+18, violencia, romance, desamor y síndrome de Estocolmo.
¿Que pasará con la vida de Marinette?.
Una azabache emancipada de 18 años, luego de ser secuestrada juntó a otra chica por el famoso diseñador Gabriel Agreste.
Llevada a su mansión en Londres...
- Joven Agreste ¿Ésta todo bien ahí adentro? - Hablaron nuevamente desde el otro lado de la puerta, seguido de proporcionar lijeros toques sobre la madera.
Era la segunda vez que lo hacían, pero al igual que en la primera ocasión no tenía ganas de contestar, mí cabeza dolía a causa de la resaca, sentía mi cuerpo demasiado cansado y unas inmensas ganas de vomitar abordaron en mí estomago.
- Su padre esta esperando por usted en la resepcion, necesitamos que baje para poder ingresar al cuarto y hacer sus maletas - Fue inevitable abrir mis ojos con pesadez tras escuchar aquellas inesperadas palabras.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Mis jodidas maletas?, ¿Para qué?, no estaba en mis planes viajar y mucho menos lo haría en el estado en el que me encuentro.
Seria un puto martirio por el cual no estoy dispuesto a pasar.
Ni si quiera si se trata por cuestiones del trabajo, pese a que gracias a mi reciente carrera como modelo estaba consiguiendo buenas recompensas, por nada me levantaria.
Nada ni nadie me obligaria a poner un pie bajo la cama. ¿De que serviria?.
Despues de todo, si estoy en lo correcto y se trata de un viaje por trabajo, estoy completamente seguro de que no lucire muy atractivo en las portadas de las revistas con tremendas ojeras bajo mis ojos, mi tez amarillenta y el notorio cansancio que mi rostro refleja por la maldita cruda.
Ni de coño podria hacerlo, y menos con esta apariencia.
A un sin despegar mi rostro de la almohada vi fijamente hacia la puerta, tras escuchar nuevamente un toque sobre esta, abri mi boca para contestar pero me detuve de hacerlo al escuchar los pasos de alguien mas acercandose.
- Buen dia señora Amanda - Reconoci inmediatamente esa molesta voz.
- Buenos dias joven Laiffe - La mucama contesto amablemente al saludo de mi amigo.
Quien para ser honesto, era la ultima persona a la que tenia ganas de ver, no porque estuviera enojado con el, simplemente por el hecho de que Eithan no puede mantener su boca cerrada cuando no soporto ni mis propios pensamientos y mi cabeza en estos momentos se siente como si estuviera a punto de estallar.
Me puso de mal humor tan solo imaginar la idea de soportarlo, guarde silencio y mire con atencion la perilla, como esta comenzaba a moverse lentamente y a su vez la puerta era abierta de igual forma.
- ¿El ya esta despierto? - Cuestiono Eithan a un sin entrar en mi habitacion.
