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Las pequeñas piedritas volaban sobre la calle a causa de sus pies que las pateaban con fuerza, los tenues rayos del sol le pegaban en ese bonito rostro, su cabello liso iba correctamente peinado, su uniforme lucía pulcro y limpio, digno de un muchacho correcto como él lo era, sus zapatos brillaban y su corbata iba perfectamente arreglada, llevaba la camisa dentro del pantalón y el saco de la escuela con la insignia en una esquina justo donde estaba su corazón. Era un chico sencillo, pero no por eso sería despreocupado, simplemente le gustaba lucir bien, ser un buen estudiante, sacar las mejores calificaciones y en un futuro dedicarse a lo que le gustara.

—¡Paul! —un joven casi de su estatura le llamó, el mencionado volteó y le sonrió en grande.

—Hey George. —saludó al que era su mejor amigo con un apretón de manos.

A pesar de que no tenían la misma edad, George había sido adelantado un año debido a su rápido aprendizaje, los maestros decían que era un superdotado, ese chico secundaba a Paul en el ámbito académico, ambos no tardaron en congeniar cuando compartieron su primera clase juntos, y desde ese momento, jamás se separaron, convirtiéndose pronto en mejores amigos.

No muy lejos de ellos, un chico caminaba petulante en su dirección, venía fumando un cigarrillo y usaba lentes de sol, traía puesta una chaqueta de cuero y cada vez que podía tocaba su cabello con ese peinado que había pasado de moda hace años, venía con zapatillas desgastadas y la camisa fuera del pantalón, llevando bajo su brazo un balón de basket, a sus costados, dos chicos luciendo muy similares, solo que uno de ellos traía un dulce en su boca sustituyendo el cigarrillo, aquél trío fantástico eran John Lennon y su séquito de idiotas, causando furor y desorden por donde caminaban, y para mala suerte del par de amigos, ellos tres estaban en su clase, encargándose de hacerles la vida imposible cada vez que les era posible.

—Hey, miren lo que tenemos aquí. —murmuró el que se encontraba al centro, quitándose las gafas para observar a ambos chicos frente suyo.

—Pero si son Pauline y Georgina. —se burló el de su izquierda, un chico bajito de nombre Richard, aquél que solía repetir cada cosa que John decía o complementaba sus malas bromas.

—Ya hablamos de las burlas a sus nombres. —regañó con disimulo el joven restante, luciendo un peinado similar al de John, y era aquél que traía un dulce en su boca, solían llamarle Stu, y era el chico callado del trío, bromeaba con sus amigos pero sin llegar a excederse como ellos.

—¿Estás de nuestro lado o no? Si no lo estás, puedes irte con los maricones. —rodó los ojos y se quitó el caramelo de la boca.

—Estoy de tu lado amigo. —la sonrisa de John se agrandó con egocentrismo.

—¿Por qué no te largas a molestar a alguien más? O mejor, sólo largate y no fastidies a nadie. —para ese momento, George ya se había ocultado detrás de su espalda, temeroso de lo que pudiese ocurrir a continuación. John presionó los dientes con furia, lanzando su cigarrillo al suelo y pisandolo con fuerza.

—No me hables con ese tono, McCartney. —su voz ahora sonaba intimidante, incluso su expresión había cambiado, cosa que no causó ni un tipo reacción en el que se encontraba frente suyo.

—Escúchame, tú no eres nadie para decirme lo que debo hacer o no, deja de fastidiarnos. Sólo eres un impulsivo. —con una pequeña sonrisa dio por terminada la charla, tironeó del brazo a su asustado amigo y se dirigieron en paz hacia la su clase. Lennon se molestó tanto que tuvo la intención de ir a golpearlo, Stuart fue lo suficientemente rápido para tomarlo de los hombros y detenerlo a tiempo, diciendo que no tenía caso y se fueran de una vez a su salón.

—Supongo que no quieres más problemas con tu tía, así que arreglaremos esto lejos de la escuela, no ahora y mucho menos aquí. —propuso con tranquilidad, algunas veces se preguntaba cómo es que John no le había dado alguna paliza cuando frustraba sus planes.

change ; mclennonWhere stories live. Discover now