Monsters In Disguise [Teen Wolf]

12. Trying to move on

12. Trying to move on

Me subí al asiento del copiloto. Saludé a Theo con una suave sonrisa, la cual él me respondió. Su sonrisa siempre me agradó, pues la hacía de costado y podía transmitir varias cosas. Me relamí levemente los labios y giré mi rostro hacia la carretera. No me solía pasar tan a menudo, pero esa vez me sentía algo nerviosa y no sabía bien el porqué. Bueno, en realidad, sabía parte del porqué. La razón era simple, estaba a solas con Theo en su auto.

La radio estaba puesta, sonaba una canción vieja de Rihanna. La tarareé suavemente, pues no conocía la letra con exactitud y no quería romperle los tímpanos a Theo. (Stiles me ha dicho en variadas veces que canto muy mal). Mientras mi mente se ocupaba vagamente de distraerme con la melodía, mandé mensaje a mi hermano para decirle que ya me había ido del instituto. Aproveché a mandarle otro a mi mejor amigo, diciéndole que si necesitaba algo, que me llamase sin dudarlo. Luego de eso, bloqueé el celular y me dediqué a aprovechar el agradable viaje.

—¿A dónde estamos yendo? —pregunté con una tonalidad curiosa. Aprecié por unos momentos la escenografía delante de mí antes de girarme hacia él.

Theo vestía una camisa blanca de cuello en V que mostraba parte de su pecho y clavícula. Encima tenía una campera de jean con mangas y capucha de tela gris, considerando que los lobos no sienten el frío (al menos no como los humanos) supuse que la prenda estaba más por decoración que por utilidad. Portaba unos jeans oscuros sin cualidad que denotara, junto unas simples zapatillas deportivas. Estaba bien vestido, se podía apreciar su musculoso cuerpo a través de todas las prendas.

Habiendo analizado ya su vestimenta, mi mirada se posó en su rostro. Como casi siempre, había una sutil sonrisa de lado en sus labios, a veces daba la sensación de que con ella transmitía que sabía cosas que yo no. Los rayos dorados del sol le pegaban a un costado, haciendo relucir su blanquecina piel y sus ojos claros. La misma iluminación hacía que las hebras de su cabello se asemejasen más a un rubio dorado que un castaño claro.

Debía confesar que la combinación de su outfit junto con los rayos de luz sobre su rostro hacía que Theo se viera realmente muy guapo. Sólo un tonto diría lo contrario.

—Pues, no tenía pensado un lugar realmente. —respondió, y hasta un segundo me había olvidado lo que yo le había preguntado. Al responder, giró su rostro levemente hacia mí por breves segundos. Esos ojos claros parecían perforar mi mirada, y con un leve rubor en mis mejillas, moví mi mirada—. Sólo quería pasar tiempo contigo.

No sabía qué responder a aquello. Y aunque quisiera negarlo, sería tonto hacerlo, su respuesta en cierta medida me había emocionado. Era un hecho que durante todo el día de clases noté su ausencia, incluso cuando ese día sólo compartíamos la última clase de Química. Como siempre, parecía tener un remolino de sentimientos. Hacía mucho que no me sentía así, emocionada, asombrada... Feliz.