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El día se encontraba con las nubes cubriendo el sol, si bien no estaba lloviendo, podía notarse que pronto las gotas vendrían. John fue el primero en despertar, pues Richard tenía un pésimo dormir y lo estaba abrazando, la habitación estaba cálida y aquello le causaba calor, por lo que no dudó en empujarlo lejos de su cuerpo haciéndolo caer del colchón, que gracias a que estaba en el suelo no recibió un golpe tan fuerte.

—Ugh... —se quejó al sentir la superficie fría.— Eres el peor amigo, ¿lo sabías?

—Tenía calor. —alzó los hombros.

Un ruido similar a un gruñido llamó la atención de los chicos, vieron a George sentarse en su lugar con el cabello completamente revuelto, sólo uno de sus ojos estaban abiertos y luchaba por no derrumbarse, la cabeza y el estómago le dolían como el infierno, sentía la boca y los labios secos también, estaba en su peor estado y se arrepentía un poco de sus acciones. Richard al verlo soltó una carcajada, John lanzó una almohada con rapidez y fuerza hacia su rostro, haciéndolo caer de costado y callarse de inmediato, pues Paul era el único que continuaba durmiendo y no quería perturbar su sueño.

—¿Qué sucedió ayer? —preguntó George adormilado, y negó.— ¿Saben qué? Mejor no respondan, recuerdo todo, por favor no me dejen beber otra vez.

—No tienes ni que decirlo, es algo que ya decidimos. —contestó John con una sonrisa.

—Agradezco a todos los dioses tener algo de mi ropa aquí, vomité mis cosas. —murmuró asqueado, saliendo de su lugar con cuidado sin despertar a su amigo.

Richard palmeó a su costado en el colchón invitándolo a sentarse junto a ellos y obedeció sonriente, sentándose frente al par de amigos que lo miraban con ganas de reírse, haciéndolo cambiar su expresión, ¿tan mal había estado? Bueno, había vomitado y tenía el vago recuerdo de Richard cepillandole los dientes y vistiendolo, viendo la absurda e infantil ropa interior que llevaba, un bóxer de sus dibujos animados favoritos, ¿qué clase de adolescente seguía usando eso? Oh, claro, él, pues su madre seguía comprándole ropa y consintiendolo como un bebé.

—Oh, George se sonrojó. —mencionó Lennon, causando que su rostro se pusiera más rojo que antes.

—G-gracias Richard... —susurró en dirección al mencionado, el chico le sonrió.

—Bueno, ya sabes que tienes a tu héroe aquí si vuelves a beber en exceso. —se auto señaló, haciéndolo reír levemente.

—¿Creen que deberíamos vestirnos ya? Quedamos en que iríamos al cine, y sería divertido llegar temprano al centro comercial, jugaremos en las máquinas de vídeo mientras esperamos. —los ojos de George y Richard brillaron, y se observaron completamente emocionados.

—¡Yo voy primero! —Starkey saltó en su lugar empujando al menor, buscando en su mochila sus prendas rápidamente.

—¡No, yo voy primero! —Harrison no tardó en levantarse y buscar en aquél cajón apartado que tenía Paul con su ropa, pues solía quedarse seguido allí y dejaba prendas por si olvidaba llevar sus cosas.

John los veía moverse con rapidez y hacer ruido, no entendía cómo es que Paul seguía durmiendo con tanto alboroto, ambos muchachos salieron de la habitación entre empujones y los dejaron solos allí, en completo silencio y paz. Lennon se puso de pie junto a la cama y vio al chico bonito dormir, lucía tan bonito que le daban ganas de llorar, pues le gustaba demasiado y no podía controlar sus sentimientos. Temeroso llevó su mano hasta su rostro, acariciando su mejilla con suavidad y lentitud, recorriendo sus pómulos, llegando hasta la barbilla, y rozando sus labios suavemente con el pulgar, le gustaba tanto que quemaba en su ser, aún podía sentir el tacto de sus labios contra los del adolescente que allí dormía, y lo hacía sonreír como un tonto.

change ; mclennonWhere stories live. Discover now