🥀Capítulo 29🥀

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🥀N/Yo:

Él cielo estaba completamente cubierto por nubes negras, de las cuales no dejaba de caer una intensa lluvia, y constantemente relámpagos iluminaban aquél clima tétrico.

Sin duda para la mayoría, no erá un día muy conveniente para salir fuera de la mansión.

Cualquier actividad inclusive la más aburrida como jugar un juego de mesa, sería mejor qué salir a mojarse los zapatos en los charcos y de pasó pescar un resfriado.

Sin embargo dicho clima erá considerado cómo uno de los más perfectos y agradables para uno de los Agreste.

Los truenos, el cielo completamente teñido de negro y el movimiento de las copas de los árboles provocados por el viento, erá uno de los mejores escenarios qué podría disfrutar de apreciar.

Almenos así lo consideraba Félix Agreste.

Mientras Adrien pasaba el rato en su habitación jugando videojuegos con Eithan, y Marinette intentaba armar en una trenza el cabello castaño que tenía frente a ella para "pasar tiempo" con Madisson.

Félix no hacía más qué dedicarse a mantener hundido su cuerpo en aquél sofa de cuero negro.

- Maldición - repitió una vez más al lanzar uno de los dardos qué tenía en sus manos, cuyo apenas llegó a acercase un poco al blanco de espirales rojo y negro pegado en la pared.

Su vista fue puesta en él suelo donde ya hacía tirado aquél objetó de punta filosa.

El cual ni se había tomado la molestia de lanzar con mucha fuerza.

Su mente y su cuerpo no se encontraban en la misma sincronía ése día.

Los sucesos transcurridos en días anteriores tenían demaciado distraído al rubio, inclusive parecía imposible poder relajarse un rato para intentar despejarse de dichos temas.

Cansado solto un breve suspiro y dejó sobre la mesita a su costado los 2 dardos restantes qué no tuvo interés en volver a intentar lanzar.

Tomó enseguida su vaso de vidrio llenó de vodka y lo miró perdiendo su completa atención en el fondo de éste.

Sí sobrio le costaba asimilar las situaciones qué estaban pasando en su vida, qué más daba beber e intentar olvidarlas por un rato.

Hecho su cabeza hacía atrás pasando todo el contenido de aquél vaso y enseguida dirigió su mano hacía la botella para llenarlo nuevamente.

Sus dedos chocaron con los de otra mano, impidiendo su propósito de alcanzar el vodka y de pasó tomó uno de los dardos. Lanzó uno con fuerza logrando clavarlo en la segunda hilera, muy cerca del centro.

- Buen intentó - mencionó el rubio con una sonrisa ladina, sujetando aquélla botella de vidrio qué tenia intenciones desde el principio en tomar antes de qué lo impidieran.

El pelinegro le devolvió la sonrisa, llevó sus manos a los bolsillos de su pantalón y se recargo en la mesa de billar qué adornaban el centro de aquél cuarto de juegos.

-Tenemos qué hablar, creó qué ya sabes a dónde quiero ir con esto - mencionó posando fijamente sus orbes azules en el joven Agreste.

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