27

1.2K 119 149
                                    

—¿Crees que me veo bien usando esto? —preguntó Paul a su novio mientras le enseñaba una camiseta ajustada de color rojo ya puesta en su cuerpo.

—Te ves muy bien Paul. —fueron sus palabras mientras lo observaba sonriente.

—¿Cuál pantalón debería usar? —preguntó una vez más, sosteniendo uno de color azul en una mano y en la otra uno de color negro.

—El negro. —Paul asintió, importandole poco cambiarse allí mismo.

Sobre la cama descansaba gran parte de la ropa de Paul, pues no sabía cómo vestirse para la fiesta, y es que John le decía que se veía bien con todo pero no estaba del todo seguro con lo que se ponía. Finalmente se había puesto aquél conjunto que decidió junto a su novio y le había gustado, tan sólo faltaban sus benditas zapatillas de caña alta y se vería mucho mejor.
Dentro de su mochila guardó ropa limpia y artículos de aseo personal para llevar a la casa de Stuart, pues se quedaría a dormir junto al resto de sus amigos, ahora John debía preparar sus cosas y luego podrían irse al hogar de Sutcliffe, por lo que se marcharon de la casa y tomaron el autobús hasta su primera parada.

Al llegar a casa de John, los papeles se intercambiaron un poco, pues ahora era Paul quien estaba en la cama observando al otro cambiarse de ropa, sólo que John no le preguntaba por prendas para utilizar, el muchacho se vestía frente a él mientras le hacía una especie de baile sensual que no hacía más que sacarle risas al de pestañas rizadas, su novio era realmente malo haciendo movimientos ondulatorios, pero lo había hecho reír bastante, incluso en algún momento tomó sus manos y las paseó por su marcado abdomen causando que riera a carcajadas.

—Eres un idiota. —murmuró en el momento que su novio se puso una camiseta finalmente.

—Un idiota del que estás enamorado. —le corrigió, besando su nariz con dulzura.

Debido a que habían estado bastante tiempo en el cementerio y luego tomaron otra pequeña siesta en casa de Paul, el tiempo se les había ido volando. Al ser el último día de clases habían salido mucho más temprano y Stuart les había pedido ayuda para organizar las cosas de la fiesta, ellos debían haber estado tal vez hace una hora en su hogar, pero simplemente el tiempo se les hacía corto cuando estaban juntos. Una vez listos tomaron el autobús nuevamente en dirección a la casa de Sutcliffe, que vivía un poco más alejado de todos.

—John, estoy un poco asustado... —murmuró mientras tenía su cabeza apoyada sobre su hombro, ambos estaban en los asientos traseros del transporte casi solitario.

—¿Por qué dices eso Paulie? —preguntó con preocupación, acariciando sus dedos.

—No he tenido episodios en los últimos días, pero... ¿Y si tengo uno ahora? No quiero convulsionar frente a todas las personas. He estado leyendo en internet y dicen que puedes quedar con serias secuelas luego de un ataque. —su tono de voz se había tornado levemente tembloroso.

—Paulie no pienses en lo peor, debes estar tranquilo y confiar en el medicamento que te ha ayudado hasta el momento. Y si algo te sucediera no tardaría en llamar a tu padre para llevarte al hospital, me tendrás ahí para ti. —un suave beso dejó en su oscuro cabello, y lo abrazó con suavidad.

—¿Qué hice para merecerte? —Winston rió ante sus palabras.

—Creo que esa es una pregunta que yo debería hacerme.

Un pequeño frenazo por parte del transporte los hizo darse cuenta de que ya estaban en su destino, por lo que caminaron hasta la puerta y bajaron los pequeños y cortos escalones que habían allí, por suerte Stuart vivía a unas dos cuadras de la parada así que no tendrían que caminar por mucho tiempo.
Ambos iban pateando una piedra en el camino como si fuesen niños pequeños, de alguna manera hacer eso incluso los hacía reír, ¿cómo algo tan simple podría divertirlos? Simplemente no lo sabían.

change ; mclennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora