+18, violencia, romance, desamor y síndrome de Estocolmo.
¿Que pasará con la vida de Marinette?.
Una azabache emancipada de 18 años, luego de ser secuestrada juntó a otra chica por el famoso diseñador Gabriel Agreste.
Llevada a su mansión en Londres...
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Diario de Marinette:
Jueves 12 de junio.
A diferencia de todos los días anteriores, hoy por primera vez mi sueño fue importunando por la señora Amanda. No pude despertar por mi misma debido al cansancio acumulado que me causó el desveló de la noche anterior, pero sin embargó, debo admitir que quedarme despierta para leer ese libró valió totalmente la pena.
<A desayunar que un nuevo día comienza>, fueron las palabras de la amable señora al verme todavía en la cama.
En cuánto oí su voz me levanté con pesar y seguramente luciendo espantosamente horrible la saludé.
Ella dejó sobre la mesa la bandeja con el desayunó qué antes los guardias del señor Agreste se encargaban de traerme. Así que no dude en preguntarle el porqué este día había sido distinto.
Por su parte, la mujer mayor no tardó nada en explicarme que trás el incidente de ayer en la cena, Félix le había dado nuevas órdenes.
De ahora en adelante ya no serían los hombres perversos quiénes me traerían lo que yo necesitará, ella y su compañera estarían nuevamente a mi disposición y esa noticia simplemente me alegró.
Tan pronto terminó de cumplir su labor la mucama salió de mi cuarto, dejándome a solas para disfrutar del rico pan tostado con mermelada que me dejó.
El cantó de los pájaros que se adentraba por la ventana, era lo único que me hacía sentir acompañada a medida que de gustaba los ricos alimentos.
Mientras que en mi mente, ciertamente tenía mil dudas acerca de lo que podría ocurrir más tarde, pues no sabía con qué finalidad Félix quería llevarme repentinamente a la biblioteca y la incertidumbre casi lograba que me mordiera las uñas, más no hice aquello.
En su lugar, bajé al suelo la bandeja ya vacía para tener más espacio sobre lo que yo consideraba mi escritorio, saqué algunos lápices de colores del estuche que recibí ayer y sin más dejé que mí imaginación volará, para plasmar sobre las hojas blancas todo aquello que pasará por mi mente en ese momento. Eso sin duda sería mucho mejor que seguir martirizando mi cabeza con la incógnita del porque las desiciones del Agreste malumorado cambiaron de un día par otro.
Mis movimientos sobre el papel eran sutiles y lo más delicados posibles, mientras que los trazos que al principio no significaban nada, comenzaban a tomar la forma de lo que parecía un bello vestido de gala y al instante, eso me hizo poner más empeño en mi obra.
Cada vez que dibujaba me gusta cuidar los pequeños detalles y aún más cuando se trataba de ropa, mi sueño siempre fue llegar a ser una gran diseñadora así que me esforzaba mucho en el dibujó, cómo si realmente fuera a llevarse a cabo mi idea.
