43; final chapter

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Su pecho subía y bajaba de manera lenta y rítmica, a sus pies descansaba una botella vacía de vodka, y un poco más allá junto a la puerta, su mejor amigo sostenía una lata de cerveza sin contenido alguno sentado en el suelo al igual que él, con Stuart utilizando sus piernas como almohada para recostar su cabeza, pero a diferencia suya, ellos estaban completamente dormidos. Sus ojos le dolían por haber llorado tanto ese día, y el cuerpo también por haber peleado contra un muchacho en el parque, pero no había sido cualquier muchacho, se trataba del mismo que hace poco tiempo había intentado cometer un atrocidad en contra de su novio, y verlo allí luciendo tan contento simplemente lo hizo estallar.

—No me siento bien... —la suave voz del chico recostado a sus espaldas alertó sus sentidos, e intentó levantarse de su lugar.

No había sido consciente de cuánto tiempo estuvo sentado en el suelo frente a su cama, sólo sabía que el colchón detrás suyo y la alfombra bajo su cuerpo eran cosas lo suficientemente cómodas como para levantarse, pero se obligó a hacerlo de todas maneras, Paul lo necesitaba.

—¿Estás bien? —el rostro del menor estaba empapado en sudor, sus cortos mechones de cabello estaban adheridos a su frente, y respiraba con rapidez, como si le faltara el aire.

John sacó sus gafas del bolsillo de su pantalón rápidamente, y es que gracias al alcohol en su sistema su vista se había vuelto mucho más borrosa, pero el efecto ya se le estaba pasando poco a poco. Su preocupación era tanta que incluso sintió que todos sus sentidos habían vuelto por completo, como si no hubiese bebido nada, era su mente intentando convencerlo de que todo estaba bien porque estaba asustado y preocupado.

—Creo que estoy enfermo... —murmuró Paul, llevando sus manos hasta su cabeza, todo le daba vueltas y por algún motivo el poco ruido que había en la habitación se intensificaba por montones.

Y el hecho de tener a George a los pies de la cama roncando no ayudaba a disminuir su molestia.

—Tienes fiebre. —John tocó suavemente su frente, y luego sus mejillas, haciendo una mueca al notar que su piel ardía.

—Estuve mucho tiempo dormido sobre el césped y hacía mucho frío. —explicó, y rió a continuación, también estaba un poquito ebrio.

Cuando se marcharon de la casa de Julia, decidieron quedarse en casa de Mimi esa noche para hacerle compañía a John, con los obvios planes de beber y acompañar al castaño en su duelo por la pérdida de su madre.

Pero las cosas se salieron un poco de control, y todos bebieron más de la cuenta.

—¿Por qué dormiste en el césped? —preguntó curioso, frotando sus ojos bajo sus gafas cuando su vista volvía a nublarse.

—Me desmayé —respondió.— y mamá me visitó. No te imaginas lo mucho que la extrañaba...

John se alarmó cuando vio que hizo un puchero con sus labios, y sus ojos se cristalizaron.

—Hey, hey, tranquilo, todo estará bien, ¿sí? —quiso calmarlo, y lo vio asentir mientras cerraba los ojos con fuerza.

—Tuve un mal día John, y ahora me siento fatal... —el mencionado acarició su mejilla, sintiéndose culpable una vez más por haberlo tratado de manera horrible en la tarde.

—Te ayudaré, ¿está bien? —y su novio asintió nuevamente.

John se alejó de la cama, dando un rápido vistazo a sus amigos luciendo casi muertos por todas partes, haciendo una pequeña mueca, se sentía un poco culpable al respecto. La cabeza de George colgaba por el borde de la cama, y tenía la certeza de que se caería en cualquier momento ya que uno de sus brazos también estaba fuera del colchón, Richard y Stuart permanecían juntos, completamente dormidos junto a la puerta. Buscó un par de calcetines en los cajones de su armario y se dirigió con cautela al baño, cuando se enfermaba de pequeño su tía le ponía prendas húmedas en algunas partes del cuerpo para bajar la fiebre, por lo que no dudó en intentar ese método con su novio.

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