🥀 Capítulo 56 🥀

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Oswald:

El olor y el humo de cigarrillos inundaba toda la habitacion, cosa que era bastante comun, ya que se destinaba a ser usada unicamente para los descansos de nuestra gente. Aun que a mi me gustaba llamarlo de otra forma.

" El cuarto de los pequeños ratos de diversion".

La jordana habia sido pesada durante los ultimos dias, cada vez habia mas y mas trabajo, sin mencionar que moverse de un lado a otro sin parar de distribuir y cobrar en algunos sitios por la mercancia resultaba ser sumamente agotador, o asi creia. <Almenos debia serlo para los empleados>.
Gracias a mi puesto no tenia que hacer el esfuerzo de mover ni un solo dedo ni derramar ninguna gota de sudor, solamente me encargaba de dar ordenes cual dictador debido a que mi padre me dejo a cargo desde hace 7 dias, tuvo que salir de Londres por asuntos de trabajo e ir a New York.

Y su estancia ahi se prolongo.

A un no lo habia visto, ni tuve la oportunidad de hablar con el sobre los acontecimientos que sucedieron durante mi presencia en la residencia Agreste.
De hecho ese mismo dia llegue a casa dispuesto a contarle todo con detalle, que por fin conoci a la chica de la cual tenia pensado librarse despues de la boda y que en mi opinion, era una muy mala idea, ya que por lo que pude notar esa noche mi hermana se estaba haciendo muy apegada a ella cosa que no seria bueno, al postergar la desapariciando de la azabache mi padre solo estaba consiguiendo que de momento la relacion entre Marinette y Madisson creciera, a tal grado que despues, al momento de querer proceder nos veriamos atados de manos al no poder interceder.
Pero eso ya era desicion de el.

Ademas, tambien queria hacerle saber los terminos en los que acabe con Felix Agreste, pero el simplemente no estaba por ningun lado de la casa asi que eso tendria que esperar.
Mas tarde solamente recibi su mensaje con el aviso de su ausencia, al parecer se asociaria con un tipo sumamente importante en la gran ciudad, por lo tanto me dejo instrucciones de que hacer.

O en otras palabras, me dejo acargo.

Desde esa misma noche y todas las consecutivas estuve viniendo al club, solo para verificar que todo estaba bajo control.

Ademas de buscar el modo de desaburrirme y distraerme en algo.

Mi hermana estaba casi todos los dias metida en casa de mi cuñado y no tenia deseo absoluto de estar solo en la mansion, tambien habia cumplido diariamente con lo que mi padre pidio asi que no tenia nada mejor que hacer.
Por eso decidi venir aqui desde el medio dia y extender mi estancia quedandome un rato mas, era mejor matar el tiempo jugando cartas en compañia de algunos de nuestros hombres que disfrutaban de sus horas de descanso.

Eramos almenos unos 10 sentados frente a la mesa, 15 contando a las prostitutas que algunos de los caballeros habian decidido pedir del club para hacer el rato mas divertido. Cabia mencionar que del circulo solo me llevaba bien con uno, solo porque es amigo de mi padre, el resto me podian importar una mierda si el dia siguiente murieran en un tiroteo.

Cosa que pasaba con frecuencia, por algo veia rostros nuevos sentados a la mesa.

Mientras algunos disfrutaban del juego con un buen trago, otros se dedicaban a ver descaradamente los pechos de sus "damas de compañia" y a pellizcarles el culo dejando en claro que les importaba una mierda el juego, si, asi era, unicamente dos tipos ingenuos ponian su completa atencion en las cartas que sostenian frente a ellos, en un intento nulo de formular una tactica para ganar.

Cosa que no pasara.

- ¿Y que hay sobre el otro dia Os?, los chicos nos comentaron al resto que despues de madrear al de la limpieza mataste a su chica, ¿Porque? Eh, si estaba buena de hecho, muchos quisieron darsela pero el dichoso novio no lo permitia, que ¿No estabas tan caliente como para tirartela primero y despues mandarla a dormir? - Un pelirrojo que ni si quiera habia tratado con anterioridad pregunto.

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