+18, violencia, romance, desamor y síndrome de Estocolmo.
¿Que pasará con la vida de Marinette?.
Una azabache emancipada de 18 años, luego de ser secuestrada juntó a otra chica por el famoso diseñador Gabriel Agreste.
Llevada a su mansión en Londres...
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Gabriel:
Un cosquilleo recorre todo mi cuerpo, las gotas de sudor resbalan por mi frente a causa del esfuerzo ejercido, siento mi miembro palpitar a medida que continúo embistiendo, señal de que estoy por correrme.
- ¡Aaah más! - Súplica entre gemidos mi azabache, sonrió al instante.
Eso me incentiva a ser más rudo con ella, sujetó entre mi mano el cabello que se mecía libremente por sus hombros y tiro de el un poco fuerte para hacerla excitar más, su centro húmedo se siente tan delicioso que quisiera continuar así por el resto de la noche.
El ruido de nuestras pieles húmedas chocando entre si hace parecer obscena nuestra apasionante entrega, puesto que estamos en un vaivén que nos tiene en un frenesí de placer a los dos.
Un jadeo sale de mi boca en cuanto siento venirme, detengo poco a poco el ritmo hasta que finalmente caigo rendido sobre el colchón. Cierro los ojos mientras trato de recobrar el aliento.
- Eso estuvo exquisito, sin duda fue uno de los mejores sexos que hemos tenido - Dice la fémina que de un momento a otro se acerca lentamente hasta mí.
Nathalie se acuesta a mi costado, posa su brazo sobre mi pecho y comienza a acariciarme lentamente en esa zona.
No puedo evitar sonreír ladinamente ante sus palabras que han hecho enaltecer mi ego de varón.
<Todavía soy excelente para esto>.
Apesar de mis años no he perdido la experiencia, al contrario, siento que mejoró cada vez más.
- Sabes - Comienzo por decir, a la vez que apartó unos cuántos mechones húmedos de su frente - No recuerdo cuándo fue la última vez que nosotros tuvimos tiempo de...
Un celular interviene con su molesto ruido así que me veo obligado a callar, ruedo los ojos, suspiro frustrado por no poder permanecer un minuto tranquilo y sin más salgo inmediatamente de la cama.
Caminó de un lado a otro, moviendo cosas de su lugar y arrojando otras tantas por el aire al no poder dar con el maldito aparato.
-¡ Hey! - Enseguida Nath llama mi atención.
Su desnudó cuerpo sobre sale un poco fuera de la cama y levanta del suelo mi pantalón, me alivia ver qué encontró de dónde proviene el insoportable sonido.
- Gracias - Digo mientras lo tomó, dejo un corto beso en su frente y a toda prisa salgo de la habitación para poder contestar - ¿Si diga?.
- ¡Señor Agreste! - Al escuchar la voz de Austin dejo de preocuparme - ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar por las chicas?.
