Cap 32

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Confidencialmente, Leyla le dice a Geygey, que Sanem está en el hotel, con Can. Este asustado, por guardar otro secreto, se dice que pata evitar contarlo, que piense en el trabajo. De pronto, aparece Aderen, con la señora Huma, hablando de recortar gastos. Completamente asustado, preocupado, piensa que lo van ha despedir. Por otro lado, la señora Huma, llama a Pollent, para preguntarle, si estaba allí él, pero ella, lo niega, y que no está registrado. Entonces entiende, que alguien debe saber, donde está.
En el seminario, ambos discuten, y el entrenador, intenta que se junten, de la forma que sea, sin embargo, a la hora, de salir ha bailar, la deja sola, con la excusa, de que está cansado. La señora Huma, sigue intentando, averiguar, donde está Can, y está segura, de que Geygey, lo sabe, pero al no decirlo, lo amenaza, con despedirlo. Por otro lado, Gollit, y Geygey, llegan al barrio, para el eslogan, de los productos orgánicos. En ese momento, Aysum, interrumpe, con la intención, de estropear, el asunto, sin embargo, no lo consigue, y se ponen manos a la obra, en la casa, de Geygey.

-- Huyyy!! Por qué, no funciona, la calefacción? Me estoy, congelando. No...tengo, mucho frío. A..y...a..y...el radiador, está frío. U..Y...tengo las manos, y los pies, congelados. -- y llamó, a recepción.
-- La calefacción, no funciona, en su habitación. El servicio, de mantenimiento, lo arreglará, mañana-- le dijo.
-- Eso no puede ser. Tiene que darme, una solución. Quiero otra habitación, con calefacción, ya. No puedo, estar así.
-- Disculpa, estoy llamando, al servicio de habitación. Pero nadie, me contesta. Me puedes dar, un vaso de agua? Por favor? Perdón. No sé, si estabas haciendo algo. --dijo él también.
-- Lo siento. Pero no le puedo ayudar. Las habitaciones, están ocupadas. Estamos en temporada alta.
-- Pero, que bien. Verdad? Me voy ha morir, de frío, y voy ha esperar, a qué lleguen los pingüinos, y se encuentren, mí cadáver.
-- Disculpe?? Escuché su conversación, sin querer. Veo que hay un problema. Si quiere, cambiaremos, las habitaciones. Ella puede quedarse, se queda, en la mía, y yo, quedarme, en la suya.
-- No hace falta. La habitación, está helada, y no estoy exagerado. Además... la ventana, no cierra bien.
-- Hace, mucho frío?
-- Mucho frío.
-- Pues...vamos a hacer, otra cosa. En la habitación, hay dos camas. La principal...y el sofá cama.
-- Y yo voy ha dormir, en el sofá cama, para niños?
-- Lleva conejitos, en los pies.
-- En la noche, baja a 5o, bajo cero-- le dijo, el servicio de habitaciónes.
-- Qué frío! Qué, vas a hacer? Tú, decides. Yo ya te tengo, a mí lado. Y..? Qué, dices?
-- De acuerdo, vamos.
-- Bien.
-- Seguro, que esto es una cama?-- le dijo, después de entrar, en la habitación-- pero...si no quepo. No puedo, darme la vuelta. Ah...ah, ah...esto es por estar, medio recostado, así. Esto es una cama, para niños. Así, no puedo dormir. Podría ser un caballero, y dejarme, la más grande. Pero no...cuesta la más pequeña. Maleducado, phsss...se decía, mientras que él, no le hacía, ni el menor caso, y fingiendo, que estaba leyendo.
-- Sanem?? Sabes que te escucho, perfectamente. Verdad? Me da igual, que hables contigo misma, y que digas lo que quieras. Pero ahora, pasa de mí-- le dijo, él.
-- Ah...si..? Bueno, claro. Quiero que sepas, que yo no tengo, ningún problema, en hacerte lascosas, a la cara.
-- Pues muy bien. Yo voy ha leer, en voz alta. Prometió, no revelar, sus secretos, y revelo, todoslos detalles, con atención. Esto es lo que quieres? Qué nos molestemos, mutuamente? Además, cómo quieres que quepa, en una cama, que tú, no cabes...Sanem? Qué quieres? Qué durmanos, en una cama, los dos juntos? Ah..? Lo mejor, es que tú duermas, ahí, y yo, aquí. O se te ocurre, alguna otra idea, brillante?
-- De qué, estás hablando? Claro, que no. Ni siquiera, nos hemos reconciliado, para dormir, en la misma cama.
-- Sanem...tendrías que estar agradecida, porque te dejé, que te quedaras aquí. Creo que...reservaste, en el último momento. Creo que, ayer.
--Can...Pero ya, te lo explique, todo. Te dije, la verdad. Ya te dije, que vine aquí, por el seminario. Sé que no, puedo creerlo. Me encantan, estos seminarios. Llama...Y pregunta, si quieres. No me importa. Llama a los hoteles, de al lado. Preguntales, a ellos. Eh..? Llama a los hoteles. No puedo soportar, que me acuses, de esta forma. Lo que tengo, que tango, que aguantar. Me voy. Di lo que te de, la gana. Me da igual. No dices, nada? -- le preguntó.
-- M,m...
-- Me voy. Me voy, de tú habitación. -- le dijo, sin quererse ir.-- mirabe bien, porque me voy, de verdad. Me voy. No tienes, que decir nada. Me voy. Ya te he dicho. Me voy. No podrás hacer nada, para impedirlo. Me estoy yendo. -- pero él, seguía, sin hacer caso.
-- Sí...Pero vas a ver, el frío, que hace. Si quieres irte, vete. Pero cierra bien, la puerta, porque fuera, hace frío. No sé, cuantos grados, hará exactamente, pero supongo, que son 10 o 5 bajo cero. -- y al final, estuvieron los dos en la misma cama. -- Sanem...-- le dijo.
-- Qué...? Dame el cobertor. Me estás, destapando.
-- No me hables. Estoy, durmiendo. Ah...ay...Ya no hay, cobertor-- le dijo, tirando, de él.
-- Mm...
-- Can...damelo. Si no me tapo bien, tengo pesadillas.
-- No tires.
-- Dame, ese cobertor. -- paro era inútil, y a patadas, intentaba quitárselo.-- ah...Pero, que terco, no cabe duda.-- le dijo.
-- Buenas noches, Sanem-- le dijo, tras reírse. Por la mañana, todo estaba tirado, por el suelo y ambos, abrazados, y ella, más feliz, que unas castañuelas.
-- Buenos días-- le dijo ella, al ver, que él, se había despertado.
-- Buenos días.-- y cuando más juntos estaban, llamaron a la puerta.
-- Quién será, tan temprano? -- preguntó.
-- Voy, a ver. -- era Pollent.
-- Hola??-- le dijo.
-- No es, verdad. -- Pollent? Qué estás haciendo aquí-- le preguntó.
-- Ah...oye lo siento. Siento interrumpirlos. Lo siento mucho. De verdad.
-- Cómo, me encontraste?-- le preguntó.
-- Eh...me lo contó, tú madre, Can. Pero no, malinterpretes, mí visita. Sólo he venido, porque quiero, hablar, contigo, y...cambiar, de aires.
-- Sí...mí madre. Mi querida madre, ha hecho lo imposible, para saber, donde estoy.
-- Yo sólo vine aquí, para estar, en el seminario. A mí...me encantan, asistir...a seminarios-- dijo ella.

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