10

1.7K 170 391
                                    

Luego de estar una semana alejado de la escuela, Paul supo que ya era tiempo de regresar, podía notarse su cuerpo un poco más delgado, y es que no había estado comiendo correctamente esos días, a excepción de los momentos que pasaba con su padre, pero se sentía un poco más animado, ahora se sentía con el valor de ir al cementerio a visitar a su madre, pero iría con su padre definitivamente, no podría estar solo en ese lugar sin derrumbarse a llorar, quería hablar con ella, contarle sus días, decirle que ahora él y John eran amigos, resolver dudas existenciales y cuestionamientos de la vida, tenía mucho de qué hablar, y eran temas que sólo tocaba con ella y nadie más.

Realmente le hacía falta.

El día lunes llegó en menos de lo esperado, con pereza se puso su uniforme pero no se dio el tiempo de arreglarse como solía hacerlo, llevaba la camisa fuera del pantalón y la corbata desarreglada, su cabello estaba alborotado, así que lo mojó un poco pero no volvió a tocarlo, tampoco quiso desayunar ese día, sólo se lavó los dientes y subió al auto, bajo la atenta y preocupada mirada de Jim.

—¿Estás bien? Puedes faltar hoy a la escuela si quieres hijo, pediré permiso en el trabajo y me quedaré contigo si lo necesitas. —propuso James observándolo, Paul estaba apoyado en la puerta y mantenía sus ojos cerrados, como si estuviera descansando.

—No te preocupes papá, ya falté muchos días, debo cumplir con mis deberes. —el padre del chico asintió no muy convencido y encendió al auto.

Durante el camino Paul decidió escuchar música en sus auriculares, no era algo que hiciera muy seguido pero le relajaba, solía escuchar canciones de la época de sus padres o incluso de sus abuelos, según él, eran mucho mejores que la música nueva, aquél era un gusto en común que tenía con John, y le agradaba bastante, pues George detestaba las canciones viejas, aunque el rock era su gusto culposo.

Como de costumbre, Paul bajó antes de llegar a la escuela, y caminó con lentitud esperando a que su mejor amigo se lanzara sobre sus hombros saludándolo eufórico como lo hacía todos los días, cuando sintió un toque en su hombro sonrió contento y volteó dispuesto a abrazarlo, más su sonrisa se borró con lentitud al ver que se trataba de Linda, de alguna forma, se sentía decepcionado.

—Hola Paul. —la chica besó sus labios con rapidez, sin darle el tiempo de reaccionar si quiera.

—Hey Linda. —saludó poniéndose serio, durante aquellos días en casa pensó bastante las cosas, y sentía que no sería correcto salir con ese chica, era bonita, pero tampoco olvidaba que trató mal a John y seguía pensando que él no sabía.

Tal vez, lo más prudente en ese momento sería terminar con lo que sea que tenían ambos, prefería que fuesen simples amigos, pero no estaba enamorado de ella como lo creyó en su única cita, le gustaba, sí, pero no para estar en una relación ni para cosas casuales, le gustaba como amiga y le agradaba, pero si ella continuaba dándole besos o muestras de afecto de la nada o tratando mal a sus amigos su forma de pensar tal vez cambiaría, pese a aquello, Paul no tenía ánimos de hablar en ese momento con ella, tal vez lo haría más tarde o quizás lo mejor era arrancar del país y comenzar de cero.

—¡Paul McCartney! —ese grito cambió su ánimo repentinamente, la sonrisa regresó a su rostro, y no tardó en observar en la dirección de aquél grito para abrir sus brazos esperando el salto del chico.

—Auch. —se quejó al caer al suelo con su amigo aferrado a su cuerpo, sin intención de soltarlo pronto, incluso cuando se pusieron de pie, seguía sin soltarlo.

—Te extrañé demasiado, realmente no te imaginas cuánto, es como si no nos hubiésemos visto en siglos. —rodó los ojos ante la exageración del muchacho.

change ; mclennonWhere stories live. Discover now