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El mes de Septiembre llegó en un parpadeo, y con ello, las clases comenzaban nuevamente. Paul se miraba frente al espejo del baño arreglando su uniforme, dejando su corbata al centro y metiendo con algo de torpeza la camisa dentro del pantalón. Su recuperación había sido bastante lenta, pero ya podía andar sin problemas, sólo tenía una licencia para evitar las clases de deportes en la escuela durante las primeras semanas hasta que pudiese hacer sus cosas sin dificultades, pues aún se encontraba un poco débil.

Un beanie de color gris adornó su cabeza, y es que el cabello le crecía bastante lento, pero al menos ya estaba un poquito más largo y cubría la cicatriz a la perfección, aún así, no podía acostumbrarse a ese feo corte. Cuando terminó de arreglarse para la escuela, bajó las escaleras para encontrarse con su sonriente padre que verificaba llevar las cosas importantes en su maletín, y es que hace poco lo habían ascendido en el trabajo, noticia que no pudo ponerlo más contento luego de saber que su hijo estaba perfecto y no habrían más cirugías, las cosas estaban saliendo bastante bien últimamente.

—Si te sientes muy cansado, puedes llamarme e iré a buscarte. —Paul rodó los ojos, se lo había dicho mil veces la última semana.

—Está bien. —contestó simplemente, poniéndose el cinturón de seguridad cuando ambos estuvieron sentados dentro del auto.

—También hablé con John ayer, le dije que no te dejara sólo y-

—¡Papá! —exclamó un poquito molesto, estaba bien que se preocupara por su bienestar, pero sentía que se estaba excediendo.

—Lo siento, lo siento, pero quiero que me comprendas, eres mi hijo y no quiero que te pase nada malo.

El menor suspiró, comprendiendo, tal vez fue muy duro con Jim.

—Está bien papá, te entiendo, lo siento. —el hombre le sonrió.

Cuando llegó a la escuela soltó una gran bocanada de aire, estaba muy nervioso, y se puso más nervioso aún cuando bajó del auto unas calles antes como solía hacerlo siempre. Algunos chicos se detenían para saludarlo en el camino, siendo la mayoría los de su clase, no había comprendido tanto interés por ellos hasta que una chica le mencionó que estaba alegre de que hubiese salido bien del hospital, fue ahí cuando supo que al parecer alguien se había encargado de difundir la noticia de que había estado internado en el recinto médico, pero aún no sabía de quién se trataba, y sabía que sus amigos habían mantenido la confidencialidad respecto al tema, por lo tanto, ellos no habían sido.

—¡Paul McCartney! —una sonrisa se formó en su rostro al oír la voz de su mejor amigo a lo lejos.

Decidió voltearse en su lugar y simplemente estirar los brazos esperando un abrazo, pero se sorprendió al oír más pasos corriendo en su dirección. Junto al menor del grupo, Richard y Stuart venían corriendo también, y se lanzaron a abrazarlo los tres, rodeandolo desde todas las direcciones para evitar botarlo al suelo.

—¡Seremos tus protectores tal como nos pidió tu papá! —anunció su mejor amigo, y Paul negó suavemente en su lugar, su padre no sólo había llamado a su novio, ¡llamó a todos sus amigos!

—¡Hey! —exclamó una voz a sus espaldas.— Suelten a mi Paulie ahora.

La sonrisa en su rostro creció al oír a su dulce novio.

—No, nosotros llegamos primero. —entonces lo abrazaron con más fuerza, haciéndolo quejarse suavemente.

El rostro de John se tornó serio de inmediato, causando que el trío de chicos soltaran a su novio de inmediato y lo observaran con algo de temor, cosa que le molestó un poco, pues no era capaz de hacerles nada y no le gustaba que creyeran lo contrario.

change ; mclennonWhere stories live. Discover now