52. El baile de la muerte

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- Puedes dejarte el maldito corbatín en paz Braiden — Minerva una de nuestras madres,  golpeó la mano de Braiden, para que dejara de tocarse el corbatín

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- Puedes dejarte el maldito corbatín en paz Braiden — Minerva una de nuestras madres,  golpeó la mano de Braiden, para que dejara de tocarse el corbatín.

- Esto es jodidamente incómodo, siento que ando una soga en el cuello — le respondió este  exasperado.

- Solo será esta noche, así que deja de quejarte y de tocarlo — Minerva volvió a golpear su mano y miro hacia el frente.

Las pinturas y pequeñas estatuas de arcilla posaban frente a nosotros, todo lucía tan perfecto y pulcro.

- ¡Vaya! — exclamó Camille otra de nuestras madres asombrada — este año se pulieron con respecto a las obras y a la decoración, Selene ha mejorado mucho su técnica — tocó uno de los muñecos de arcilla y sonrió complacida.

- Tener un esposo rico influye mucho — murmuré.

- Si, digamos que la madrastra de Stephanie se ganó la lotería al casarse con su padre — agregó Dev.

Selene camino hacia nosotros luciendo un vestido que hacía notar demasiado su vientre abultado, al parecer estaba orgullosa de ese bebé o tal vez del padre de ese bebé.

- Que bueno que ya hayan llegado, su mesa está al lado de la nuestra, pueden ir tomando asiento, el espectáculo comenzará dentro de poco — señaló la mesa que tenía nuestro nombre.

- Gracias, querida — Nuestro padre le agradeció — Vamos chicos — Nos ordenó caminaramos hacia la mesa.

El lugar empezaba a llenarse de algunos conocidos nuestros y otros de la familia Duges.

Mire a mi alrededor intentando a encontrar a Persefone.

- No está, ya busque y no la encontré — Dev interrumpió mi búsqueda.

- Creí que vendría, después de todo Stephanie le dió una invitación — murmuré algo molesto por no encontrarla.

El abuelo hizo acto de presencia en el evento, a su lado se encontraba un hombre que jamás en mi vida había visto, a lo mejor era un nuevo socio de él o algún conocido, así que no le preste demasiada atención.

- ¿El abuelo no se sentará con nosotros? — le preguntó Thiago a nuestro padre.

Este  se limito a mirarlo con seriedad dándole a entender que el abuelo no estaría con nosotros esta noche.

Thiago soltó un suspiro y miro a mi padre con molestia, Edith tomo su mano en un intento de tranquilizarlo, pero conociendo a  mi hermano, el no estaría calmada en todo lo que queda de la velada.

Las luces que iluminaban la exhibición se fueron apagando, quedando solo una de ellas iluminando el centro del escenario.

El señor Duges se posicionó en el centro del escenario anunciando el inicio del acto que estaba preparado para esta noche, los aplausos de los presentes no se hicieron esperar, luego de unos minutos el bullicio y los aplausos cesaron y el señor Duges bajo del escenario para tomar su lugar en la mesa junto a la nuestra.

Los Reyes Del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora