48. Plan H de HellHound

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48. Plan H de HellHound

Caminamos sobre nuestros pasos, buscando entre las habitaciones a la Banshee. Rogaba que estuviera de este lado de la barrera de mountain ash, porque de lo contrario, estaríamos de vuelta en el mismo punto.

Liam y Scott fueron más rápidos, y gracias a su olfato pudieron discernir de algunos pacientes. Luego de varias vueltas y algunos minutos, Liam le encontró. Nos acercamos con Scott, él tomó el picaporte de metal y con su fuerza lobuna la movió a un lado con facilidad.

Meredith estaba a oscuras, sentada al borde de su cama. Aquella sala era igual que el resto, con higiene cuestionable, moho en las paredes y líquidos dudosos en el piso. Había una muy pequeña ventana a dos metros del suelo, sólo la luz de la luna entraba a través de aquella.

Nuevamente, sentí pena por los residentes de Eichen. Y no me refería a Lydia, porque a ella la estaban torturando en esta instalación; sino a los residentes usuales con problemas mentales. Meredith es una Banshee pero no está aquí por ello, está aquí debido a que su mente es tan inestable que no puede vivir su vida sin ayuda psiquátrica. Y el chico de antes, aquél que pedía desesperadamente la medicación... No podía evitar que mi corazón se estrujera ante ellos. Merecían mejor trato y tratamiento, habitaciones limpias y un poco más de decencia.

Meredith lucía igual que siempre, su cabello corto y rizado parecía limpio y bien peinado. Su piel estaba algo pálida pero no se observaban lastimaduras de ningún tipo, lo cual me dejó tranquila ya que eso era prueba de que no le estaban maltratando físicamente. Aunque, su mirada seguía igual de perdida que en su momento. Pocas veces le vi consciente, ese hecho también me entristecía.

—Meredith. —llamó suavemente Scott, adelantándose hacia la muchacha. Como era de esperarse, ella no le contestó—. Soy Scott. McCall. —agregó, introduciéndose formalmente. La chica no se inmutó. Esperó unos segundos, luego Scott se giró hacia nosotros. Tanto Liam como yo alzamos nuestros hombros.

No sabíamos realmente si Meredith estaba así debido a su mente, a lo ocurrido después de Peter Hale y todo el asunto de la Lista Negra, o si le habían dado tal medicación que la dejaba apenas consciente. O tal vez era una combinación de todas las opciones.

Scott se giró y se acercó a la chica. Se agachó para estar más o menos a su altura. Con delicadeza, tomó la mano de la Banshee — ¿Me escuchas? —continuó intentando—. Necesitamos encontrar a Lydia. Sé que tú puedes ayudarnos. —pidió con amabilidad, siempre siendo educado.

Ella siguió igual de estática y ausente. Liam suspiró — Tal vez es mejor que nos vayamos. —aclaró, inclinándose sobre el marco de la puerta, como si escuchase algo a lo lejos—. Vendrán más guardias. —informó.

Mi mejor amigo apretó sus labios, enojado por la impotencia de la situación. Pensé nuestras posibilidades — Debe haber otra forma de ir a por Lydia. —discutió él, mirándonos—. Otra forma de cruzar el serbal. —agregó.

La mano de Meredith, aquella acunada por la de Scott, se movió dejándonos a todos mudos de la sorpresa. La mirada de la chica seguía sumamente perdida, pero estaba consciente. Nos escuchaba e intentaba ayudarnos. Movió su mano con tal de llevar la de Scott hacia su cuello. Scott frunció el ceño.

—¿Qué...?

—Creo que quiere que entres en su cabeza. —indiqué, viendo cómo la chica ladeaba con suma lentitud su cabeza hacia un lado, manteniendo la mano de Scott cerca de su cuello.

—Puedo lastimarte. —advirtió Scott. Recordé que la última vez que había hecho aquello, fue a Corey. Afortunadamente el chico no tuvo ninguna repercusión, como sí la tuvo Lydia ante las garras de Theo.

Monsters In Disguise [Teen Wolf]Where stories live. Discover now