Monsters In Disguise [Teen Wolf]

3. Beneficio de la duda

3. Beneficio de la duda

Tras la tradición de último año, cada uno partió a su casa. Scott se fue con Kira en su moto, Lydia se volvió en su Toyota y yo me fui con Stiles y Malia. No volvimos a ver a Theo, dudo que se haya quedado para la tradición. Scott nos avisó que mañana antes de ir al primer turno de clases, pasaría por la clínica animal para hablar con Deaton sobre las garras de aquél sujeto que nos había atacado.

Dejamos a Malia en su casa y en el trayecto de vuelta hacia la nuestra, Stiles rompió el silencio diciendo: — ¿En serio no te parece extraño?

Fruncí el ceño. Supuse que al estar tanto tiempo en silencio, Stiles estaba cocinando alguna teoría en su mente. Y por alguna razón, no lo compartió con Malia, aunque creo que la chica por sus sentidos sobrenaturales sabía que Stiles estaba enfocado en algo.

—¿Lo de las garras dices? —cuestioné, sin saber bien a qué se refería. Tal vez hablaba del último año escolar o de otra cosa completamente distinta. Si bien mi hermano y yo tendemos a decir frases y palabras al unísono, esa vez estaba perdida con el contexto de su pregunta.

Negó con la cabeza levemente, sin despegar los ojos del camino — Theo. —respondió con sencillez. Alcé las cejas, volviendo a pensar en el muchacho. Con la pelea y luego la tradición, se me olvidó un poco la noticia de la vuelta de nuestro amigo de cuarto grado.

Me relamí los labios y pensé en ello — Es un poco extraño... —admití. Desde que se marchó de Beacon Hills, no hemos sabido nada de él. No era de extrañarse, éramos amigos pero a la vez muy pequeños como para mantener el contacto. Aunque no me parecía raro que hubiera vuelto a Beacon Hills, sino más bien el hecho de que fuera un hombre lobo.

—Venga, Sari. Es muy extraño. —insistió Stiles, con suspicacia en su voz—. Que se aparezca de la nada, diciéndonos que escuchó de Scott y quiere unirse a la manada... No sé hay algo que no encaja.

Alcé los hombros — No tenemos toda la historia aún, Stiles. —acoté con sinceridad—. No podemos precipitarnos. No sería la primera vez que por no tener toda la información, cometamos un error.

Stiles apretó los labios, sabiendo que tenía razón pero no le agradaba aquello — Lo sé... Pero... No sé, no me fío. Siento que hay algo que no está bien.

No supe qué más decirle. Yo no presentía aquello de Theo, se me hacía rara su repentina llegada pero no desconfiaba de él. Tampoco confiaba, pues apenas le recuerdo desde la última vez que le vi. Podía ser una persona completamente distinta, pero por el momento, le daba el beneficio de la duda.

Stiles no me volvió a hablar del tema, ni de nuestro último año ni del hombre lobo con extrañas garras. Al volver a casa, papá estaba durmiendo así que no hicimos demasiado ruido. Cada uno fue a su cuarto y se preparó para dormir.