Las palabras son pocas cuando el momento de la confrontación llega. Un accidente, un coma, una herida sin sanar, no son más que ingredientes en el coctel letal en el que se ha convertido mi vida.
La muerte no es otra cosa que un recordatorio constan...
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NICOLÁS
07 de marzo del 2018
Me he mantenido sobrio desde mi encuentro con Fabiana, y no es porque verla de repente me haya hecho entrar en consciencia, sino porque se me agotó el dinero. Lo que tenía ahorrado para mi semestre universitario se fue en drogas y en alcohol y me informaron que la media beca que tenía fue denegada temporalmente por mi bajo rendimiento. La vida me golpea de una forma horrible.
No quiero pedir un préstamo, porque estudiar medicina no es barato y solicitar un crédito universitario es como firmar un pacto con el diablo, en el que te cobran tu alma y las de toda tu familia, más intereses.
Eso me lleva al aplazamiento de mi semestre y a la cantaleta de Carol por no poder estudiar con mis amigos. Me escribe cosas como "te lo advertí" y "ahora estarás atrasado y solo", como si ya no supiera las consecuencias de mis actos y decisiones.
Para lo único que he tenido dinero es para cigarrillos, lo cual calma mis ansías de manera parcial, pero me da un cargo moral más grande, ya que mi abuelo murió de cáncer en los pulmones por haber fumado toda su vida, y yo no bajo de una cajetilla por día.
La abstinencia me está matando. He pensado en consumir los medicamentos de mi madre, pero mi hermano los ha escondido y se ha responsabilizado de su tratamiento desde que se enteró de lo que había pasado con el dinero para mi universidad.
Eso me trae algo cabreado, porque su irresponsabilidad también ha rozado los límites, pero yo soy el único que se gana miradas de reproche y de decepción. Por eso es horrible que pongan demasiadas expectativas en ti, porque una vez no puedes cumplirlas, por cualquier razón, te vuelves una paria y un ser indeseable.
He intentado ponerme en contacto con Fabiana, con la esperanza de que nos volvamos a ver. Pongo de excusa para hablarle mis disculpas por haber intentado seducirla, pero no me arrepiento del hecho, porque quiero volver con ella y volver a tenerla en mis brazos y en mis sábanas.
Tal vez ese sea un factor por el que estoy aguantando el síndrome de abstinencia, porque quiero demostrarle que soy capaz de salir de esto y que ella también puede. Que yo la puedo ayudar y que puedo estar para ella y con ella en este duro proceso.
Porque duele. Todo el mundo lo ve fácil desde afuera, dicen cosas como: "Sólo déjalo" o "Es cuestión de fuerza de voluntad", pero no saben que las alucinaciones son incluso más fuertes que las que tienes estando bajo el efecto de las drogas, y que el sudor frío, los temblores y el dolor son tales que serías capaz de lastimarte para no sentirlos. El vómito y la ira se escapan sin siquiera poder frenarlos y los ataques violentos han hecho que mi hermano se asuste, hasta el punto de inmovilizarme, haciéndome más daño.
Nadie lo entiende del todo hasta que lo vive, es como en todo, es como cuando se muere algún familiar o amigo muy cercano y todos creen entenderte, pero no lo hacen. Nada se entiende hasta que la propia carne es la que se quema.
