46. Wolf bond

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46. Wolf bond 

Sentía que me sofocaba, pero intenté mantenerme serena, pensar en cosas bonitas, en simples distracciones. Me recordé varias veces que hacía esto por Lydia, que ella necesitaba nuestra ayuda. Estábamos ya dentro de las bolsas de morgue, en el vehículo en el cual transportaban cuerpos y demás cosas largas o pesadas. Parrish conducía el mismo hacia Eichen. 

El plan era entrar pretendiendo ser víctimas de la Bestia, camuflado entre los verdaderos cadáveres. El solo pensamiento era algo perturbador. Afortunadamente, todo salió bien. (Aunque en un momento, escuché al guardia de Eichen pedirle a Parrish que abriera las bolsas para comprobar que fueran cadáveres. Afortunadamente, el oficial le hizo caso y el guardia, debido al olor, no necesitó más pruebas.)

Finalmente, tras un no muy largo viaje pero sí muy nauseabundo, llegamos al área de descarga de los cuerpos. Parrish con algunos guardias, supuse, fueron colocando las bolsas en la morgue dentro de la institución. El oficial procuró dejarnos sobre las mesas metálicas. Tuve que contenerme de quejarme por los golpes, pues un supuesto cadáver no gemiría ante los repentinos dolores.

Tras unos momentos, los pasos y murmullos cesaron. Unas puertas se cerraron. La sala continuó en silencio. Esperamos unos minutos y finalmente comenzamos a salir de las bolsas. Aunque realmente, la primera en salir fui yo. Había procurado dejar un leve espacio en el cierre, lo suficiente para dejar pasar un dedo y así hacer fuerza para desprender toda la cremallera.

Ni bien salí de aquella bolsa negra, abrí mi boca y tomé una buena bocanada de aire. Al incorporarme sobre la mesa metálica, miré a mi alrededor. Las bolsas de mi hermano y amigos seguían cerradas aunque para nada quietas. Liam parecía una sardina saltarina, intentando abrir el cierre moviendo su cuerpo de lado a lado. Podía ver en la bolsa de Scott sus manos, como si intentase abrir la bolsa con sus garras, pero debido al material resistente, le era imposible. Y Stiles... Pues él giró y giró hasta que finalmente cayó al suelo.

Parpadeé incrédula ante esa escena. Parecía surrealista. Hasta me dieron ganas de reír ante lo absurda que era. Sin embargo, no reí. Aunque era divertido verles, entendía su desesperación. Por lo tanto, me bajé de la mesa metálica con el objetivo de ayudarles. 

Liam era el más cercano, por lo que él fue el primero. Caminé hacia él y con sencillez tomé el cierre para abrirlo de un rápido movimiento. Sus ojos celestes orbitaron por toda la sala, confundidos, hasta que se posaron en mí. Tomó una gran bocanada de aire, para así regular su frecuencia respiratoria. 

—Gracias. —profesó casi sin aire. Asentí con la cabeza.

Al otro lado tenía la mesa metálica vacía de mi hermano. Stiles seguía en el suelo, aún girando y retorciéndose, como si eso le sirviese de algo. Aunque le tenía más cerca, los movimientos de Scott me distrajeron, pues parecían más desesperados. Tenía miedo de que cayera en un ataque de asma, por lo que fui hacia él antes que a Stiles. Mi hermano sobreviviría retorciéndose cual gusano. 

Corrí hacia la mesa de Scott, al igual que Liam, tomé el borde de la cremallera y abrí con velocidad la bolsa. No llegué a sacar la parte superficial de la bolsa, pues Scott ni bien vio su libertad, se incorporó de la mesa, alejándose del encierro de la bolsa de morge. Su pecho subía y bajaba con rapidez, por lo que supuse que actué a tiempo para prevenir un ataque de asma. Su piel estaba algo más pálida y con una leve capa de sudor recubriéndole la frente y sus cabellos. Sus ojos parpadearon varias veces y finalmente logró enfocar su mirada en mí.

Monsters In Disguise [Teen Wolf]Where stories live. Discover now