• PARTE 070 •

407 43 11
                                        

El hombre mayor quien venía acompañado de CL y sus cuatro guardaespaldas se detuvo frente al sofá donde apenas pude tomar asiento. En otras circunstancias me hubiese gustado estar de pie pero, éste gran vientre no me permite estarlo.

–Hann Swan…

Miró todo mi cuerpo de pies a cabeza, por su semblante no pude intuir nada, no estaba segura si estaba molesto o en paz, de lo único que estaba segura era de que parecía estar impresionado.

Chae se acercó a mí, lo suficiente como para hacerme perder la compostura, no quería tener a esa mujer cerca.

–Aléjate.

–Estás embarazada. –se sentó a mi lado y colocó su mano sobre mi vientre.

Juro que sentí ternura en su toque.

–¿Por qué no estaba enterado de esto? –mi padre preguntó sin expresión alguna.

–¿Debías saberlo por alguna razón?

Apenas respondí y el hombre me tomó de los hombros poniéndose de pie frente a mí.

–Venía a hacer el traspaso de todo pero… Quiero ese niño a cambio de todo.

–Estás loco. –Chae interrumpió a mi padre–. Es tu hija y tu nieto.

–No quiero la sangre de cualquier persona y siempre quise un nuevo hijo. –escupió el hombre mayor–. Quiero este niño. –se inclinó hacia al frente colocando una de sus manos sobre mi vientre–. Lo quiero.

–No obtendrás absolutamente nada. –afirmé al fin.

Intente ponerme de pie, apenas pude apartar al hombre quien posaba frente mío.

–No me obligues a hacer las cosas a mi modo.

–¿Qué puedes hacer? –pregunté irónica, hoy no dejaría vencerme por él–. No tienes nada.

Un jalón hacia atrás fue lo último que recuerdo antes de perder la noción de la realidad y el tiempo. Estaba inconsciente.

Me encontraba en un lugar oscuro el cual apenas estaba iluminado con una lámpara que estaba averiada. Al despertar me encontré con ese hombre quien me gritaba apenas abrí los ojos, una escena que me dejaba pensando en lo desdichado que será mi hijo al nacer… Caer en una familia así, seguro pagaría el karma de todas sus vidas pasadas.

No duró mucho el momento de reflexión. Mi padre llegaba hacia a mí con documentos que no tuve la intención de siquiera leer, estaba viviendo un infierno.

–Suéltame, Gaem.

–Firma los documentos, entrégame coordenadas del dinero y estarás bien. –vacilaba con desatar una de mis piernas–. Terminarás de desangrarte y el feto morirá.

–Hace unas horas querías al bebé.

–¿Bebé o error?, ¿dónde está su padre?

–¡NO ES UN ERROR, ES MI HIJO!

–La vida de ambos está en sus manos. –aquél monstruo sentenció saliendo de la habitación.

El dolor recorría desde la punta de mis pies hasta mi cabeza, haciéndose más punzante en mi cadera y espalda. Podía sentir cualquier tipo de dolor pero, dejé de sentir a mi bebé moverse. Lo único que estaba en mi campo de vista es aquella rubia que parecía estar aterrada por la escena.

–Ayúdame, por favor. –pedí entre sollozos–. He dejado de sentirlo y las contracciones que tenía hace un rato ya no han vuelto.

–Yo... Hann, no puedo hacer nada... Jamás estuve de acuerdo en esto. –la vi cubrir su rostro entre sus manos–. Estaba molesta contigo pero, no lo suficiente como para esto... No, no sé, no puedo hacer nada.

REFLEJO ➳ Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora