REFLEJO ➳ Kim Taehyung

• PARTE 065 •

Desperté muy temprano para recibir a Taehyung y Jungkook al aeropuerto o al menos ese era mi plan. Min YoonGi accedió a ir al médico después de ir al aeropuerto, ya que el vuelo de Tae aterrizaba a las siete de la mañana.

Llamada entrante de Sr. Shia

Oh…

–Buen día, ¿todo en orden?

–Señorita Yui, por fin podremos vernos nuevamente.

–Sí, tengo entendido que tu vuelo aterriza por la noche, ¿no es así?

–Hubo algunos cambios y aterrizó hace unos pocos minutos. –la voz masculina decía al otro lado de la llamada.

¡Mierda!

–Me quiero imaginar que ya cuenta con un guía, ¿cierto?

Diga que sí, diga que sí.

–No lo necesito, yo soy Coreano, Yui.
¿Eh?

–Perfecto, entonces nuestra cita sigue en pie, ¿no es así?

–Sí pero, ahora me gustaría que fuera en el desayuno, en media hora está bien, ¿cierto?

Agh.

Accedí a verlo en el desayuno, realmente estaba algo nerviosa por su reacción al decirle que Yui y yo somos la misma persona, espero que su reacción no sea muy agresiva. Suficiente tendría con la de Taehyung al no poder ir por ellos al aeropuerto.

Oh, náuseas matutinas.

…

Sin ninguna prisa llegué el lugar, tranquila y algo angustiada por no haber recibido un mensaje o una llamada de Taehyung en todo el día.

–Yui, bienvenida. –el caballero se levantó de su asiento.

–Estoy feliz de verte nuevamente, Shia. –tomé el asiento que me ofreció.

–Imaginaba que la señorita Kwon nos iba a acompañar en esta reunión, –volvió a su asiento haciendo alguna seña al mesero–, Es decir, ella como nueva propietaria sustituyendo a Min YoonGi.

–Yo soy Kwon Hann, Shia. –confesé sin borrar la sonrisa del rostro–. Una larga historia… –finalicé.

Ambos ordenamos el desayuno y él me hablaba sobre algunas sugerencias, propuestas para el sitio. Lo ha tomado bastante bien, la platica ha pasado de ser de negocios a algo más casual, quizá más de lo que debería.

–¿Entonces tu padre no tiene nada que ver en todo esto?, ya no me dirigiré a él más de ser así.

–Asumí que eran amigos. –interrumpí.

–Solíamos serlo, ahora solamente hacemos negocios, o hago negocios con su hija. –decía divertido–. Mi difunta esposa e hijo… –suspiró–, fallecieron bajo unas circunstancias algo turbias, se sigue haciendo una investigación al respecto.

Me sorprendió lo último que ha dicho, no tengo la menor idea.

–¿Hay algo en lo que pueda ayudar? –pregunté insegura–, Lamento mucho lo ocurrido.

–Quiero pensar que no puedes hacer nada. –susurró–. Apenas han pasado cuatro años y los necesito como nunca.

Estoy desconcertada, no entendía el porqué de sus palabras… Despierta mucha curiosidad en mí.

–¿Está todo en orden? –pregunté al fin.

–Pido una disculpa por eso, a mi esposa le gustaba este sitio, me pedía venir mucho cuando estaba en embarazo.