59. Emisario

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59. Emisario

—Aún está vivo. —aclaró Scott. Lo miré con extrañeza, pues no sabía qué quería hacer con el Doctor, aparentemente el único que había sobrevivido al ataque de la Bestia—. Llevémoslo a la clínica animal.

Sabía que ese Doctor era la única posible prueba y pista que pudiera darnos para que Mason vuelva. Tras la transformación de la Bestia en Sebastian, éste desapareció en el bosque. Ni los lobos, ni los cazadores fueron capaces de ubicarle. Liam incluso mencionó que ya no lograba oler a su amigo, ese hecho sé que le golpeó más de lo que debería. No sabíamos aún si había posibilidad de salvar a Mason, si él estaba en algún lado. Por lo tanto, llevarnos con vida al Doctor y tratar de conseguir respuestas parecía lo único razonable.

Liam y Scott se encargaron de levantar su cuerpo e ir caminando por el bosque. Estaba por seguirles el ritmo, cuando una sombra a mi lado me llamó la atención. Theo estaba de pie, mirando aquella extraña choza. Noté su mirada perdida. Me quedé en mi lugar, sin saber si acercarme a hablarle o no.

Tras unos segundos, me di media vuelta y seguí a Scott y a Liam. Mentiría si no sentía cierta pesadez en mi pecho, pues no me gustaba tener que fingir. Sin embargo, Theo no es alguien que se merezca mi simpatía o mi empatía sin más. Me ha dañado, ha herido a Scott, ha herido a mis amigos... Sí, tal vez fue un amigo de la infancia. Y tal vez por un tiempo sentí algo por él. Pero definitivamente, ese momento había pasado.

•••

Llegamos a la clínica animal sin tanto dilema. Aparentemente no estábamos tan lejos, acortamos viaje por el bosque. Mi hermano estaba extrañamente con Deaton, vi una carpeta de papel cartón en sus manos, típica carpeta donde se guardan documentos importantes. Supuse que luego nos contaría de qué iba aquello, pero por el momento, el Doctor era lo importante. La única pista que teníamos.

—¿Puedes mantenerlo con vida? —cuestionó Scott, luego de dejar al Doctor sobre una mesa metálica. El veterinario observó el cuerpo del hombre.

—No sé si técnicamente está vivo. —indicó con honestidad. Aún así, sus ojos y manos hacían un chequeo físico.

—Olvida mantenerlo con vida. ¿Cómo hacemos para que hable? —cuestionó Liam con firmeza y dureza en su tono.

—Opino que no utilicemos suficiente tortura. —dijo Stiles.

—¿Escucharon eso? —interrogó Scott de repente, girándose sobre su espalda. Miré a mi amigo. No había escuchado nada, y parecía que Stiles y Deaton tampoco, pero Liam en cambio sí.

—¿Qué fue, Scotty? —quise indagar. 

Antes de que mi mejor amigo pudiera darse la vuelta y responderme, el Doctor medio moribundo yaciendo sobre la mesa metálica se levantó de golpe. Alzó una de sus manos y un sonido metálico y de ruido blanco inundó el lugar. Nos estaba aturdiendo con sus artilugios de frecuencia.

Liam y Scott se llevaron rápidamente as manos a los oídos. El lugar pronto comenzó a temblar, las compuertas comenzaron a abrirse y material del veterinario cayó al suelo, haciendo un desastre. El Doctor, sin aturdirse por su propio movimiento, se puso de pie y comenzó a salir de la sala. Quise perseguirle, pero por alguna razón, no podía moverme de mi lugar. Como si aquella frecuencia que el Doctor desprendía pegase mis pies al suelo y atrofiase mis músculos. Liam, con enorme fuerza de voluntad, logró moverse y caminar hacia el Doctor. No llegó demasiado lejos. Al ver las intenciones del Beta, el Doctor alzó su otra mano y rayos de electricidad salieron de sus yemas. Liam recibió cada uno de esos rayos. Y yo sentí el eco de esas heridas. Ambos gritamos.

Monsters In Disguise [Teen Wolf]Where stories live. Discover now