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Cuando John finalizó de tocar, Paul lo observaba con los ojos brillantes, el chico tenía una tremenda habilidad para la música, para componerla e interpretarla, aquellas palabras que su amigo cantó en su canción llegaron hasta el fondo de su corazón, pudo conocer un poquito del alma de ese chico, y se sentía agradecido de que se lo permitiera.

—Eso fue precioso... —John sonrió ante sus palabras.

—Realmente es en piano, pero no podía traer el piano de mamá hasta acá —murmuró el chico riendo.— ¿sabes? Algún día podría llevarte a conocerla, le agradarás.

—Eso me gustaría. —contestó contento, sabía que no hace mucho tiempo John había retomado el contacto con su madre, y le parecía algo muy bonito de su parte querer presentársela.

—Hm, bueno, la verdad es que la canción era la principal parte de la pregunta que quería hacerte hoy. —un poco nervioso, se acercó hasta Paul, que lo veía expectante.

—¿Sucede algo? —preguntó haciéndose el tonto, pues esperaba ansioso lo que John le diría.

—Tu... ¿Quieres s-ser mi novio? —habló un poco rápido, pero entendible, suspirando al final de su pregunta, mucho más tranquilo al decirlo.

—Ah... —murmuró pensativo, viendo el terror en la cara del chico cuando lo vio dudar, y rió suavemente.— ¡Claro que sí!

—Oh por dios, realmente creí que me dirías que no... —dramatizó con la mano en el pecho.

—¿Realmente creíste que me negaría cuando ya nos hemos besado? —preguntó fingiendo estar dolido.

—¡N-no, no! —negó moviendo sus manos rápidamente.— pero eso me habría dolido mucho, es la primera vez que estoy enamorado de alguien.

—Yo también. —vio al que era su novio ahora, ambos mantenían el color rojo en sus rostros, viéndose un poco avergonzados.

—No podría estar más feliz en este momento.—habló el castaño y se abalanzó sobre su cuerpo haciendo que ambos cayeran sobre el césped, claro que sin mucha fuerza, pues ya estaban sentados allí, y cuidando del brazo enyesado de Paul.

Paul sintió la suavidad bajo su espalda y rió al ver a John sobre su cuerpo, su novio se acercó hasta su rostro lentamente y rozó sus narices con ternura, para luego repartir pequeños besos en todo su rostro, el de ojos hazel reía con cada pequeño besito que el chico depositaba, hasta que el último terminó en su boca, volviendo a besarse una vez más en ese día. El mayor se separó para luego dejar muchos besos en la misma zona, era realmente adictivo besarse en los labios.

—Me gustan mucho tus labios. —admitió, apoyándose en su brazo bueno para inclinarse un poco y besar otra vez a John.

—Pues a mí me gustas tú. —otro beso, y luego otro, y otro más, siendo el último un poco más atrevido que los anteriores, ya que instintivamente habían separado los labios al notar que era más duradero.

Sus lenguas se habían encontrado otra vez, danzando juntas en un baile inexperto, pero no por eso dejaba de ser grandioso. John había tomado el gusto de sujetar a Paul de la cintura, pero la posición en la que estaban era un poco incómoda para realizar aquello, pues estaba sobre el cuerpo de su compañero que a la vez estaba semi recostado en el césped. Luego de segundos se distanciaron, Paul tenía los labios rojos y levemente hinchados, jadeaba suavemente intentando recuperar el aire, y esa fue una imagen que jugó sucio con la pobre mente de John, que no dudó en volver a sentarse en su lugar y dejarse caer de espaldas, alejándose disimuladamente.
Paul no era ningún tonto, y su curiosa vista no dudó en viajar hasta cierto lugar, enrojeciendo su rostro, pues pasaba por el mismo problema en ese preciso momento.

change ; mclennonWhere stories live. Discover now