25

1.2K 123 295
                                    

—¡Feliz cumpleaños! —exclamaron sus amigos a penas cruzó la puerta del salón.

Nadie le había hablado el día anterior excepto su padre cuando fueron las doce en punto, tampoco recibió mensajes en la mañana por parte de nadie, cuando se bajó del auto y caminó hacia la escuela no vio a sus amigos y tampoco a su novio, admitía que estaba un poquito triste porque nadie lo había tomado en cuenta, ¿lo habían olvidado? Cuando creyó que aquella idea era cierta, sus amigos y John lo esperaban en su asiento, todos utilizando gorritos de fiesta y John sujetando un pequeño pastelito con un fósforo reemplazando una vela, ellos no tardaron en cantarle la típica canción de cumpleaños y sintió que lloraría ahí mismo.

—¡Sopla la vela y pide tres deseos! —una lágrima rodó por la mejilla de Paul y su barbilla temblaba, le dolía tanto porque sentía ganas de llorar, pero no armaría tal escena en la escuela, claro que no.

—Pero no llores. —murmuró Stuart, ahora lo miraban enternecidos, pareciendoles un acto tan humano de su parte emocionarse por aquello.

—Creí que lo habían olvidado... —otra lagrima rodó por su rostro, ésta vez John reaccionó, entregándole el pastelito a George, que observaba asustado cómo el fósforo se consumía, pues su amigo no lo había soplado, por lo que tuvo que apagarlo en segundos.

—¿Cómo podría olvidarme de algo así? —le dio un pequeño abrazo y acarició su cabello, quiso besarlo en los labios pero había olvidado por un momento que estaban en la sala de clases, incluso ya tenían puestos encima bastentes ojos. Con cautela se hicieron un poco más atrás, pegandose a la pared queriendo tener un poquito de privacidad junto a sus amigos.

—¿Qué miran? ¿No tienen nada más importante que hacer? —fueron las palabras de Richard, los estudiantes no tardaron en enfrascarse nuevamente en sus cosas, ya sea adelantando tareas o hablando con sus grupos de amigos.

Por un momento George volteó a los asientos traseros, allí cruzó incómodas miradas con Linda y Pattie, la chica Boyd seguía enviándole mensajes y buscándolo algunas veces en receso, no sabía cómo explicarle que ya no estaba interesado en ella, y en cuanto a Linda... Esa chica mostraba arrepentimiento en sus ojos, de no ser por su forma de actuar tal vez serían buenos amigos junto a Paul, pero sabía que aquello no podría ser ahora, pues había desechado aquella oportunidad cuando decidió enviar al carajo a McCartney por dejar su relación-no-relación. Cuando la vio levantarse de su asiento y acercarse a ellos se alarmó, ella realmente tenía coraje para realizar un acto de esa magnitud, pues todos la detestaron de forma automática cuando se enteraron del drama que había ocurrido, pero con John era diferente, Lennon simplemente no podía dejar de odiarla luego de las crueles palabras que le había dicho aquella vez.

—Paul, ¿podemos hablar? —su voz sonó entre la de los varones, llevándose inmediatamente miradas serias por parte de ese grupo de chicos.

—¿No lo habías enviado a la mierda? ¿Qué quieres? —fueron las crudas palabras de John, Paul decidió mantener la seriedad cuando ella apareció.

—Sólo quiero charlar con Paul. —ésta vez habló un poquito más bajo, sintiéndose intimidada.

—¿Ahora hablas de esa forma? ¿No quieres charlar sobre mi situación familiar otra vez? ¿No quieres escupirme en la cara que no merezco nada en el mundo? —ella se tensó cuando notó el cambio de voz en su ser y bajó la mirada. Entonces Paul tomó la mano de su novio, logrando calmarlo de esa forma, hace tiempo no tenía esos arranques de ira, y es que sentía que gracias a su novio estaba mejorando aquellas pequeñas actitudes que lo hacían mostrarse como una mala persona.

—Si tienes algo que decirme, dilo ahora. —sentenció, no pensaba ir con ella a ningún lugar privado, dado a que aún la chica mostraba ese brillo en sus ojos cuando hacían contacto visual, más Paul nunca lo llegó a sentir realmente.

change ; mclennonWhere stories live. Discover now