XLVII

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Sé que hay muchos no les va a parecer lo que hay dentro de esto, pero Natasha hará mucho por su reino y estoy de acuerdo con lo que ella haga por su nación y para los que amaban a Eros pongan palomitas que ese bombón aparecerá de nuevo.

Besos

Feliz Lectura ❤️




Me pongo un vestido sencillo para recibir a Alexander, algo que haga notar mis atributos cómo si yo necesito ganchar a Alexander y aunque diga que no, si necesito hacerlo.

Necesito que Alexander quiera casarse conmigo, necesito que acepté ser mi esposo a pesar de lo qué sé que tengo que hacer para lograrlo, antes de estar con Samuel no se me dificultaba llevarme un hombre a la cama y si tengo que hacer lo mismo con Alexander para atarlo a mí, lo haré.

Lo hago por mi nación y por Marcus, e inconscientemente por Bastián que no quiere gobernar, una vez lista le sonrío al espejo convéndiendome. Sé que es bueno que haga esto y que haré mucho por mi nación para no dejar que Meredith haga lo que quiera con ella.

Bajo las escaleras con cuidado mientras camino a la zona donde Alexander me está esperando, abro la puerta de mi despacho encontrándome con la espalda del príncipe que no se da la vuelta al escucharme. Cierro la puerta a mi espalda poniendo el cerrojo al hacerlo, me encamino al escritorio de madera caoba antes de que el hombre de cabello negro sé dé la vuelta y me sonría, pero sus ojos escanean mi cuerpo con descaro y creo que eso es una buena señal.

—Sin duda es una belleza exótica, majestad—le doy una sonrisa suave antes de pasar a mi lado del escritorio.

—Gracias por el cumplido, príncipe…

Me detiene con un gesto antes de irse a sentar al lado contrario al mío, se sienta con gracia sin decirme nada mientras me siento completamente fuera de lugar por volver a cazar cuando mi vida ya estaba unida a la de Samuel.

Ignoró ese pensamiento antes de ofrecer algún licor de los que tengo en aquí mismo, los que Bastián resurtió siendo consciente de que tal vez mi velada terminaría de una forma distinta a la que debería.

—¿Qué es de lo que tenía que hablar conmigo?—sirvo el vodka en un vaso de los grabados que le pedí a Liz acomodar.

Al terminar de poner el hielo me regreso al príncipe para colocar el vaso sobre la madera mostrando un poco más mi escote, el príncipe aprieta las manos y puedo ver qué aprieta un poco las piernas.

—A este punto ya debe ocupar un rey que deba gobernar a su lado—es fuerte lo admito.

De ser otro ya me hubiera saltado encima apresando mi cuerpo contra el escritorio, cosa que no hizo. Dejó los tragos suficientes para después regresarme a mi silla, el hombre tal vez no es consciente de que estoy haciendo esto por desesperación.

—¿Y?

—Yo necesito herederos para mi nación mientras mi hermano siga negándose a cambiar de esposa—ya había escuchado que la reina Paulette no puede concebir y un reino sin herederos es malo.

Por eso jodía Meredith conmigo y con Samuel cuando no me podía embarazar o perdía mis bebés, adoré que Samuel estuviera para mí mientras eso sucedía, pero ahora él no está y tengo que seguir adelante sin dejar que mi luto sea bien vivido, ni siquiera pude ir a su tumba cuando ya lo enterraron porque Meredith no me dejó salir alegando que era malo para una embarazada que estaba a casi dar a luz y después no tuve el coraje para ir sola.

—Quiero ofrecerle un trato, majestad—me recuesto en la silla y cruzo una pierna por encima de la otra viendo atenta las reacciones del príncipe que se sabe controlar muy bien. Hago un gesto de que lo escucho—. Acepto convertirme en el rey que necesita a cambio de que usted me brinde un par de herederos que portarán la corona de Inglaterra cuando sea su tiempo, al igual que su hijo Marcus lo hará en Comarca.

La Corona Del Príncipe (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora