ENCUENTRAME.🥀

🥀 LUKA 🥀

El sol se oculta sobre el horizonte mientras caminó a mi paso llevando ambas manos guardadas en los bolsillos, la cálida brisa rosa mi rostro y apesar de la hora que es, no tengo ningún inconveniente en seguir recorriendo el trayecto que me conducirá hasta ese gran árbol dónde suelo tocar mi guitarra en paz, pues sólo a esta hora y en ese precisó lugar el número de personas escasea y no hay nada que me pueda importunar.

Por un instante suspiró al detener el andar de mis pies, me resulta inevitable poder ignorar el hermoso contraste que hay en el cielo de rojizo y naranja del atardecer así que lo admiró durante algunos minutos, pensando en lo magnífico que es el panorama y a su vez, preguntándome si es que tú también estarás viendo lo mismo que yo.

Sonrió al considerar esa improbable idea y lentamente desciendo apoyando mis rodillas sobre el verde pasto, cuidando de no estropear las florecillas que hay esparcidas por el lugar, enseguida descuelgo de mi espalda el estuche dónde cargó el reciente obsequió que me dió mi padre y al igual que hice con mi cuerpo lo dejó delicadamente sobre el suelo.
Un gran alivió me aborda al recargar mi peso sobre el tronco del frondoso árbol, puesto qué esperé todo el día que llegará este momento, cierro mis ojos posicionado mis dedos sobre las cuerdas y por instinto dejó qué mi corazón me guíe en la melodía que tocaré.

Las primeras notas suenan siendo esparcidas por el aire y no me hace falta pensar cuál es el nombre de la canción, puesto que la llevo gravada en mi mente y en lo más profundo de mi ser, sí, es esa, es la misma que escribí pensando en ti Marinette, aquélla qué te dediqué en tu cumpleaños y que tanto te hizo llorar de alegría al poder oírla siendo interpretada por mí.
Cuya te gustó tanto que inclusive brincaste directamente hacía mis brazos una vez que dejé el instrumento, que con sus gloriosas cuerdas creo la música que te hizo la mujer más feliz de todo París por unos breves minutos, llenaste de besos mi cara mientras me decías una y otra vez el magnífico novio qué era.

Pero sin embargo, creo que eso no bastó para retenerte a mi lado.

De un momento a otro aquélla tranquilidad qué sentía en el ambiente es remplazada por melancolía, abro mis ojos al dejar de tocar y del estuche sacó aquélla carta que dejaste hace dos años para mí.
Como era de esperarse la hoja esta algo arrugada por el transcurso del tiempo y por todas esas veces qué la doble para esconderla donde nadie pudiera verla, inclusive el papel ya hace manchado de un color amarillento pero desafortunadamente, no puedo decir que también existe un cambió en las palabras, ya que estás siguen siendo las mismas que escribiste para mí.

Al desdoblarla una vez más para poder leerla siento qué mi corazón golpea con mucha más fuerza contra mi pecho, mis labios tiemblan del nerviosismo y pronto caigo en cuenta que estoy experimentando la misma reacción que tuve la primera que la tome entre mis manos, antes de proseguir inhaló profundamente para tomar el valor necesario de continuar y al conseguirlo, despegó de mi pecho la hoja para extenderla hacía el frente y así poder proseguir.

" Querido Luka"

Si estás leyendo ésto es porqué probablemente ya hayas notado mi repentina ausencia y estés en este mismo instante en mi departamento, para ser honesta no se cómo empezar a explicar los motivos de mi inesperada desición, pues nunca he sido buena con las palabras y tú mejor que nadie lo sabés, aún así haré mi mejor esfuerzo.

Aúnque tuvimos momentos buenos en nuestra relación se me parte el alma al reconocer que dicha no nos llevará a ningún lado, se que creíamos ser iguales y estar destinados el uno para el otro pero por desgracia, aveces la vida te demuestra de muchas maneras que lo que pensamos en realidad no es así.

Se que has hecho mucho para apoyarme y hacerme sentir que nunca estaré sola, pero sin embargo, hoy me siento así, estar alejada de mi madre y sin mi padre aquí me ha perjudicado tan frecuentemente, que me es imposible decirte el número de veces que me he pasado las noches llorando entre esas solitarias paredes a las que en algún momento yo llamé hogar.