¿Has visto a un rey perder su corona?
Los hermanos Kast; millonarios, desquiciados y con una belleza muy atrapante. Son un pecado hecho persona, pero la sed de poder que alberca en ellos podría acabar con la tranquila vida que llevan.
Contiene esce...
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- Pensé que no vendrías.
Tomó asiento frente a mí, llevan tanto tiempo sin verla que tenerla frente a mí me hacía sentir nervioso. Su cabello había crecido, su piel estaba más pálida pero seguía siendo linda y el porte elegante que portaba la hacia ver más adulta y madura.
- ¿Para que me llamaste? — Su voz fría, demandante y carente de emoción me hizo sentir extraño, como si la persona frente a mí no fuera aquella que conocí hace ocho años, como si ella ya no fuera mi Perséfone.
- Quería hablar contigo antes de irme, intentar enmendar las cosas entre nosotros — murmuré algo cohibido.
- No crees que es demasiado tarde para enmendar el "nosotros" — Chasqueó la lengua — Déjame ver, creo que todo esto se debe a que te diste cuenta del error que tú y Roth cometieron al dejarme por mi cuenta, al abandonarme cual basura cuando se supone que estabas juntos en esto, estábamos para nosotros en las buenas y malas. ¿La culpa carcome tu cerebro Leo?, ¿O solo deseas irte del pueblo en son de paz con todos?, ¿Te disculpaste con Santi también?. Es un lindo gesto de tu parte pedir disculpas a todos.
- Puedes dejar tu actitud de chica mala y que nada aparte de ella misma le importa, por un momento — hablé molestó, enserio me enfurecía la actitud de ella en situaciones como estás — Solo te pido que me escuches, quiero dejar las cosas claras entre nosotros.
- Está bien, habla.
- Se que desde un principio no hice nada bien, eche todo a perder, me aleje de ti sin una explicación coherente, te deje en manos de ese depravado que venía por ti, no detuve a ninguno de esos chicos cuando planeaban hacerte todas esas cosas, en ningún momento me detuve a defenderte y no sabes lo mucho que me arrepiento de no haber hecho algo al respecto — Suspiré — Si... si solo hubiera intervenido, si mi cobardía no fuera tan grande, no me habria alejado de tu lado, nada de esto sería de esta forma, ambos estaríamos bien y sin ninguna herida, tú no habrías resultado con todas esas heridas físicas y emocionales — apreté los puños con fuerza, me sentía como una mierda, las lágrimas en mis mejillas demostraban lo débil y vulnerable que me sentía en esto momentos.
- ¿De que te sirve llorar por los daños que ya causaste?, Llorar no quitara el peso de los errores que cometiste. No sirve de nada lloriquear por cosas que hiciste en el pasado, las lágrimas no limpiarán la satisfacción que sentiste por todo el daño que otras personas me estaban ocasionando, no quitara la alegría que mostraste al creer que estaba débil y derrotada. Así que para de llorar por cosas de las que no te arrepientes.
Perséfone jamás creería en mis palabras, no después de todo lo que la hice pasar. Ella no volvería a confiar en mí.
- No sabes lo mal que me sentí al verte sufrir, al ver que no tenías a nadie en quien apoyarte — limpie las lágrimas que se acumulaban en mis ojos — No conoces el dolor por el que pasan los demás, no puedes venir y decir que yo disfruté de todo el daño que te provocaron, por que sabes que no es verdad, sabes muy bien que jamás me alegraría de algo como eso. Tú me conoces mejor que nadie y sabes que jamás me traería satisfacción verte sufrir.
