🥀 Capitulo 53 🥀

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Albert:

Camino tranquilo por el calmado pueblo, viendo de un lado a otro que puedo encontrar aqui.

Las personas que lo habitan parecen amables, los vendedores de cada puesto sonrien inspirando confianza e invitan a los clientes a observar su mercancia, a un que por muy buenas personas que se miran si de algo estoy sumamente convencido, es de no fiarme principalmente de las apariencias.

El sol brilla, percibo el calor sobre mis cabellos rubios y el bochorno poco a poco se siente, con algunos pasos torpes intento no pisar los charcos de agua sucia, resultado de la lluvia de anoche.

- ¡Cuidado! - Grita un hombre que se aproxima hacia mi pero no logro enfocarlo hasta que me pasa por enfrente.

Rayos.

Suspiro frustrado en cuanto me siento empapado de la cintura para abajo, su carreta iba tan rapido que logro ensuciarme, nimodo.

Meto la mano a mi bolsillo y saco de el una pequeña pero mojada lista que mi madre me dio, hacen falta algunas cosas en la casa y principalmente comida, ahora que somos tres es dificil que nos rinda y mas sin tener un empleo fijo en algun buen lugar.

Deje algunas solicitudes en diferentes establecimientos pero ninguno me a llamado a un, mientras tanto debo hacer rendir algunos dias mas el poco dinero que tengo.

Sigo mi camino, buscando entre los puestos hasta que veo el indicado, me acerco hasta el y pido amablemente unas cuantas bolsas al vendedor, - Aqui tiene - Ofrece las pequeñas bolsas de plastico y enseguida comienzo a tomar lo que busco.

Algunas papas, zanahorias y calabazas, es lo que necesita mi madre para prepararnos una rica sopa.

- Es todo - Digo y le extiendo el dinero al hombre con la ilusion de que sobre un poco pero no es asi, al contrario, me dice que falta y ya no tengo mas por el momento.

Con algo de pena saco una cosa de cada una poniendola en su lugar y el hombre ahora un poco menos disgustado me dice que asi esta bien.

Que vergonzoso.

Tome mis cosas y sali pronto de aquel lugar en el que deje mi pena expuesta, de algun modo esto me trae recuerdos.

Aquellos dias en los que era un infante, donde en vez de llegar a casa con lo que me encargaban, llegaba con cantidades enormes de dulces, cuyos mi madre enseguida me hacia regresar al pueblo para devolver.

Es la misma pena que siento ahora.

Mi celular vibra en mi bolsillo y temo que sea ella, me preocupa que se haya olvidado de encargarme algo mas y ya no tenga mas dinero en estos momentos, a un asi tomo el aparato y contesto.

- Albert, ven pronto porfavor, algo no esta bien - Ni si quiera respondo, se lo que significa.

Cuelgo, guardo nuevamente el movil y corro tan rapido como mis piernas me lo permiten.

El camino a casa es largo, cosa que no ayuda al momento de venir a buscar suministros del pueblo, intento concentrarme en mi objetivo, llegar a casa lo antes posible en vez de pensar cosas que no importan ahora.

15 minutos paso corriendo y ya estoy bastante agotado, me detengo para coger aire y notar que una de las bolsas se rompio, maldicion, la sopa de verduras no estara completa sin calabazas. A un asi debo seguir, no hay tiempo de regresar, suspiro fuerte y prosigo a caminar a paso rapido.

Cuando finalmente siento mi boca reseca, el sudor en mi cuerpo y las sensacion de desfallecer veo mi pequeño hogar, sonrio ante ello y apuro a un mas el paso, hasta que finalmente ingreso en el bastante agitado.

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