REFLEJO ➳ Kim Taehyung

• PARTE 023 •

"... estoy preocupado por ti"

"Debo estar cerca de ti…"

"Quiero ayudarte…"

"… está desubicada"

“Amnesia”

–Veo que ya estás lista para ir a cenar. –Taehyung saludó al verme bajar las escaleras.

–Sí, parece que sí.

–¿Dormiste bien?

–Sí, gracias.

–¿Ocurre algo?, anticipaba que me atacarías con tu lista de preguntas. –lo vi ponerse un abrigo–. ¿Nos vamos? -ofreció su brazo antes de salir.


…

–Éste lugar de uno de tus favoritos.

Oh...

–Taehyung, ¿exactamente con qué motivo venías a Osaka?

–Asuntos de trabajo aquí. –bajó el menú y me miró–. También para sacarte de ahí.

Claro...

–¿Por qué en la mañana preguntaste sobre mis recuerdos?

–Quisiera responder eso, –el mesero interrumpió al traer nuestros platillos–. Pero, antes quiero decir algo, confesarme.

–Te escucho.

–Ayer preguntaste cómo sabía sobre la existencia de Marion, –hizo una pequeña pausa antes de beber de su vaso–. Bueno, ella trabaja para mí.

–¿Eh?

–Sí, ella ha trabajado para mí.

–¿Por qué?, ¿para qué?

–Su deber era avisarme cuando tu padre fuera por ti. –me miró–. Su trabajo era ayudarte.

–¿Por qué querrías saber cuando saliera de ese país?

–Para evitar que... que tu padre hiciera un grave mal.

–¿Hace cuanto tiempo tenías contemplado eso?

–Hace tres años que te has ido de la Seúl.

–Taehyung... Me fui hace siete años.

–No.

–Viví siete años en el extranjero, recuerdo haberlo hecho.

–¿Recuerdas a alguien más que no haya sido Marion y Hoseok de todos esos viajes?

–No... A decir verdad no.

–¿Rostros en específico de esos lugares?

–No.

–¿Algo más especial que lo que es cultura general sobre esos sitios?

–Tengo recuerdos claros de hace cuatro semanas a penas.

–Lo sabía. –hizo una pausa antes de terminar su plato.

Sus preguntas y mis respuestas me han dejado en un dolor terrible de cabeza. Siento que me explotará.

¿Por qué no recuerdo más allá de lo que parece fácil de narrar?

–Taehyung, no recuerdo imágenes de ninguno de esos lugares... Pero, ¿por qué hablo esos idiomas?

–Los aprendimos cuando éramos niños.

–¿Ambos?

–Nuestras madres nos llevaban a clases de idiomas.

¿Realmente estoy perdiendo la noción de la realidad?, ¿realmente tengo problemas mentales?

La cabeza me duele mucho.


…


–No parece despertar, vamos a un hospital.

–No, ahora solamente está dormida.

–Tengo que estar lista para cuando despierte, iré por los calmantes.

¿Dónde estoy? No he abierto los ojos pero, escucho las voces de dos conocidos y una algo familiar...

–¿Qué me ocurrió? –me senté y miré a mi alrededor.

Estaba en casa de Taehyung, él junto a Jungkook sentados en la mesa de la sala, frente a el sofá donde estaba recostada.

–Me alegra que estés bien... –Taehyung corrió a abrazarme.

–Te has desmayado en el restaurante. –Jungkook respondió.

–¿Estabas ahí?

–Él llegó después de unos minutos con Marion. –Taehyung se separó de mí unos centímetros y quedó de rodillas frente al sofá–. ¿Te duele algo?

–Estoy bien, V. –sonreí.

–Oh, mejor los dejo solos. –Jungkook se levantó riendo.

–No, –dije y luego él subió las escaleras–. Bueno, no era necesario.

–Hann, lamento que esto haya sucedido, fue mi culpa. –tocó mi mejilla con las puntas de sus dedos–. Prometo ser más cuidadoso.

–V, ¿estoy desquiciada?

–NO.

–Mi hermano mandó esto conmigo a MinYoonGi. –terminé de decir y luego de la bolsa de mi chaqueta saqué los documentos–. Son del hospital psiquiátrico.

Él se limitó a tomarlos y leerlos, su expresión cambió, ahora es un Taehyung molesto.

Esto es nuevo.

–No van a llevarte, no lo permitiré. –dijo sin soltar el documento–. ¿Alguien más lo vio?

–No, creí que lo había perdido y no lo entregué a YoonGi.

–Muy bien.

–¿Qué significa eso? –pregunté y puse mi mano sobre la suya que estaba sosteniendo el papel–. De ser cierto... Debería ir.

–No debes hacerlo. –soltó la hoja y tomó mi otra mano–. Hann, por el bien tuyo, por el mío, por el bien de... –hizo una pausa mirando por unos segundos el suelo–. Por el bien de nuestra familia, no debo permitir que te lleven.

¿Nuestra familia?

–Si es algo grave, quizá deban internarme.

–¡No, Hann, no! –levantó la voz volviendo a conectar nuestras miradas.

"...las miradas trasmiten más que las palabras" en su mirada hay miedo y desesperación.

Me estoy doblegando a eso, ¿por qué?

–¿Cuál es el plan? –intenté sonreír–. Te seguiré.

–Gracias, amor. –dijo antes de abrazarme–. Estaremos bien.

¿¡AMOR!?

–Scarlett, luce terrible... No habrá ocasionado más problemas aquí, ¿cierto? –Marion interrumpió.