104. Represión

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- ¿Cual es la razón por la cual me has citado? — pregunté tomando asiento frente a él

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- ¿Cual es la razón por la cual me has citado? — pregunté tomando asiento frente a él.

- Un saludo de tu parte me vendría bien — murmuró — ¿Deseas un trago? — preguntó agitando la botella de Whisky en su mano.

- No — contesté.

- ¿Tu chica te ha impedido beber, querido sobrino? — inquirío con sorna — en los viejos tiempos, jamás negabas lo que te ofrecía.

- ¿Acaso me citaste para sentarnos a tomar y hablar de los viejos tiempos? — le pregunté irritado por su conducta evasiva.

- ¿Ya no tengo derecho a ver a mis nietos? — rebatío con otra pregunta — ¿Acaso no puedo llamarte para preguntar cómo estás?, ¿Ya no tengo derecho a citar a mis sobrinos sin una razón aparente? — dejó caer la botella con brusquedad sobre la mesa — has olvidado a la familia, todos ustedes lo han hecho. Luego del funeral de su padre en la cual ninguno de ustedes mostró una pizca de dolor o remordimiento — recalcó — se han encerrado en su burbuja de pasión, todos cegados por el amor de esa chica. Ninguno de ustedes mira más allá de esas coquetas sonrisas y lindas curvas, han perdido por completo el sentido de sus vidas, viven a cuestas de las decisiones y acciones de ella.

- Meses atrás tú también pensabas que era una joya en bruto — murmuré — te cegabas cada vez que la mirabas tocar el piano.

- Para que negarlo, la chica tiene un aura atrapante, casi hipnótica — sonrió — cualquier gesto de su parte hace que tú corazón se acelere de terror o amor.

- Tus cambios de humor me enfurecen — confesé — si me citaste aquí solo para quejarte de nuestra relación con Perséfone déjame decirte que pierdes el tiempo, abuelo, ninguno de nosotros piensa dejarla.

- Uno ya lo hizo — bebió un trago  de Whisky — es lamentab...

- Pero no de la forma adecuada — lo interrumpí — como siempre el pequeño Dalan perdió, por que sus impulsos y deseos lo cegaron y eso lo llevo a perder lo mejor que había tenido en su miserable vida. Un idiota como Dalan no se volverá poderoso solo por codearse con ese tipo de gente, lo que hace a un hombre poderoso es la compañía de una mujer igual de fuerte y grandiosa que él y tu querido sobrino es tan estúpido que dejo ir a una grandiosa mujer por codearse con una rata sin importancia como Meli. 

- Una chica no cambia el destino de un hombre, puede influir en sus decisiones pero al final la última elección la toma él — masculló — el amor de una chica es como el clima, cambiante y temperamental según su estado de ánimo o emociones en pocas palabras: es lo más efímero que un hombre se podría encontrar.

- Hablas del amor como si la abuela no hubiera significado nada para ti — lo mire — te recuerdo que ella fue tu esposa y quiero creer que en algún momento de tu vida amaste a esa mujer.

- Tu abuela me brindó felicidad, no lo negaré pero no era un objeto primordial, era algo de relleno — sonrió — si un hombre quiere verse bien, debe tener una linda mujer a su lado — canturreo juguetonamente.

Los Reyes Del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora