49. Recuerda

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20 de agosto del 2017.

"Recuerda este dia como el día en el que decidiste dejar tu alma atrás, recuérdalo como el día en el que me dejaste ir".

- Venga mamá, es un hermoso día, hay que salir y tomar algo de aire, además de que tienes que comer algo — tome a mamá de la cintura y la senté en la cama.

- Hoy es un gran día hija — dijo mamá acariciando mi rostro.

La mire confundida, no se a que se refería, era un día normal e igual que los otros.

- Hay que salir de estás cuatro paredes madre, estás demasiado pálida, tienes que ver el sol por lo menos una vez a la semana — intenté levantarla, pero mi madre no ayudaba, me dejaba todo el peso a mí — Vamos mamá, si no pones de tu parte no podré sacarte — le insistí que ayudará pero ella solo se quedó allí sin ayudar.

- ¿Por qué insistes en salvar este pobre cuerpo sin alma  pequeña? — la voz de mamá cambio, ya no era cálida y tierna, ahora era una voz enseñada y fría.

- Deja de decir esas cosas, tú no eres solo un cuerpo, tú eres mi madre — le dije exasperada.

Empezó a reírse, una risa seca y desganada.

- Tu madre ya no está más aquí — colocó la mano en si pecho — tu padre vacío todo el amor que estaba aquí, a cambio dejo un cuerpo sin amor y sin esperanza.

Tomé a mamá por los hombros y la sacudí con rapidez.

- Mi madre está justo aquí, está que está frente a mí es el ser que me dió la vida y por el cual yo daría la mía — dejé de sacudirla y la abracé con fuerza — No dejes que el te dañe mamá, no permitas que te deje vacía. Yo lucharé por ti, no permitiré que el nos lastime — le dije sollozando — Mamá alzó su cabeza y me miró, colocó su mano en mi mejilla y limpio mis lágrimas

- Mi dulce Meli, cuando podrás ver lo cruel que es el mundo, cuando dejaras esa burbuja de fantasía en la que te he metido, cuando abrirás los ojos y verás las mentiras que he comenzado a formar desde que naciste — Murmuró — Toda tu vida has crecido creyendo en los reyes y las reinas, siempre viendo el mejor lado de las personas, has estado viviendo una mentira, tu nacimiento fue el inicio de una de ellas y tu muerte será el final de todas ellas — mamá apretó con fuerza mi rostro, intenté girar el rostro para no verla, la persona que estaba frente a mí, no era mi madre, este monstruo frente a mí no era nadie — mira a mamá cariño — me ordenó ejerciendo más fuerza en su agarre haciendo que la viera — Mira a mamá, .ira como el me ha dejado, mira todo lo que tus mentiras han ocasionado, mira la basura que es mamá pequeña, mírame y dime si las cosas estarán bien para nosotras, mírame y dime si la insistencia que tenías por conocer a tu padre ha hecho que seas feliz, mírame y dime si te gusta ver a tu madre sin alma, mira y dime si te gustará ver la forma en la que tu madre muere — me soltó con brusquedad y rebuscó algo en el cajón que estaba junto a su cama.

Me arrodille en el suelo y llore, llore como nunca lo había hecho, el llanto no cesaba, sentía mi pecho oprimido y mis oídos no alcanzaban a escuchar más que mis lamentos, llore por la mujer que estaba en la cama junto a mi, llore por la madre que perdí y por el padre que alguna vez quise tener.

Gire mi rostro para ver a la mujer junto a mi. Mamá estaba frente, un arma posaba en sus manos, ella la sujetaba con fuerza y apuntaba a su cabeza. El llanto cesó y la mire alarmada.

- Mamá, ¿Que haces con esa arma? — No respondió, solo me miró sin expresión alguna en su rostro — Mamá, suelta esa maldita cosa — la desesperación se apoderó de mi, no sabía que hacer.

- Tu madre no está más aquí, por más que busques, tu madre murió el día en el que entró a esta casa, dejé de ser una madre para ti, el día en el que decidí volver a este lugar. Mamá no se encuentra más aquí — Murmuró con tristeza.

- Baja eso mamá — intenté acercarme a ella y hacer que bajara el arma, pero moverme solo ocasionó que ella sujetará y acercara más el arma a su cabeza — Deja eso mamá, hay que hablarlo, tu y yo podemos salir de aquí y volver a ser las de antes, podemos irnos y hacer de nuestras vidas algo mejor — le afirmé — Hazlo por mi mamá, hazlo por tu hija — le suplique.

- Ya no hay un nosotras Meli, ya no existe ese tal futuro del que hablas, ya no hay una madre para ti aquí.

- Podemos cambiar eso mamá, prometo que todo puede cambiar, nadie volverá a hacernos nada mamá, todo puede cambiar — le aseguré.

Las lágrimas bañaban el pálido rostro de mamá, el sufrimiento y el dolor que había sufrido era notable en ella.

- Recuerda este día  Meli, recuerdala como el día en el que dejaste ir tu alma, recuerda este día como el día   en el  que me dejaste ir — dicho eso jalo el gatillo.

Las sábanas se pintaron de rojo, todo el lugar se pinto con la sangre de mamá.

Me acerque a la cama y tome el cuerpo de mamá entre mis brazos, la acuné como a un bebé, limpia las pocas lágrimas que aún se encontraban en su rostro.

- No te preocupes mamá, saldremos de este lugar, por ahora solo descansa, necesitas recuperas fuerzas para el día que dejemos este horrible lugar — le susurré con lágrimas en los ojos.

Quería creer que mamá solo dormía, anhelaba creer que esto había sido un sueño y que al despertar mamá estaría frente a mi cama con su gran sonrisa pero nada de esto era un sueño, mamá no estaba más conmigo, el cuerpo frío y sin vida que yacia en mis brazos solo era una parte de lo mi madre había sido.

El silencio de la habitación y el olor a muerte que inundaba el lugar me recordaba que esto era un castigo, el castigo que me había sido impuesto por nacer de una mentira, por ser una completa mentira.

Yo terminaría igual que mamá, fría y sin alma, yo sería otro cadáver, sería la persona que acompañaría a mamá en el más allá, mi muerte sería el final de todo esto.

El día de mi muerte recordaría las lágrimas y el sufrimiento de mamá, ese día recordaria este momento  y es que aunque fuera un día maravillso y el sol se encontrará en su pleno esplendor, para mamá siempre era una pesadilla, para nosotras no existían días felices, desde que llegamos a este lugar siempre mirábamos el recuerdo del día que llegamos a este lugar.

Siempre recordaría el día  en el que llegue a vivir en la prisión Kast, el recuerdo de esta pesadilla siempre estaría presente en mí.

Los Reyes Del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora