Decidle a Leyla, que me voy ha trabajar. Para que no vayan otra vez, a la policía.
-- Pero...porqué, no la esperas?-- preguntó Ayham.
-- Está en el baño, y tarda horas en arreglarse y no quiero llegar tarde al trabajo. Hasta luego, nos vemos.
-- Hasta luego.
-- Puff-- resoplo Osman.
-- Estoy qué me caigo de sueño. Voy ha tirarme de plancha, en la cama-- dijo Ayham
-- Ayham, Ayham. Estamos perdidos -- interrumpió, de pronto Musafer--se masca la tragedia. Se ha ido Sanem, eh? Se ha ido, ya? -- preguntó.
-- Musa, dónde has estado, toda la noche? -- preguntó Ayham.
-- No he pegado ojo, en toda la noche. He estado buscando, la matrícula, de ese coche, y resulta que es italiana. La cosa, está muy clara. Es la mafia. No una mafia cualquiera. Es la mafia italiana, sí.
-- La mafia, italiana? -- preguntó Osman, con guasa.
-- Sí, así es. La mafia italian. Se llama, Emsio Fabryk, tiene mansiones, trajes oscuros, gafas de sol. Es un tío, peligrosísimo. Lo digo en serio, pero, muy peligroso.
-- Anda ya, Musa. Deja de decir tonterías. Mafioso italiano, que se llama, Emsio Fabryk? -- dijo Ayham.
-- Mira Musa. No estoy, para escuchar tonterías. No he podido dormir. Voy ha abrir. -- dijo Osman.
-- Me voy, a la cama-- dijo Ayham.
-- Vaya. Pues menudos amigos sois. La mafia, está por aquí, y no vais, por ella. Espero, que os pillen a vosotros también. -- Sanem. Dónde estás? Ooohh, aquí estás. Ay, madre. Pero si es, el mismo coche-- dijo Musafer, al verla subir al coche. -- Sanem! -- Pare, taxi.-- Sanem.-- Siga a ése coche-- le dijo, al taxista.

-- Verás Sanem. Esta noche, he estado dando vueltas, y...tengo que darte otra propuesta-- dijo Fabryk.
-- Señor Fabryk, ya le lo dije. Lo lamento, pero...no me sentía bien.
-- Sanem, Sanem, escucheme, por favor. Entiendo que la situación, de su empresa, es lamentable y que por eso, se sienta mal.
-- Sí, así es.
-- Pués vamos a hacer, una cosa. Vale? Yo me encargo, de resolver esa crisis.
-- Como...dice? Pero cómo, vas a hacer usted eso?
-- Señorita Sanem. Si digo, que me encargo. Es que yo, puedo hacerlo. Como le digo, que me encargo, de todas las deudas que tengan. Y usted, ha cambio, me cederá el perfume que llevaba el día de la fiesta.
-- Bueno...y si en vez de ése perfume, hago otro mejor, todavía? Podemos seguir probando, y hacer uno mucho mejor. Se lo aseguro. Puede probar, otras esencias.
-- Mire, Sanem. Es bueno, negociar. Y no quiero, otro aroma. No obstante, lo pensaré. Le haré saber mí decisión, a lo largo del día. De acuerdo?
-- De acuerdo.
-- Vale. Mire...si quiere, la puedo llevar a la oficina. Nos pilla, de camino, verdad?
-- Sí. Muchísimas gracias.

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