REFLEJO ➳ Kim Taehyung

• PARTE 104 •

Seguí bebiendo todo el camino, perdía la noción de las horas mirando por la ventanilla. No estaba totalmente consiente de lo que hacía o decía pero, Jimin se recostó al fondo con los niños dejándome una privacidad que agradecí muchísimo.

El capitán luego de un par de horas nos avisó que llegaríamos a Daegu y de ahí Jimin conduciría a Seúl, en unos momentos. No percibí el tiempo correr, hasta que ya estaba dentro del automóvil de Jimin con los niños y un hombre que parecía ser su guardaespaldas, toda esa desorientación cortesía del alcohol que tenía encima.

—No deberías seguir bebiendo, Hannie. -sugirió el rubio-. Pronto llegaremos a mi departamento y podrás ducharte.

—¿Sabes cuando fue la última vez que bebí?, ¿sabes acaso cuando fue la última vez que pude darme un tiempo para mí?

—Bueno, nunca están mal unos tragos para pasarla bien. -sonrió y sus ojos se iluminaron.

Fijé la mirada en el atardecer que se miraba por el parabrisas.

—No la estoy pasando bien, Minmin. -casi grité-. Mi vida es asquerosa, soy lo más parecido a una falla experimental de Dios... Soy la prueba viva de que siempre, SIEMPRE TODO PUEDE IR PEOR. -grité al fin.

—Hann, por favor.

Di otro sorbo y en un descuido milimétrico miré a Dae quien era cargado por el hombre de Jimin y a su lado a NaHaeun quien me miraba asustada.

—¿No habla? -pregunté cruda a Jimin refiriéndome a la niña-. Debería hablar, tiene cinco años.

—No hablo con usted porque no la conozco. -la dulce voz de la niña en el asiento trasero me respondió con dignidad.

No la conozco.

—Es lo mejor que te ha podido suceder, Haeun. -bebí un sorbo más a la bebida y me solté a reír-. Al menos tendrás una idea clara de quién soy yo, y si no lo sabes te lo diré...

—¿Es cierto que eres mi mamá? -cuestionó en susurro.

—Sí. -la miré por el espejo retrovisor-. Y antes de cualquier cosa, quiero pedirte perdón por traerte al mundo, a mi mundo tan retorcido y podrido. -bajé la mirada.

—HannSwan, baja del automóvil. -Jimin alzó la voz-. Voy a proteger a tus hijos incluso de ti misma.

—Gracias. -respondí instantáneamente.

—En un par de minutos vendrá mi chófer por ti, por favor no te muevas.

–De acuerdo.

Claro que me voy a mover. Vi el automóvil irse alejando con mis dos hijos.

¿Tengo el derecho de llamarles hijos?

No estoy segura ni siquiera de eso. Levanté mi botella para así darle el último sorbo que quedaba dentro de la botella.

Caminé por la acera del lugar tratando de escabullirme de entre la gente que parecía salir apenas para pasar una noche de antro. Risas, parejas, incluso familias caminaban en distintos sentidos haciendome marear un poco pero, no lo suficiente como para perder el equilibrio.

Conozco este lugar... Suga me ha traído aquí hace un par de años a buscar a Sehun.

¡Ja!, vaya basura. Incluso en momentos donde podría alfin respirar el estar lejos de todo me siento tan miserable y triste. Jimin y yo no somos tan distintos, también siento mucha lástima de mi vida.

—Muévete, muchachita. -un hombre mayor me echaba de la entrada de un bar.

Conozco este lugar.