¿Has visto a un rey perder su corona?
Los hermanos Kast; millonarios, desquiciados y con una belleza muy atrapante. Son un pecado hecho persona, pero la sed de poder que alberca en ellos podría acabar con la tranquila vida que llevan.
Contiene esce...
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- Puedes ir y tomar una ducha, yo llevaré las cosas a tu habitación — habló Evi — Anda ve, no seas tímida — engancho su brazo con el mío y me llevo hasta el baño — está será tu casa hasta que tú asesora te pueda reubicar — exclamó con alegría.
Le sonreí en forma de agradecimiento. Ella y el oficial García habían hecho mucho por mi esta última semana que estuve en el hospital, incluso se ofrecieron a darme asilo en su casa hasta que Iveth mi asesora del orfanato pudiera reubicarme.
- Toma el tiempo que necesites — me dijo saliendo del baño.
Mire la bañera que estaba en una esquina del baño, hace mucho no miraba una, verlas me traía demasiados recuerdos.
Me desvestí y quite las vendas de mis heridas con mucho cuidado, entre en la bañera, mi cuerpo entro en calor al entrar en contacto con el agua caliente.
Era una sensación muy relajante.
Sentí mis ojos llorosos, la sensación del agua en mi cuerpo y el calor del lugar me recordaban a ellos, me sumergí en la bañera, para no romper en llanto, no quería preocupar a Evi.
- Papá dile a Aleska que deje que chapotear tanta agua — me queje.
- Aleska cariño no hagas eso, tiras demasiada agua al piso — le dijo revolviendo su cabello mojado.
- Eres una aburrida Sefe — hizo un puchero muy tierno e infantil.
- Tu así me amas — le saque la lengua haciendo que mi cara se arrugará mucho.
- Te ves graciosa cuando haces eso — dijo entre risas Aleska
- ¿Qué? Te refieres a esta cara — murmuré arrugando mi cara otra vez.
Aleska rio muy fuerte y chapoteo más agua haciendo que está saliera de la bañera
- Deja de hacer eso — le espete con gracia — Estás llenando el todo el baño de agua — me rei al ver que su risa incrementaba más.
- Aleska hija, hazle caso a tu hermana y deja de chapotear tanta agua — le quitó el cabello del rostro ya que este había tapado toda su cara por lo mucho que se movía — Entiendo que tú hermana tenga una cara que causa mucha risa — lo mire molesta.
- Papá, eres demasiado malo — gruño fingiendo estar enojada.
- Está bien papá, voy a parar — Aleska intento como pudo contener su risa.
- ¿Por qué no nos cuentas esa historia de la bestia papá? — le pedí.
- Se las contaré cuando salgan de la bañera — indicó.
- No, ahora, además es más cómodo estar en esta bañera que haya afuera papá — expresó con tristeza Aleska.
- Tienen razón — nos sonrió —está bien mis amores, pónganse cómodas para escuchar la historia de la bestia — anunció con voz chistosa.
