92. Culpa

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20 de junio del 2014

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20 de junio del 2014

La directora del orfanato y dos oficiales de policía estaban de pie frente a mi, con sus miradas inquisidoras sobre mi, observando cada acción que realizaba. Sabia lo que hacían, estaban buscando una razón  que explicara mi actitud y lo que me había llevado a cometer un acto tan atroz como este.

- ¿Por que lo hiciste Perséfone? — la directora fue la primera en hablar.

Suspire pesadamente y fije mi mirada en ella. 

- Es curioso, ¿No cree directora?, yo le  hice la misma pregunta — replique — ¿Por que lo hiciste? — acaricie la superficie de la mesa  — como era de esperarse, no hubo respuesta de su parte — chasquee la lengua divertida —simplemente se quedo callado observándome con una expresión de total diversión en su rostro.

- ¿Y por eso lo hiciste?— pregunto uno de los oficiales  — ¿Su silencio te hizo asesinarlo? — tenia una expresión dudosa como si lo que estaba viendo justo ahora, no fuera mas que una simple broma o un acto de mal gusto.

- Claro que no, su silencio no fue lo que me llevo a eso.

- ¿Qué te hizo hacerlo? — inquirió el segundo oficial.

- La pregunta que salió de sus labios acompañada de una estúpida risa, ¿Por que no hacerlo? preguntó para luego reírse  — la palma de mi mano impacto en la mesa — ese fue el detonante que me llevo a cometer tal acción. Esa basura no se había arrepentido de nada y no pensaba hacerlo. Así que no tuve no me dejo otra opción; la única forma de hacer que se detuviera era asesinándolo y eso hice — recosté mi espalda en el respaldar de la silla y me deleite con el temor que emanaban sus miradas.

No iba a llorar y decir que todo esto fue un accidente; que no planee que algo como esto sucediera. Claro que lo había planeado, no iba a negarlo, pase noches en vela pensando en el momento perfecto, ejecutando y analizando la situación buscando las formas de muerte mas dolorosas. Planee muy bien mi jugada. Aunque le di un tiempo, espere a que sus actos criminales cesaran, que el decidiera que lo que estaba haciendo, estaba mal espere a que se detuviera, claro que eso jamás paso. Sus agresiones solo aumentaron en numero y forma, se volvió un maestro del engaño y de la persuasión, sabia como engañar y a quien herir. El al igual que yo había tanteado el terreno, había hecho una lista con sus posibles crimines y la había ejecutado al pie, sin perderse de ningún detalle. 

- El era un hombre muy malo — el chico pelinegro que estaba a mi lado hablo — hacia a las niñas gritar de miedo. Era una mala persona.

Lo mire de reojo. Era lindo, tenia ese aspecto enigmático que a muchas chicas le gusta y su cabellera negra y bien peinada lo hacia ver como un chico rebelde. El chico era un estereotipo de cliché andante, todo en el gritaba: PELIGRO.

- ¿Por que dices eso?, ¿Lo conocías? — pregunto el primer oficial de forma cautelosa.

- No, pero no hay que ser muy listo para detectar cuando una persona es mala y merece morir.

Los Reyes Del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora