Monsters In Disguise [Teen Wolf]

17. Esperar es lo mejor

17. Esperar es lo mejor

Una vez que logré calmarme de aquél espantoso sueño, noté mi alrededor. Estábamos en la casa de Scott, en su cuarto especialmente. Aparentemente había estado durmiendo sobre su cama. No había nadie más ahí, sólo él por lo que deduje que estaba cuidando de mí o simplemente vino a chequear mi estado. Le pregunté qué había pasado, puesto que lo último que recuerdo es que estábamos en Eichen y habían aparecido los Doctores del Pavor. Mi mejor amigo me explicó lo ocurrido. Los Doctores parecían no haberles hecho nada a Stiles y a Lydia. Ellos me tomaron en sus brazos y se escondieron en una de las salas conjuntas del pasillo. Cuando finalmente no habían moros en la cosa, entre los dos me tomaron y salieron de Eichen.

Le pregunté por Kira y por él. Me comentó que le costó salir con su novia debido a esas corrientes eléctricas que su kitsune demostraba, pero que finalmente lo había logrado. Le tomó un buen rato curarse de las quemaduras y del dolor, incluso siendo lobo le tardó. Una vez todos afuera, me subieron al Jeep junto a Kira (quien seguía inconsciente pero sin electricidad en sus venas). De esa forma, en diferentes vehículos, establecieron el punto de encuentro en la casa de Scott.

—Están todos abajo. —aclaró, infiriendo que conmigo ya despierta, harían un recuento de lo ocurrido con Vallack. Asentí ante su comentario. Me moví a un lado para dejar caer mis piernas al suelo y así levantarme—. Espera, Sarah. ¿Te sientes mejor? —cuestionó posicionando sus manos en mis hombros, deteniendo mi movimiento—. Puedes quedarte y descansar, luego vengo a informarte...

Sonreí con dulzura — Gracias, Scott. Pero puedo estar de pie. Ya no tengo náuseas, sólo estoy algo cansada. —respondí con honestidad. Por suerte, él no mencionó mi sueño ni mi extraña actitud al despertar. Era mejor así, pues no sabría cómo explicarle aquello.

Él asintió. Se incorporó y me ofreció la mano para ayudarle a levantarme. La tomé, y me sorprendí al ver lo cálida que era. A veces se me olvida ese detalle de los lobos, pero era un buen olvido, pues me sorprendía cada vez y lo recordaba por unos momentos con mucho cariño.

Antes de salir del cuarto, se giró hacia mí — Por cierto, si vuelves a hacer eso de... —apretó sus labios, desvió la mirada—. Sólo no vuelvas a... —carraspeó, parecía no saber cómo decirlo. Sonreí otra vez.

—Lo volveré a hacer si mi manada está en peligro. Porque es lo que tú también harías. —repliqué, sabiendo que se refería a mi decisión de volver a meterme en ese pasillo y buscar a Stiles y Lydia.

Suspiró pero luego me dedicó una breve sonrisa. No me lo negó.

•••

—¿Esto es por nuestra culpa? —pregunté entonces. Stiles y Lydia comentaron lo que Vallack les reveló de los Doctores. Al parecer no eran humanos, al menos ya no. Eran científicos que adoraban lo sobrenatural, y estaban fascinados con cuestiones como la energía, las vibraciones y las frecuencias. Encontraron secretos en esas variables, como prolongar su vida, aumentar su fuerza y, lo más importante, hacer qué te olvides si alguna vez les viste.

—Vinieron por lo del Nemeton. —respondió mi hermano con un toque de rabia en sus palabras, podía entenderle, hace ya tiempo que ocurrió lo del Nemeton, lo del darach que había secuestrado a nuestros padres y a raíz de eso nosotros le dimos de nuevo energía. Y aún después de tanto, seguíamos sufriendo las consecuencias—. Nosotros le dimos poder al Nemeton... Así que sí. Es nuestra culpa.