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—Jóvenes, ayuden a su compañero Pete y llevenlo a la enfermería. —pidió el director con la voz fuerte, pero George se negó de inmediato.

—No ayudaré a un violador. —habló el muchacho, siendo tajante con sus palabras.

—Opino lo mismo. —comentó Richard, pero hablando mucho más suave que Harrison.

Ambos caminaron hasta John, que permanecía aferrado a su novio en el suelo, con la mirada gacha y las lágrimas corriendo por sus mejillas. El chico estaba en un estado de shock, no respondía ante las palabras de sus amigos, sólo podían pasar las imágenes del muchacho siendo golpeado por él mismo, y de su novio gritando y siendo tocando por ese imbécil.

—Lo siento tanto... —susurró, abrazando a ese delgado cuerpo.

—Vamos John, déjanos ayudarte. —pidió su mejor amigo.

El director rodó los ojos, harto de la situación, y se acercó al muchacho con la intención de levantarlo él mismo del suelo, pero no contó con que uno de sus alumnos estrella, George, nuevamente se iría en su contra y se interpondría en su camino, con el ceño fruncido y una expresión de clara molestia.

—Preocúpese de ese idiota, nosotros llevaremos a John. —pidió, pero aquello sonó más como una orden.

El hombre adulto asintió con seriedad, entregándole una mirada seria, pero no pelearía con un niño y mucho menos se rebajaría a su nivel. Aquellos adultos se llevaron a Pete con cuidado a la enfermería, mientras que George y Richard intentaban ayudar a su amigo, que no parecía querer escucharlos, sólo repetía un par de palabras todo el tiempo, lo siento, era lo único que decía. En algún momento sus manos soltaron la camisa de su novio, y su vista se alzó en dirección a sus amigos que estaba de cuclillas frente suyo, con expresiones de preocupación.

—Ese idiota intentó... —murmuró, no siendo capaz de completar la frase.

—Vamos, te llevaremos a la enfermería. —repitió su mejor amigo, John no lo había escuchado antes.

George se acercó un poco, extendiendole la mano, pero el chico negó.

—Yo lo llevaré, no voy a separarme de su lado. —y sus amigos respetaron su decisión.

John se levantó del suelo con dificultad pero mucho cuidado, no tenía pensado soltar a su novio, no quería perturbar su paz, no quería despertarlo. Cargó al muchacho con las manos adoloridas, y salió del baño con sus amigos siguiéndole el paso detrás suyo, agradecía que hubiesen aparecido allí, al menos tendría personas con quién contar, pues temía lo que fuese a decirle el director.
En parte, sentía que sería expulsado, había recibido bastantes advertencias en el pasado y el hombre le había dado muchas oportunidades con anterioridad, pero desde que comenzó su buena relación con Paul, su rendimiento había subido considerablemente, ya no tenía malas calificaciones y el entrenador siempre elogiaba su buena forma de jugar, además, aquél era su primer día de escuela, no podían expulsarlo el primer día de escuela.

Pero sabía que había cometido un gran error.

Suspiró suavemente cuando llegaron a la enfermería, e intentó evitar fijarse en el imbécil de Pete que estaba en uno de los cubículos del lugar, viéndolo y sonriendo como un completo imbécil mientras que una de las enfermeras escolares limpiaba su rostro. Dejó a su novio en una de las camillas más alejadas de su compañero, y se sintió mal al ver la zona de su barbilla de aquél color característico que se pintaba la piel cuando se recibía un fuerte impacto, ¿Pete lo había golpeado? Pensar en aquello no lo hacía más que sentir impotencia y rabia.

Era su culpa, y no podría perdonarselo.

—John, iremos a la oficina del director a explicar lo sucedido —habló Starkey a sus espaldas.— luego los vendrán a buscar a ustedes, pero haremos lo posible por intentar ayudarlos.

change ; mclennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora