REFLEJO ➳ Kim Taehyung

• PARTE 020 •

¿Es tan difícil solamente dejarme sola?

Salí luego de unos minutos y en lugar de caminar afuera con todos de nuevo me dirigí a alguna parte de la casa donde parecía haber nadie.

–¿Te puedo ayudar en algo? –susurró una voz detrás mío.

–No. Muerete seas quien seas.

Una mano extendió un pañuelo de papel frente a mí, lo tomé y al fin comencé a llorar. Bien.

–¿Por qué te han hecho llorar?, hace un rato que estabas con Kook solamente reías. –la voz aún seguia ahí.

–¿Te importa?

–Quiero ayudarte.

–Todos los que me dicen eso solamente juegan conmigo, me toman como pieza de ajedrez, mienten y no parecen tener respeto por lo que realemente quiero. –dije entre sollozos–. No quiero tu ayuda.

–Jamas he sido como ellos, Hann. –dijo firme el hombre a mis espaldas–. Nadie me ha obligado a estar aquí, no tengo ningún interés lejos del de ayudarte.

–¿Sin estrategias? –dije antes de voltear una vez dejé de llorar–. Sólo necesito que me escuchen.

Al dar la vuelta me encontré con un hombre tez morena, alto, y una sonrisa simétrica.

–Te escucharé, mi amigo estaba ocupado así que deambulaba por aquí solo.

–Yo tengo demasiada compañía, –reí–. ¿Cambiamos?

–Compartamos, mejor. –también sonrió.

–¿Cómo sabes mi nombre?, hace un rato lo dejé pasar. –Hice una pausa–. Al parecer no recuerdo muchas cos...

Fui interrumpida y el tocó mi hombro sutilmente.

–Nos conocemos de hace algunos años, –dijo amable–. No te esfuerces en explicarme algo que también es complejo para ti. Sé lo que ocurre contigo, Hann.

Él me conoce también al parecer.

–¿Cual es tu nombre?

–Soy V, tú me llamas de esa manera. –extendió a mí otro pañuelo–. ¿Quieres subir al balcón? Quizá más aire te venga bien.

¿V? Funciona para mí.

–Imagino que no podemos subir a esos sitios de la casa de Jungkook. –miré las escaleras que estaban frente a nosotros.

–Sí podemos. Somos amigos cercanos. –cerró un ojo y guió nuestros pasos arriba.

–Señor. –un hombre en la planta de arriba hacía una reverencia a V.

Entramos a un pequeño salón en el primer piso que tenía vista a lo que era un balcón con piso de mármol y metal color negro, algunas sillas y plantas.

–Esta vista es la mejor. Se mira con detalle todo el jardín. –el chico a mi lado presumió–. Mira ahí abajo está tu familia.

Me acerqué a la orilla y miré con atención a los chicos hablando ahora más tranquilos. Incluso la chica rubia y mi hermano parecen haberse ido.

–Jungkook es un buen anfitrión. –intenté cambiar el tema.

–Por cuestión de segundos creí que estaría muerto. –hizo una mueca de miedo y terminó riendo–. Gdragon estaba molesto en serio.

–Fue un accidente. –excuse la escena, seguro el también miró–. Jungkook es muy despistado.

–Eso lo sé. Me alegra que no lo haya hecho realmente.

¿Uhm?

–¿Habría algún problema si hubiese sido intencional?

–Sí. –dijo firme para luego cambiar el tono–. Uhm, sí, bueno. Todos creerían que por ti rompió su compromiso.

–Detestaría que asumieran eso, recién lo conozco.

–Él y tú realmente son muy buenos amigos, complices perseguidos eternamente por Jin y MinYoonGi.

¿Quién es este tipo?

Debería dejar de cuestionar y aprovechar lo que él pueda decirme.

–¿Tú nos conoces bien?

–Te conozco bien a ti y por ende a ellos. –recargó sus brazos en el barandal y me miró–. Ellos son colateral.

–¿Oh Kai?

–Inteligente, bastante indulgente con todos, buen amigo, pésimo cocinero.

–¿Oh Sehun?

–Despistado, amable, servicial, vanidoso, muy aprensivo y sobreprotector, amoroso. Es un tipazo.

Oh...

–¿Park Jimin?

–Alegre, curioso, hiperactivo y pesima influencia por lo que veo. –elevó una ceja y terminó sonriendo–. Es muy indiscreto.

–¿Jung Hoseok?

–Bastante temperamental, analítico, por el contrario a Jimin él guarda los secretos hasta el último momento. –Hizo una pausa–. La señora Kwon no pudo haber elegido a nadie mejor para que te siguiera en tu camino.

Vaya, eso fue bastante halagador.

–¿Qué hay de MinYoonGi?

–Sin comentarios. –volvió su vista al jardín y lo imite.

–¿En serio no hay nada?

–Me gusta como luce con smookin y su tinte, me gusta. –señaló con la mirada.

–¿No te agrada?

–Solíamos hablar cordialmente pero, un día tuvimos un interés en común y no volvimos a tratar. Por eso y por otras razones.

–Pero...

–Es un maldito genio. –se limitó a decir–. Llegué a envidiarlo.

–Pareces querer responder todo lo que pregunto.

–Lo haría, ¿por qué negarte información sobre tu propia vida? –volvió la mirada a mí.

Tiene razón. Era mi vida al final del día.

–Me siento mal.

–¿Quieres que llame a un médico?

–Emocionalmente. Hoy he descubierto un sin fin de información nueva, ha sido frustrante tener la necesidad de unir las piezas de un gran rompecabezas el cual no quieren que complete. –hice una pausa a causa de un nudo en la garganta que de repente se formaba–. Parecen querer protegerme pero me confunden, me hacen sentir una prisionera. Ni siquiera mi familia me ha querido explicar qué ocurre.

–Hann Swan...

–¿Sabes? Hace unos días creí que habia asesinado a alguien por querer protegerme, al final descubrí que yo no fui quien lo hizo... Sentí alivio pero me sentí mal por el hombre, su nombre era Ji-Whan...  Mmh, olvidé su nombre, creo.

–JiWhan. –completó mirandome estático.

–Gracias. Bueno, me sentí mal por su muerte, al final él también parecía obligado a llevarme con ese hombre llamado Kim Namjoon. –empecé a llorar, tengo miedo.

No sabía que temía tanto de él.

–¿Te has encontrado con Namjoon?

–No pero, por teléfono me ha dicho algunas cosas... Cuando llamó me sentí muy incomoda, mal. –lo miré fijamente–. No miento que me llené de coraje y lo insulté.

–Hijos de puta. –expulsó sin más, como un estornudo.

–¿A quienes te refieres?

–El miedo que sientes por Namjoon es euforia colectiva. –dijo breve–. Continúa, Hann.

–Me siento mal por no poder entender nada de lo que ocurre. –limpié mis lágrimas con las manos–. Si tan sólo me dijeran qué hice mal o la razón por la cuál me quieren asesinar podría tomar las riendas de mi vida.

Sentí como sobre mis hombros caía el saco del chico frente a mí y seguido de eso un abrazo inundaba mi rostro mojado. Levanté la mirada y lo miré aún más cerca, tenía los ojos cerrados como si soportara un gran dolor.

–Te daré armas para luchar y lucharemos pero, nadie te hará daño; directa ni indirectamente. –me abrazó apegándome más a él–. Debo ir a hablar con Jungkook un momento.

Sus palabras y la sensación que me daba estar tan cerca de él me hacían querer refugiarme en sus promesas.

–Esperaré aquí. –dije recargando mis brazos sobre el barandal.

–Ordenaré para ti un vaso de agua antes de salir, ¿sí? Tranquila. –me obsequió una sonrisa antes de entrar.

El vaso de agua ha llegado más rápido a mí que él en llegar con Jungkook abajo. Todo parecía ir bien hasta que una escena poco habitual llamó mi atención.

Hobi, Jimin y Kai parecen deterner a Min YoonGi quien a la vista aparenta reprochar a Jungkook mientras miran todos a V. Sehun se limita a quedarse de pie mirando la escena junto a mi padre.

El hombre mayor se marcha de la fiesta, lo he visto cruzar la puerta y SeokJin se acerca lentamente a la escena y de brazos cruzados mira unos segundos más antes de ponerse entre MinYoonGi y V, ¿por qué reaccionan todos así?

Es estúpido que haga preguntas, ellos no mencionan nada que no quieran decir.

Puedo mirar que V se despide de Jungkook pero, después se dirige a Jin y lo abraza, se abrazan. Jinnie aparenta estar bien con eso, no se miró incómodo.

[…]

–¿Por qué de repente estaban peleando allá abajo?

–No estaban de acuerdo con mi presencia aquí. –se encogió de hombros–. Jin fue el único que se ha alegrado.

–Lo noté. –sonreí–. Olvidé preguntar... ¿qué opinas de Kim SeokJin?

–Lo admiro y respeto mucho. Se ha comportado todos estos años como un completo héroe.

–Pienso lo mismo. –asentí–. Él ha cuidado de mí desde que tengo memoria, literal.

–Lo envidio, él debió ser un superhéroe en su otra vida.

Ambos reímos.

–Hann, debo viajar a Osaka.

Oh, no. Se irá...

–¿Durante cuánto tiempo? –apreté los labios.

–Seis meses.

–¿Cómo podremos estar comunicados?

–No podremos hablar através de e-mail o por llamada telefónica. –se acercó a mí.

–Supongo que nos despediremos, ¿no?

–Ya me he despedido de Kook y mi hermano. –tocó mi mejilla.

¿Hermano?

Dios, no.

–¿Eres hermano de Kim SeokJin?

–Sí.

Sé que debería temer pero no temo.

–¿Taehyung?

–Para servirte por siempre. –levantó mi mano y depositó un beso en ella.

¿Esto fue una trampa?

Indirectamente le arrebaté mi mano y di unos pasos atrás.

–Vas a matarme. –susurré.

–No, Hann.

–Vas a matarme. –dije con voz clara sin perder el contacto visual.

–No es mi intención, todo lo contrario. –dio unos pasos hacia mí.

–También quieres matarme. –dije en voz alta y caminé dentro hasta que su brazo detuvo mi caminar–. Suéltame.

Pudiste al menos no fingir que te agrado para encontrarme vulnerable.

–Hannie, escúchame. –Tomó mis hombros entre sus manos. –Tú siempre supiste que jamás he estado acuerdo con los ideales de mi padre.

Estoy asustada pero, mi cuerpo guarda la calma.

–Suéltame, no te conozco. –intenté apartar sus brazos.

–Te soltaré pero, ayudame, por favor. –entrecerró los ojos agachando su cuerpo hacia mí–. Sé honesta contigo misma, ¿por qué si te han dicho que soy el villano estás mejor conmigo que con ellos?, ¿por qué no tiemblas como cuando hablabas de lo mal que te sentías al ser tratada como un objeto?, ¿por qué no saliste corriendo pidiendo auxilio? –preguntaba con una expresión de dolor en el rostro–. Ellos pueden mentir pero, tú misma no puedes engañarte.

Le creo, a pesar de que debía cuidarme de él me siento tranquila. Hace unos momentos estaba desconcertada por su partida del país, y siento que aún lo echaré de menos si se marcha. Me gustó cuando le abrazó, me gusta que no parezca tratarme como una niña pequeña.

–Taehyung, te creo... –volteé la mirada para unifircarla con la suya–. No te temo.

–Yo quien daría mi vida por verte bien, ¿por que te haría daño? –preguntó y me tomó entre sus manos uniéndonos en un abrazo.

–¿Por qué no me odias como tu familia?

–No sólo SeokJin te tiene en su corazón. –apretó sus brazos a mi al rededor–. Responderé todo pero, ahora no tengo tiempo.

–Es verdad, ¿cuándo viajarás a ese lugar?

–Es por un asunto sumamente importante pero, viajaré hasta que aceptes acompañarme.

¿EH?

–No puedo viajar, no tengo ningún documento conmigo.

¿REALMENTE CONSIDERÉ IR CON ÉL?

–Iremos por ello y sino lo conseguimos, yo haré que podamos ir juntos.

–Eso es tan descabellado. –negué.

–Hannie, ¿vienes conmigo? Te aseguro que todo estará bien.

–¿Y ellos? –señalé con la mirada a los chicos que ahora estaban sentados en una de las tantas mesas charlando–. Es extraño que no me hayan buscado aún.

–Kook les ha dicho que estás dormida.

–¿Él sabe que estamos juntos?

–Lo sospecha.

–¿Y si al estar juntos en ese país no me siento bien?

Le escuché reír por primera vez en la noche.

–Pero, me esforzaré porque no sea así. –sonrió abiertamente y extendió sus manos a los costados–. Tendrás el control de todo. Por favor... Ven conmigo.

–Voy contigo entonces.

Debo estar loca.

[…]