XIII

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Es triste lo sé, pero hasta aquí el maratón de está novela y ya no creo hacer otro. O tal vez sí, no se. Te tengo un nuevo proyecto que espero que no toque la plataforma y se vaya directamente a una editorial.

Gracias y los quiero.

Para los que quieran apoyarme en eso les subiré imágenes con frases de la nueva historia para que le den sus likes. Gracias 😊

Feliz lectura...

3/3

Persigo a Logan por casi todo el palacio, no deja que le ponga el saco que debe para su foto familiar, es demasiado rápido o yo demasiado lenta.

Hace dos semanas pasó lo que tuve con Eros y ya no pudimos la semana pasada porque salió de viaje a Roma, de dónde es. Y bueno, ahora persigo a un niño de siete años que está a nada cumplir ocho.

Me escondo detrás de una puerta, espero a que sus pasos suenen y es cuando lo atrapo.

—¡Tramposa!—le sonrió antes de ponerle el saco color negro.

—Te queda bien el color.

—Le queda más al idiota de Bastián—se queja.

—¿Qué te dije de las groserías?—yo se las enseñé pero no es para que las ande diciendo sin consecuencias.

—Qué no las diga, a menos que la ocasión lo amerite.

—Bien. Ahora vete a jugar… no te ensucies.

Asiente antes de irse a quien sabe dónde por el pasillo, niego antes de levantarme del suelo y empezar a caminar a su habitación para limpiarla y acomodar los sacos que desacomode por buscar el que lleva puesto. Con cuidado alistó su ropa en su clóset. Recuerdo que cuando volví de esa noche con Eros, Samuel empezó a buscarme de nuevo. Ni idea de porque, pero al ver qué llegué con la camisa de un hombre en vez del vestido se hizo una idea de lo que pasó.

Y lo qué teníamos bueno, se retomó de nuevo. Horas de lectura, conversaciones en la noche, incluso añadimos una hora de paseo por los jardínes del palacio.

—Buenos días, Natasha.

Giro la cabeza a Samuel que me sonríe con esa dentadura perfecta y blanca que lo hace ver más atractivo de lo normal.

—Buen día, Sam.

Me dijo que le podía decir así cuando nadie nos viera, y bueno, ya le digo así. Entra más a la habitación para cerrarla con cuidado.

—Me gustaría saber si puedes acompañarme en un viaje.

—¿A dónde?

—Las Vegas.

—¿A qué va un príncipe heredero a la corona a las Vegas?—me sonríe antes de acostarse en la cama de Logan.

—Me gusta ir a los casinos.

—Ese es un vicio malo.

Ríe antes de levantarse y ayudarme con un cambio de ropa. Logan tiene muchos cambios, lo que más tiene son camisas que usan los niños fuera del palacio lo cuál se me hace extraño porque no sale de aquí, a veces creo que se siente solo por ser el único niño aquí.

—Todos tenemos uno.

—Pues necesitas otro.

—Hay uno en específico que no he probado todavía—me giro a verlo y me regala una sonrisa, pero hay más en eso ojos platas.

La Corona Del Príncipe (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora