59. Dulce pecado

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- ¿Te pensabas divertir sin nosotros hermano? - habló Braiden, mientras se acercaba a mi

Lo mire con una sonrisa divertida en mis labios.

- La diversión apenas estaba empezando, ¿Verdad? - miré a Persefone con una sonrisa pícara.

- Si, me estaba divirtiendo mucho con su hermano, pero cuatro no son multitud, es más diversión - contesto Perséfone cruzándo sus piernas.

Mis hermanos y yo miramos a Persefone con una gran sonrisa en nuestros rostros.

- ¿Vamos a empezar o se quedarán viéndome todo el receso? - preguntó de manera seductora.

- Quiero ser el primero - exclamó alegre Bruno.

- No creo que sea correcto que alguno de ustedes tres empiece - Murmuró Persefone.

- ¿Por qué no? - pregunté extrañado.

- Todos han probado algo de mi, sobre todo los gemelos, han tenido más oportunidad conmigo - explicó señalando a los gemelos - Hay que darle espacio a aquellos que aún no lo han tenido - Persefone miró a Dev con una sonrisa, se bajó de la mesa y se acercó a mi hermano.

- ¿Quieres probar o te quedarás a observar? - le pregunto coqueta.

Dev la miró con diversión y se acercó más a ella, tome de la cintura a Perséfone y la levantó, está enrollo las piernas en las caderas de Dev mientras soltaba risitas.

Mi hermano camino hasta la pared y apoyo a Persefone en esta para empezar a besarla con desespero y pasión. Las manos de Dev acariciaban las piernas de Perséfone con ansias, tocaba sus muslos de arriba hacia abajo, metió sus manos bajo la falda de ella para apretar su trasero. Perséfone soltó un gemido que emociono aún más mi hermano.

- ¿Esta mal que todo esto me este excitando? - preguntó Braiden con angustia.

- Creo que todos nos encontramos excitados en este momento - le contesté, sin quitar la mirada de Dev y Persefone, no dejaban de tocarse y besarse con ansias.

No podía quedarme solo viendo, me acerque a dónde estaban ellos.

- Dev, sienta a Perséfone en la mesa - le ordené a mi hermano.

Este gruño en respuesta pero hizo lo que pedí.

No dejaron de besarse en ningún momento, una vez que Persefone estuvo sentada en la mesa, me coloque detrás de ella. Empecé a repartir besos en su cuello, soltó otro gemido al sentir mis labios en su cuello.

Escucharla gemir era lo mejor.

Dev acariciaba sus muslos suavemente desde la rodilla hacia arriba hasta llegar debajo de sus falda haciéndola estremecerse.

Los Reyes Del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora